Guerra abierta entre Mondragon y Orona y Ulma, que ven una “injerencia sin precedentes” para evitar su salida
El Grupo Mondragon ha enviado a sus cooperativas una carta en la que, al igual que hizo el presidente Iñigo Ucín en el Congreso del pasado día 15 de noviembre, se muestran abiertos al diálogo con Ulma y Orona para evitar su salida de la coorporación, que puede culminarse a finales de año. Pero, a la vez, cuestionan las formas en las que estas empresas han planteado la nueva relación que quieren mantener con el grupo y critican que se haya hecho sin tiempo suficiente y sin respetar las mayorías de los órganos en los que están representadas todas sus cooperativas y divisiones. Esta carta, lejos de calmar los ánimos y abrir el diálogo ha tenido el efecto contrario. Ulma ha considerado que se trata de una “injerencia si precedentes” en su capacidad de decisión y ha hecho público que sus socios votarán en asamblea el próximo día 16 la salida de la corporación. Si sale que sí sólo garantiza las aportaciones de fondos a Laboral Kutxa, Lagun Aro o Mondragon Unibertsitatea.
En la misiva remitida por la Comisión Permanente y el Consejo General de la corporación a las empresas que conforman el grupo, se muestran abiertos a analizar “cualquier propuesta” procedente de cualquiera de sus cooperativas, siempre y cuando “se respeten los tiempos y procedimientos para un proceso ordenado de reflexión, con un debate sano y democrático”. En este sentido, revelan que el pasado 3 de junio Orona y Ulma enviaron una propuesta para crear una nueva figura de “cooperativa convenida” en Mondragon, que, según afirman, supone “un cambio profundo en lo que hoy es Mondragon”, con la exigencia de llevarla al Congreso de 2022, a “escasos días” de que este fuera convocado.
La nueva figura de “cooperativa convenida” supondría que “dejan de ser cooperativas de base adheridas al Congreso como hasta ahora, no se les aplican las normas aprobadas por el Congreso, no participan con carácter general en los mecanismos de intercooperación y solidaridad de las cooperativas y, establecen en un convenio de duración anual los posibles ámbitos y compromisos de colaboración con Mondragon”, señalan.
La Corporación considera que “un planteamiento de esta entidad, que cambia la propia concepción de Mondragon, significaría la mayor revisión de cuentas que se ha realizado por el Congreso desde su constitución” y, en consecuencia, requeriría de “un proceso de trabajo y reflexión sereno, profundo y muy participativo”, por lo que debe implicar a toda el grupo. Según recuerdan, la propuesta de Orona y Ulma se presentó en las reuniones de los órganos corporativos los días 7 y 10 de junio, sin que asistiera ninguno de sus representantes al Consejo General, ni los de Ulma a la Comisión Permanente. “A pesar de las formas y plazos de presentar la propuesta”, los órganos de Mondragon la analizaron y no fue admitida por unanimidad en base a que la propuesta plantea una forma de relacionarse con Mondragon “completamente distinta a la actual, sin que se identifique cuáles son los motivos concretos por los que se plantea, ni las necesidades a las que pretende dar respuesta”, señalan.
Este rechazo a llevar su propuesta el congreso dio lugar al proceso de ambas empresas para salir de la corporación, del que la dirección del grupo insiste en que no ha sido informado de forma directa. “Los órganos no podemos aceptar una propuesta de este calado para llevar al Congreso con estos plazos -en vísperas de convocar el Congreso-, sin el proceso de debate y participación previo que requiere toda ponencia”, insiste, al tiempo que reitera que este tipo de propuesta “no se puede tratar sin que estén presentes los representantes de las divisiones que las plantean”.
Mondragon subraya que “solo hay un modo de abordar esta cuestión de manera constructiva y es el diálogo” y destaca que sus órganos están “abiertos, sin reservas y con insistencia, a dialogar, solicitando la recuperación de la asistencia de Orona y Ulma a los órganos de Mondragon, solicitando reuniones con sus órganos sociales y, en definitiva, que se abran sus propuestas al debate”. En este sentido, señalan que desde las presidencias del Consejo General y la Comisión Permanente se ha solicitado formalmente reuniones tanto con los órganos sociales de Orona como con los de Ulma, pero hasta la fecha no ha sido posible mantenerlas.
La Comisión Permanente y el Consejo General muestran “el máximo respeto institucional” y reconocen la “soberanía” de los órganos de Orona y Ulma y la “plena facultad” de sus socios de adoptar las decisiones que consideren “mejor para su futuro”, sin embargo, insisten en que Mondragon se ige por “principios democráticos”. “Se puede plantear cualquier cambio desde el diálogo, el debate informado, con tiempo suficiente y respetando las mayorías de los órganos en los que están representadas todas las cooperativas y divisiones”, señalan.
Ulma denuncia injerencia
Esta comunicación de Mondragon ha sido entendida por la dirección de Ulma de “injerencia sin precedentes”. En un mensaje dirigido a sus socios, la dirección de Ulma denuncia una agresiva campaña, destinada “a condicionar la voluntad de todos y todas las socias. No aceptaremos que se ataque así contra nuestra capacidad de decisión”, destaca la dirección, antes de adelantar que responderá a las afirmaciones “manipuladas” de la Corporación. Además, ha decidido anunciar públicamente que “las nueve cooperativas de Ulma someterán a la aprobación de sus 2.789 socios”, el día 16 de diciembre de 2022, “reemplazar su vigente relación como entidades adheridas a Mondragon Corporación Cooperativa”.
Según señalan en el comunicado, las cooperativas de Ulma decidirán en Asamblea Extraordinaria “aprobar el nuevo modelo relacional con Mondragon” que consiste en acordar “la baja de Ulma en Mondragon y acuerdos derivados de la misma”, e “instruir al Consejo Rector de Grupo Ulma, s. coop. para que trate de promover colaboraciones futuras con Mondragon para el desarrollo del movimiento cooperativo e impulse el desarrollo normativo necesario para que las aportaciones hasta ahora realizadas a los fondos gestionados por la fundación Mondragon se puedan seguir destinando al desarrollo del movimiento cooperativo”, pero desde la gestión de Ulma.
Ulma denuncia que “desde el primer momento, sin permitir siquiera que concluyese el proceso de reflexión, los socios y socias cooperativistas de Ulma han sido objeto de una campaña de presión por parte de los responsables de Mondragon a través de diferentes medios y canales de comunicación”. “La última expresión de esta conducta ha sido la distribución entre todas las cooperativas adheridas de un documento en contra de la propuesta presentada por Orona y Ulma para flexibilizar la organización de Mondragon, propuesta que no ha sido transmitida a sus miembros de una forma íntegra y veraz”, señalan.
En este sentido, afirman que la propuesta consistía en facilitar a todas las cooperativas que lo considerasen “un modelo de pertenencia basado en convenios de intercooperación. Mondragon rechazó de forma categórica presentar esa propuesta como ponencia al Congreso, a pesar de que fue entregada dentro de los rígidos plazos y formas establecidos por el reglamento”, dicen.
Además, señalan que su propuesta de modelo no supone que Ulma deje de aportar “recursos económicos ni humanos a los grandes proyectos del Mondragon cooperativo, como los de Laboral Kutxa, Lagun Aro o Mondragon Unibertsitatea, que han contribuido a desarrollar desde siempre, en beneficio de sus socios y socias y de la sociedad”. “Tampoco este modelo de relación supone riesgo alguno para la viabilidad del Mondragón corporativo. La única consecuencia económica de la baja de las cooperativas de Ulma como adheridas es que los 1,85 millones de euros que destinan, de media anual, a los fondos cooperativos administrados por Mondragon Corporación Cooperativa, Sociedad Civil, pasarán a ser gestionados, para los mismos fines, por la fundación de Ulma. Y nada impide que esos fondos se destinen a programas y proyectos impulsados desde Mondragon, si se conviene que son los mejores en un contexto de respeto mutuo”.
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