Entrevista Escritor

José A. Pérez Ledo: “La historia de la bomba atómica española es una locura, pero solo sabemos lo que quieren que sepamos”

Maialen Ferreira

26 de marzo de 2023 21:45 h

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En 1963 el régimen franquista puso en marcha una operación secreta para desarrollar una bomba atómica en España. Se le dio el nombre en clave del Proyecto Islero y no fue cancelado hasta el año 1982. Los detalles de aquella operación han permanecido ocultos durante seis décadas. Una historia con la que el escritor y guionista José Antonio Pérez Ledo (Bilbao, 1979) se topó casi por casualidad, pero que le atrapó de tal manera que ha creado una novela titulada 'Cementerio de secretos'.

A lo largo de la novela, Pérez Ledo, creador de 'El gran apagón', el pódcast de ficción más escuchado en España, va narrando lo que realmente ocurrió con la bomba atómica española de tal manera que el lector puede llegar a creer que lo que cuenta es ficción, sin embargo, es la pura realidad, aunque la mayoría de las personas lo desconozca. “En 5 minutos los lectores sabrán qué me inventado y qué no, y seguramente mucha gente se va a sorprender de que me he inventado menos de lo que parece. Lo que hice fue coger lo que se sabe -porque es un secreto de Estado- del Proyecto Islero y poner una capa de ficción por encima para contar la historia que a mí me interesa”, asegura Pérez Ledo a este periódico, que para contar la historia ha creado un protagonista atípico, una especie de Sherlock Holmes que tendrá que descubrir qué ocurrió realmente con uno de los secretos mejores guardados de la historia de España.

'Cementerio de secretos' es una novela que va viajando desde la realidad hasta la ficción, pero hay sucesos que realmente tuvieron lugar aunque parecen inventados por usted, empezando por el protagonista, Tirso de la Fuente, cuya profesión es ser lingüista en la Policía. ¿Es algo intencionado?

Mucha gente no lo sabe, de hecho algún personaje que se cruza con Tirso le pregunta que desde cuándo hay lingüistas en la Policía, pero la realidad es que son habituales. En la Policía hay asesores de todo tipo, entre ellos los lingüistas forenses, y de hecho, ha habido casos en España resueltos gracias a ellos. Se dedican a analizar cartas y notas, estudian a las personas que están siendo interrogadas para descubrir cuestiones como de dónde es o si está diciendo o no la verdad. Hoy en día con las notas de voz o los mensajes de WhatsApp pueden inferir de qué zona es la persona que escribe. Lo que hago para crear a Tirso de la Fuente es coger estas cualidades y le convierto casi en Sherlock Holmes, lo saco de quicio para que se convierta en un superhéroe del lenguaje.

En ese sentido, ¿juega con lo desconocido?

Claro, porque la gente no sabe que es algo real. Pasa como con el Proyecto Islero, la construcción de la bomba atómica en España, que los personajes de la novela se sorprenden porque realmente la gente no saben que ocurrió. Cuando conté en mi entorno que estaba escribiendo una historia sobre la bomba atómica en España, la gente me preguntaba '¿pero es imaginaria?' Y claro que no, es el proyecto de construcción real de una bomba atómica.

¿Su objetivo es que la sociedad conozca el Proyecto Islero?

No, aunque es inevitable que cuando lean la novela les interese el proyecto como mínimo para una búsqueda en Wikipedia. Además, en 5 minutos sabrán qué me inventado y qué no, y seguramente mucha gente se va a sorprender de que me he inventado menos de lo que parece. Lo que hice fue coger lo que se sabe -porque es un secreto de Estado- del Proyecto Islero y poner una capa de ficción por encima para contar la historia que a mí me interesa, pero muchas de las cosas que se cuentan del Proyecto Islero son reales, por ejemplo, cómo se articuló todo el proyecto y la forma en la que se hizo que se cuenta en la novela es completamente real.

La Ley de Secretos Oficiales española se mantiene intacta, mientras que las leyes que protegen los secretos de los países de alrededor son más flexibles en este aspecto, ¿por qué considera que ocurre esto?

De hecho todos los países de nuestro entorno son más flexibles en este aspecto. En ellos las leyes de secretos oficiales duran entre 25 y 30 años y después hay que desclasificarlos, otra cosa es que el Gobierno de turno decida reclasificarlos, pero el hecho es que el secreto caduca a los 25-30 años. Sin embargo, en España, los secretos no caducan jamás, son eternos. Eso es una anomalía democrática evidente, porque viene del franquismo y en Democracia no tiene ningún sentido. Es evidente que no hay voluntad política, aunque ha habido un intento por parte del PNV y el Gobierno de coalición de crear la Ley de Información Clasificada para tomar relevo a la Ley de Secretos Oficiales y no lo han conseguido. Aún así, según expertos, lo que proponían era incompleto y seguía siendo una ley mucho más opaca que la de los países de nuestro entorno.

Oficialmente lo que se nos ha dicho es que no se llegó a construir ninguna bomba atómica, pero al ser un secreto de Estado no tenemos ni idea

¿Se ha encontrado con algún tipo de traba más allá de que son documentos a los que no se puede acceder, a la hora de investigar sobre ello?

He tenido que investigar de lo que es público, la principal fuente de información de la novela es el libro sobre el Proyecto Islero de Guillermo Velarde, que fue responsable del proyecto y todas las entrevistas que dio en vida, que fueron pocas porque empezó a hablar del tema cuando ya era muy mayor. En su libro cuenta todo lo que considera que puede contar, pero no sabemos qué es verdad y es la perspectiva del hombre que lideró ese proyecto, no es un libro histórico.

Habla de falta de voluntad política, ¿considera que es la única razón por la que no se desclasifican los secretos?

Lo maravilloso de los secretos es que es una caja cerrada que causa fascinación. Mientras no se abra, solo lo puedes imaginar. Tengamos en cuenta que es secreto oficial todo lo relacionado con el asesinato de Carrero Blanco, no sabemos exactamente qué pasó. Lo mismo ocurre con el 23F o con los GAL, hay muchos sucesos en los que están relacionadas personas que están vivas y a las que se sepa esos secretos podría afectar.

Sin destripar la novela, ¿de qué manera Almería fue víctima de la Guerra Fría?

El accidente de Palomares también es secreto de Estado y sabemos lo que quieren que sepamos. Ese es uno de los episodios de la novela que los lectores crean que surge de mi imaginación, pero no surge totalmente de mi imaginación. El hecho es que el accidente de Palomares, como descubrirán los lectores, jugó un papel relevante en el desarrollo de la bomba atómica española. No voy a leer más. Simplemente añadiría que, cuando lo lees, no puedes creer que realmente haya pasando eso.

¿Qué ocurrió al final con la bomba atómica española?

La historia de la bomba atómica española es una completa locura, lógicamente no quiero contarlo porque destriparía partes de mi propia novela, de lo que va a ir descubriendo Tirso, pero si yo contara cinco cosas que pasaron en el desarrollo de la bomba atómica la gente alucinaría. Nadie sabe qué ocurrió al final y eso es en lo que se basa la novela 'Cementerio de secretos'. Oficialmente lo que se nos ha dicho es que no se llegó a construir ninguna bomba atómica. Se desarrolló durante más de 20 años, pero no se llegó a construir. El proyecto cayó varias veces, fue resucitado otras cuantas, se avanzó en muchas cosas, pero nunca llegó a haber una primera bomba atómica. Eso es lo que sabemos porque es un secreto oficial, pero no tenemos ni la menor idea.

Cuando conté en mi entorno que estaba escribiendo una historia sobre la bomba atómica en España, la gente me preguntaba '¿pero es imaginaria?'

¿Qué cree que habría ocurrido si se hubiera hecho realidad el Proyecto Islero?

Hay personajes en la propia novela que sostienen que si España se hubiese dotado de un armamento nuclear ahora sería un país muy distinto y estaría en una posición internacional muchísimo más destacada. Sin embargo, hay otros personajes que dicen lo contrario y sostienen que los grandes países no son grandes por tener bombas atómicas, sino que ya lo eran antes de desarrollar un arsenal atómico. En la novela yo expongo las dos teorías.

¿Cuál es su objetivo con este libro?

Que la gente se lo pase muy bien durante más de 400 páginas. Yo no soy historiador, me dedico a contar historias y mi objetivo es que la historia guste y sorprenda. La trama de la novela gira muchas veces y hay varias sorpresas por ahí repartidas, así que espero que los lectores la disfruten.

¿Esperas críticas de personas que han intentado acallar esta historia durante años?

En la novela el CNI y el Ministerio del Interior no salen muy bien parados, pero espero que no me den ningún susto. Igual tengo el teléfono ya pinchado (bromea).

Más allá de la literatura, es indudable su éxito en el mundo del podcast ya que recientemente ha sido galardonado con dos premios Ondas (Mejor Podcast de Ficción y Mejor Guion) por 'La firma de Dios' y también el creador de los podcast 'El gran apagón' y 'Guerra 3' (premio Ondas a Mejor Producción). ¿Qué ha supuesto para usted?

Ha sido muy guay. La verdad es que los premios Ondas a 'La firma de Dios' han sido una sorpresa porque todavía la ficción sonora sigue siendo una cosa medio marginal, que la gente no sabe todavía lo que es, y en algunos aspectos, como el premio a Mejor Guion, competíamos con podcast periodísticos muy buenos que no se pueden comparar con la ficción. Que nos lo hayan dado ha sido un orgullo y una alegría, sin duda.

¿Cree que ha habido hasta ahora un prejuicio con el mundo del pódcast? ¿Se les miraba con recelo?

Yo creo que no eran conocidos, la gente no sabía lo que eran, pero ahora que empieza a haber decenas de plataformas y de empresas produciendo pódcast y cada vez más ficción sonora, la gente lo va conociendo más. Hay actores y actrices conocidos que están empezando ahora a hacer ficción sonora, en 'La firma de Dios', por ejemplo, Adriana Ugarte y Carlos Bardem. Mucha gente se acerca porque conoce a los actores y prueba. En el caso de la ficción sonora estoy seguro de que mucha gente no sabe que todavía no sabe que hay series como en la televisión, pero que las puedes escuchar mientras paseas al perro o vas al trabajo. En ese sentido es un formato estupendo como sustituto a la radio o incluso a los pódcast conversacionales porque puedes oír una historia. Y son historias buenísimas porque muchos guionistas de la televisión se están dedicando ahora al mundo del pódcast y está habiendo un nivel altísimo.

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