Un grupo de jóvenes vascos planta cara a Glovo creando una cooperativa de repartidores en bicicleta
Cuando Juan Latorre volvió a Euskadi después de haber estado trabajando como 'bicimensajero' en el norte de Europa, se encontró con la sorpresa de que la labor que a él le apasionaba realizar y que estaba tan bien vista en los países en los que la había desarrollado, en su propio país era considerada como una profesión precaria y mal valorada.
“Es uno de los trabajos más bonitos, todo el día en la calle y disfrutando de la bici. El modelo de 'bicimensajería' existe desde los años 70 y 80, mucho antes del concepto de 'rider' de plataformas que tenemos. Cuando volví y vi que lo que la gente entendía por 'bicimensajero' era una persona precarizada con una mochila extraña en la espalda, se me hundió el alma”, cuenta el joven a elDiario.es/Euskadi.
Fue entonces cuando, a comienzos del año pasado y en pleno confinamiento por el coronavirus, Latorre decidió montar Eraman junto a otros dos jóvenes. Eraman es una cooperativa especializada en entregas en bicicleta de paquetería, mensajería, prensa, alimentación y productos hosteleros que trabaja en Vitoria, pero que espera hacerlo pronto en el resto de Euskadi.
Los valores que fundamentan a esta cooperativa, que en poco más de un año ha pasado de 3 a 14 trabajadores, son el trabajar con el comercio local para así generar impacto en la ciudad, ofrecer una alternativa sostenible “real” y dignificar las condiciones laborales de los repartidores.
El modelo federativo es lo que va a hacer frente a las grandes plataformas
“Creemos que es importante que en trabajos como este, que son físicos y en los que existen riesgos inherentes por circular en carretera incluso cuando llueve y hace mucho frío, sean los propios trabajadores los que decidan sus propias condiciones laborales. Por eso queríamos llevar a cabo un modelo cooperativista”, explica Latorre.
Según Latorre, parte del éxito de plataformas como Glovo o Deliveroo reside en el lenguaje que utilizan. “Están utilizando un lenguaje nuevo en el que todavía pueden esquivar la regulación que existe. Hay leyes, hay normativa para no esclavizar a nadie en el trabajo, pero utilizan un paradigma nuevo a través de tecnologías, aplicaciones, algoritmos complejos y demás para quitarse la responsabilidad. Dicen cosas como 'ellos lo hacen porque quieren', 'no es mi culpa si no les cae trabajo porque el algoritmo lo decide'”, lamenta el joven.
Por el momento Eraman reparte en Vitoria-Gasteiz, pero están trabajando en replicar su modelo de negocio creando una federación a nivel de Euskadi para que nuevas cooperativas independientes se formen en el territorio y así puedan compartir un lenguaje común y herramientas. Además, forma parte de una federación llamada CoopCycle, en la que cooperativas de todo el mundo se han unido para encontrar formas de financiación y compartir conocimientos acerca de la profesión. “Tenemos nuestro propio software y una red de contribución y cooperación a nivel mundial. Creemos que el modelo federativo es lo que va a hacer frente a las grandes plataformas, tanto aquí como en el resto del mundo donde se ven realidades similares”, concluye.
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