“Esto no es una cuestión de jefes. Ni siquiera de médicos. No es de la casta”. Con estas palabras media docena de jefes de servicio del hospital Donostia han tratado de hacer ver en una rueda de prensa multitudinaria celebrada este miércoles en el palacete del Colegio de Médicos de Gipuzkoa que la crisis desatada en los últimos días en la OSI Donostialdea -la comarca que aglutina a los hospitales y centros de salud de la capital donostiarra- aunará también a los trabajadores sanitarios y al personal de atención primaria. Incluso a la ciudadanía. “Estamos preocupados no por nosotros y nuestros equipos, sino por lo que va a pasar en el futuro con la asistencia en Gipuzkoa [...]. Esto no es una cuestión de los jefes de servicio. Nos afecta a todos los sanitarios, incluida la enfermería y a nuestros compañeros de atención primaria”, han clamado. Y han dejado la siguiente frase dando a entender que su pulso a Osakidetza no quedará en Gipuzkoa: “La Sanidad española en general está en llamas. O al menos es una pradera seca con alto riesgo de incendio”.
El origen del conflicto es la destitución la pasada semana de la gerente de la OSI Donostialdea, Itziar Pérez, y de la directora médica. En solidaridad, dimitieron otros tres directivos. Oficialmente, Salud se limita a repetir que no estaban alineadas con la línea estratégica marcada por la directora general de Osakidetza, Rosa Pérez Esquerdo. Niegan que sea por un hecho concreto, sino que inciden en que fue una “concatenación” de circunstancias las que han motivado la pérdida de confianza. Tras los cinco ceses, los jefes de servicio se levantaron en armas con una carta muy contundente, con concentraciones en la puerta del Donostia y ahora con una comparecencia pública. Aseguran representar, de momento, a 42 de los 47 directivos intermedios del Donostia.
Aseguran que la cúpula política está adoptando decisiones técnicas que afectan a la OSI Donostialdea sin rigor. Aunque el portavoz principal de los comparecientes, Adolfo López de Munain, ha llegado a afirmar que los responsables de Salud “no tienen ningún conocimiento de la cosa sanitaria” -la consejera Gotzone Sagardui es licenciada en Medicina y Pérez Esquerdo es facultativa también-, luego han precisado que se refieren a que no puede haber “subordinación” o “verticalidad” en la adopción de cambios estratégicos. Reclaman para sí convertirse en un “cuerpo consultivo” y plantean incluso una mesa para tratar de solventar problemas para que la Sanidad pública en Gipuzkoa no pierda posiciones.
Un ejemplo, denuncian que se pretenda crear una OSI diferenciada para la integración en la red pública del centro privado Onkologikoa, cuando está a pocos metros del hospital. “No puede ser como el Condado de Treviño”, ha afirmado López de Munain sobre el enclave de Burgos en el corazón de Álava. Además, insisten en la necesidad de garantizar más poder para organizar sus propios recursos humanos y retener especialistas y talento en el hospital. Preguntados expresamente por la causa judicial abierta en 2018 por irregularidades en las oposiciones médicas -se investiga si precisamente para retener esos especialistas se filtraron los exámenes a aspirantes muy concretos-, han respondido que Osakidetza “tiene que poner el reloj en hora” porque “a veces se necesita un cirujano y no una persona que viene trasladada”.
En el fondo del conflicto late también un cierto sentimiento de que se priman los hospitales de Bizkaia frente a los de Gipuzkoa. “El hospital Donostia tiene memoria”, han enfatizado para recordar “giros sorprendentes” como el llevar una investigación de parkinson “a Bilbao”. También han criticado el nuevo servicio de cirugía peritoneal en Cruces cuando entienden que Donostia era una referencia en España. Y con esto -han querido aclarar- no cuestionan que Osakidetza tenga que “trabajar en red” sino que manifiestan su temor a que, quizás, no se desee que la OSI Donostialdea siga creciendo en tamaño y cartera de servicios.
Aunque en algunas comunicaciones anteriores daban a entender que demandaban la restitución en sus cargos de las dos directivas fulminadas, ahora aseguran querer negociar con Salud “sin líneas rojas”. Plantean la “la restitución al menos del honor” de la gerente y la directora médica destituidas y afirman que colaborarán con el nuevo gerente ya nombrado, Agustín Aguirre, a quien conocen por una etapa previa como directivo intermedio en el Donostia. Asimismo, han repetido en varias ocasiones que garantizan la máxima calidad asistencial a los pacientes y que, como doctores, rechazan huelgas que, según su criterio, solamente perjudican a los usuarios de Osakidetza.
Se da la circunstancia de que la comparecencia se ha celebrado en la sede del Colegio de Médicos de Gipuzkoa. Su actual presidenta fue parlamentaria del PNV en la pasada legislatura, Carmen Solorzano. Fuentes del centro han recalcado que la institución ni se ha pronunciado en el conflicto ni lo hará y que simplemente han cedido sus instalaciones porque son “la casa de todos los médicos”.
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