Jone Berriozabal (Durango, 1982) tiene ya los apoyos suficientes para ser la próxima presidenta del PNV de Álava. Es la primera mujer en la historia en lograrlo y sustituirá a José Antonio Suso (Arraia-Maeztu, 1956). Se ha impuesto en más reñida de las batallas dentro del proceso de renovación territorial que vive la formación nacionalista a Gorka Urtaran (Vitoria, 1973). Este sábado será confirmado el nombramiento en una asamblea regional que se ha convocado ya en Landaburu Etxea, la sede del Araba Buru Batzar.
Berriozabal fue parlamentaria vasca durante cuatro legislaturas, la última de Juan José Ibarretxe, la de Patxi López y las dos primeras de Iñigo Urkullu. En la Cámara fue portavoz en materias como Educación y, sobre todo, ejerció como presidenta de la ponencia creada para la reforma del Estatuto de 1979, que no cristalizó. En la tercera legislatura de Urkullu se convirtió en viceconsejera dentro del equipo de Olatz Garamendi, en el área de Gobernaza Pública y Autogobierno, pero antes de acabar el mandato fue propuesta por Ramiro González, diputado general de Álava, para su Gobierno foral. Dirige una cartera heterogénea de Igualdad, Euskera y Gobernanza, con funciones tan variopintas como la gestión de Bomberos y Miñones, el cuerpo de Policía Foral.
El perfil de Berriozabal era el impulsado por el aparato del partido en Álava. De hecho, ya había entrado anteriormente en otras quinielas para cubrir vacantes. Licenciada en Derecho por la Universidad de Deusto y colegiada en Álava, es euskaldun y es hija de un histórico del PNV alavés, Román Berriozabal. Su nombramiento implicará su salida inmediata de la Diputación. Supondrá la tercera crisis en menos de medio año para González, que ya vio cómo Amaia Barredo se iba como consejera del Gobierno vasco tras su arriesgado fichaje en 2023 -no avisó al diputado general de que tenía pendiente una investigación penal que, de hecho, sigue viva- y cómo Anartz Gorrotxategi dejaba su puesto para ser asesor de Barredo en el Ejecutivo.
Berriozabal, que también será miembro del Euzkadi Buru Batzar, la dirección nacional del PNV, concurrió a este proceso interno con un decálogo. Planteaba que los alaveses tuvieran los mismos derechos vivan en la capital o fuera de ella o un impulso del euskera. A nivel orgánico, defendía un “relevo generacional” pero “preservando” la “experiencia” de los “veteranos” y reforzar la “presencia propia” del partido más allá de la acción institucional. En su equipo aparecen parlamentarios vascos como Alazne Arana, Ander Añibarro o Jonathan Moreno, además del propio Gorrotxategi.
Enfrente ha tenido un rival duro. Urtaran, exalcalde de Vitoria de 2015 a 2023, ha capitalizado el descontento de parte de la afiliación con Suso. De hecho, él mismo fue relevado de la candidatura municipal en 2023 y el partido pasó de primera a cuarta fuerza. Ha amalgamado a los críticos tradicionales de Iñaki Gerenabarrena, que perdió el poder hace ya más de una década tras el 'caso De Miguel' de corrupción que llevó a la cárcel a tres de sus colaboradores más estrechos, con el sector de Pilar García de Salazar -que ha arrastrado a otras figuras relevantes como la portavoz en el Senado, Estefanía Beltrán de Heredia- o veteranos como Juan María Ollora y José Ángel Cuerda. Urtaran ha ganado en el 'batzoki' de Vitoria donde Berriozabal y él están afiliados, Erdialde, y en localidades importantes como Amurrio, pero no ha logrado una mayoría suficiente.
El sistema electoral interno del PNV es muy particular. Se vota en dos vueltas. En la primera cualquier afiliado puede lanzar un nombre y pasarán a la segunda los que hayan ganado en dos 'batzokis'. Así emergió la figura de Urtaran. En la segunda vuelta cada organización municipal envía a la asamblea regional un número de apoderados proporcional a su afiliación. En Álava son uno, dos o tres. Como en Estados Unidos, si un candidato gana en el 'batzoki' se lleva todos esos compromisarios. Desde hace diez días el PNV alavés lleva haciendo un marcador con los votos obtenidos por una y por otro y este lunes, finalmente, Berriozabal ha confirmado matemáticamente la victoria que ya parecía clara desde el mismo arranque de las votaciones. Simbólicamente, la confirmación ha llegado desde la asamblea local de Berantevilla, la primera que en la primera vuelta impulsó la alternativa de Urtaran. Urtaran continuará como diputado foral. Forma parte también del equipo de González. Es el responable de la cártera de Política Social y, por lo tanto, controla el 51% del presupuesto.