El Gobierno vasco quiere “favorecer” un “acercamiento” de los menores a la caza y apoya que vayan sin armas a las monterías

El Gobierno de Imanol Pradales, textualmente, quiere “favorecer” el “acercamiento” de los jóvenes a las cacerías de animales, incluso si son menores de 18 años. El área de Alimentación, Desarrollo Rural, Agricultura y Pesca que dirige Amaia Barredo, consejera del PNV, ha emitido un informe plenamente favorable a la reforma 'exprés' de la ley de caza de 2011 pactada en el Parlamento Vasco por su partido y el PSE-EE para dar satisfacción a las demandas de “relevo generacional” que llegan desde las federaciones y agrupaciones de cazadores.
El gran cambio -y el único- que introducirá esa modificación legislativa será la creación de la figura de los “acompañantes” en la montería, sin límite de edad. Así, los menores podrán acudir a ellas, aunque siempre con la exigencia de que no empuñen las armas. “Las personas que ejerzan la acción de la caza serán responsables de la seguridad y de las consecuencias de los eventuales incumplimientos por parte de las personas que les acompañen durante el lance de caza”, reza también la propuesta.
La reforma de esta ley, que ha recibido contestación por parte de colectivos ecologistas, es una de las primeras actuaciones legislativas de la legislatura y, además, se ha autorizado hacerla por la vía de urgencia. Alegan PNV y PSE-EE que las licencias de caza están cayendo y que hay que sostener la actividad, dada su relevancia para el control de daños que pueden causar algunos animales. La oposición dispone hasta el 5 de marzo para presentar posibles enmiendas.
A la espera de la postura definitiva de los partidos, Sumar ya ha adelantado su rechazo a una iniciativa que considera “anacrónica”. La coalición de izquierdas, que tiene un escaño en la Cámara, cree que “es inaceptable que se normalice la participación de niños en actividades de caza sin control ni regulación adecuada”. “La caza no debe ser priorizada frente a la protección del medio ambiente y la seguridad de los menores”, opinan. Asimismo, lamentan que la tramitación 'exprés' elegida reduzca el debate y las posibilidades de escuchar a expertos.
El Ejecutivo, en su informe, remarca que el Parlamento aprobó en otoño una resolución que instaba a adoptar una serie de medidas “en conjunción” con las diputaciones, que tienen competencias en la materia, y con las federaciones. Sostiene el documento que la creación de la figura de los “acompañantes”, siembre “debidamente limitada”, permitirá “el acercamiento de los jóvenes” y el “necesario relevo generacional” en la actividad. “Es urgente incrementar el número de licencias de caza en nuestra comunidad autónoma, actualmente en una tendencia en declive, para paliar el progresivo incremento de daños de la fauna salvaje en nuestras explotaciones agrarias”, apunta la consejera Barredo. Ve también “adecuado” que se aborde esta materia en la Cámara por el “procedimiento de urgencia”.
Preguntada en rueda de prensa por este informe, la consejera-portavoz, María Ubarretxena, no se ha salido de ese guion. “Hace falta un relevo generacional”, ha insistido en tres ocasiones. Además, ha recordado que hay situaciones como la “superpoblación de jabalíes” que obligan a que haya un sector activo que pueda responder ante ello.
Ekologistak Martxan, sin embargo, ya manifestó su “total rechazo” a la posibilidad de que los menores participen en las batidas. Es un “peligro” para la “integridad física” de los niños y adolescentes y “se perpetúa una cultura de la violencia”, apuntan. “Lejos de fomentar valores como el respeto, la cooperación o el juego limpio, la caza se basa en la persecución y muerte de seres vivos, normalizando la violencia y la resolución de conflictos a través del uso de la fuerza”, argumentan. Agregan que “diversos estudios científicos han evidenciado la relación entre la exposición temprana a la violencia contra animales y el desarrollo de actitudes agresivas”. El PACMA también avisa de que la caza “no es un deporte ni una actividad cultural inofensiva” sino “una práctica que enseña a los menores a ver la violencia como una actividad recreativa y normalizada”.
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