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El Gobierno de Urkullu cierra la puerta a pactar los presupuestos de 2024 con la oposición

El consejero de Economía y Hacienda, Pedro Azpiazu, da por cerrada totalmente la puerta a negociar con la oposición los presupuestos de 2024, si es que alguna vez estuvo abierta. En una rueda de prensa, el hombre de los números de Iñigo Urkullu, que el pasado jueves mantuvo una toma de contacto con todos los partidos salvo con Vox, a quien aplica un cordón sanitario, ha enumerado que “no tiene sentido” sentarse a dialogar con Elkarrekin Podemos-IU, que es “sorprendente” que EH Bildu pida más de 350 millones sólo para empezar cuando apoya la investidura de Pedro Sánchez sin ningún acuerdo, que Ciudadanos está en las “antípodas” de la coalición de PNV y PSE-EE y que el PP ni siquiera ha enviado una propuesta escrita.

“No merece la pena hacer una ronda. Sería perder el tiempo. No necesitamos los votos. Dar vueltas y vueltas para no llegar a ningún lado no merece la pena”, ha justificado Azpiazu en euskera. Eso sí, no ha descartado que en la ponencia presupuestaria se puedan incorporar algunas enmiendas de los grupos, una práctica habitual para temas genéricos como los de cooperación con el Sáhara o puramente técnicos.

Azpiazu ha admitido que el Gobierno estaba dispuesto a ceder una cifra “orientativa” de 25 millones para aceptar enmiendas y propuestas de la oposición. Es diez veces menos que los 250 en que se cifró el último pacto con la oposición, el cerrado con EH Bildu en 2022. Y el 0,16% del techo de gasto. “Pero, ante todo, calma. Euskadi contará en 2024 con un presupuesto de 15.025 millones”, ha reseñado el titular de Economía y Hacienda, que ha recordado que PNV y PSE-EE tienen mayoría absoluta y que en absoluto es un “fracaso” cerrar así las últimas cuentas de la legislatura.

De hecho, ha hecho mucho hincapié en que el contexto preelectoral “no hacía fácil” explorar acuerdos. Azpiazu ve “marcado tinte electoral” en las peticiones de los diferentes partidos, principalmente en la de EH Bildu. Ve llamativo que la coalición de “EA y Sortu” exhiba “nivel de exigencia” con Urkullu con “lo sencillo que le resulta apoyar en otras zonas geográficas investiduras o presupuestos”. En Elkarrekin Podemos-IU ven “lejanía” de la “realidad financiera” de la Administración vasca y critican las “formas”, ya que hicieron sus propuestas en los medios de comunicación y no directamente en la mesa de negociación. Con el PP, que fue socio en la anterior legislatura con Alfonso Alonso al frente de los 'populares' antes de la moción de censura de Mariano Rajoy, hubo un amago de negociación el pasado año que no cristalizó y este año no se producirá.

Ahora, el Gobierno se podría exponer a cinco enmiendas de totalidad. Se da la circunstancia de que tras una legislatura en que Urkullu había hecho gala de sacar sus iniciativas, en general, con acuerdos con la oposición a pesar de no ser aritméticamente necesarios en el Parlamento, ahora ha cambiado el escenario. Es probable que también la ley de Educación, el proyecto estrella del mandato y que venía de un pacto político previo con EH Bildu y Elkarrekin Podemos-IU, solamente pueda prosperar con los votos de PNV y PSE-EE.