El lehendakari Juan José Ibarretxe -el cargo es vitalicio- ha reaparecido en la tarde de este viernes en el Kursaal de Donostia en un foro promovido con motivo del décimo aniversario del final de ETA acompañado entre otros por el expresidente catalán Quim Torra y del líder de Ómnium Cultural y expreso Jordi Cuixart. En la charla se ha hablado poco del terrorismo -prácticamente nada, de hecho- y mucho de la independencia y del derecho a decidir. “La única manera de resolver los problemas políticos es hacerlo democráticamente. No es negociable que el pueblo catalán, el escocés, el quebequés y el vasco tengan derecho a decidir. Lo que sí es posible es pactar su ejercicio”, ha proclamado un Ibarretxe ovacionado por un auditorio al 50% y que se ha dicho militante no del PNV sino del “movimiento nacional vasco”. Eso sí, ha matizado que él prefiere opinar con “humildad” porque no tuvo éxito con su propuesta de superación del Estatuto vasco y porque fue presidente “en la Edad Media”. La duda -se ha preguntado- es “cómo se pacta con una silla vacía”, que es como ha descrito la negativa de España a los referendos secesionistas.
La mesa redonda, en la que también estaban Amalur Álvarez, portavoz de la plataforma Gure Esku Dago, y Stephen Gethins, exasesor de los ministros principales de Escocia Alex Salmond y Nicola Sturgeon, era el último acto en Donostia de las jornadas organizadas por el Foro Social Permanente diez años después de la conferencia de Aiete, que supuso una pista de aterrizaje para que unos días después ETA comunicara el final de la violencia. En el público estaba el portavoz del PNV en el Parlamento Vasco y líder en Gipuzkoa, Joseba Egibar, que es también el representante del ala más soberanista del partido. Con él, el alcalde de Donostia y el diputado general de Gipuzkoa, Eneko Goia y Markel Olano, respectivamente. También se ha sumado la portavoz de EH Bildu, Maddalen Iriarte, y otros muchos cargos de la coalición abertzale, como el alcalde en 2011, Juan Karlos Izagirre. En las últimas filas, más discretamente, escuchaba a los ponentes David Pla, uno de los últimos jefes de ETA y al que se le atribuye la lectura de aquel comunicado de 2011. Esta semana ha ofrecido una entrevista a TV3.
Ibarretxe, en castellano tras un brevísima introducción en euskera, ha ofrecido un discurso sin papeles y en el que ha considerado que su etapa como lehendakari entre 1998 y 2009 supuso al menos elevar la importancia de la autodeterminación al “campo base” de la agenda política. Ha asegurado que quizás el 50% de la sociedad puede estar de acuerdo con la independencia vasca pero que está seguro que más del 70% apoyaría el “principio democrático” de poder votarlo. Es más, ha ironizado que los dos procesos que han sido pactados en Occidente, el de Quebec en Canadá y el de Escocia en el Reino Unido, se saldaron constatando “mayorías a favor de la unión” y no de la ruptura. Y ha añadido con una metáfora futbolística: “Yo tengo respeto por el pueblo español, por sus símbolos. Tengo aprecio por la gente del pueblo español: es buena gente. Pero yo soy vasco. Me alegro cuando mis amigos de España se alegran con la Roja. Pero yo tengo derecho a hacer lo mismo con la Verde [color de la selección vasca]”. “La democracia no es contar votos. Es tener en cuenta los votos”, ha enfatizado también.
Torra no estaba en Donostia, sino en Girona. Ha intervenido por videollamada y su imagen ha sido proyectada en una pantalla gigante de unos quince metros cuadrados. Ha comparecido tratando de ofrecer una imagen institucional: de traje y corbata, en una sala con fondo blanco y neutro y acompañado de una 'senyera'. En ocasiones ha leído las notas que llevaba preparadas. Su mensaje ha sido muy contundente en defensa de la unilateralidad en Catalunya y en contra de la mesa de diálogo impulsada por su sucesor, Pere Aragonès, y el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, aunque a la vez se ha permitido criticar veladamente a Unidas Podemos por hacer “oposición” al Ejecutivo del que forma parte.
“La secesión unilateral no es una secesión prohibida”, ha señalado de arranque. Ha apuntado también que “Catalunya sufre un expolio fiscal de 17.000 millones cada año” lo que deja camiones de bomberos obsoletos y sueldos “indecentes” para los maestros. “Rodalies es un desastre. Tenemos unos servicios de colonia”, ha denunciado. Y ha añadido también: “Las estructuras franquistas perviven [en el Estado español]. La respuesta del PSOE no cambia nada a la del PP. No, nunca jamás a la autodeterminación. Llamar mesa de diálogo a lo que es una foto de conveniencia política no ayuda a Catalunya y menos al relato internacional. Fecha, condiciones y cómo vamos a hacer el referéndum es una cosa, pero es poco creíble una mesa sin mediadores o relatores internacionales”. Torra también ha considerado que el independentismo solamente ha fallado en “defender” los resultados del 1 de octubre, en “haber llegado hasta las últimas consecuencias en su defensa”.
El anterior 'president' ha recordado que ya participó en un acto en Donostia en 2018, cuando estaba en el cargo. Cuando se conocieron los documentos acumulados por el lehendakari, Iñigo Urkullu, durante su mediación en Catalunya para evitar la independencia unilateral y el 155, trascendió un correo electrónico que le envió a Sánchez mostrando su disgusto por la visita. “Me veo en la situación de aceptar el encuentro y recibirlo”, le contaba al presidente. El PNV que representa Egibar ha aplaudido en 2021 a Torra.
Cuixart también ha sostenido que en Catalunya “tiene muy poco sentido ir a mesas de negociación si no hay una estrategia compartida desde el frente soberanista”. Ha asegurado que el 'procés' debería aprender de cómo la comunidad internacional se implicó en Aiete con el final de ETA -participaron Kofi Annan, Jonathan Powell o Brian Currin, entre otros- para internacionalizar la causa. No obstante, ha asegurado que el gran valor del octubre de 2017 fue el empuje de la sociedad civil frente a los partidos, el éxito de que dos millones y medio de personas metieran “un trozo de papel en una caja de plástico” a pesar del 'no' del Tribunal Constitucional y la presencia policial. “No queremos ser turistas soberanistas”, ha afirmado Álvarez con admiración hacia Catalunya, y ha anunciado que Gure Esku Dago ya colabora con la entidad de Cuixart y con la ANC para aprovechar “oportunidades” y activar una “nueva ola” vasca.