“Mientras mantienen a las personas en la ignorancia conservan el poder”

Paco Álvarez Molina (Madrid, 1946), reputado analista financiero, decidió hace unos años bajarse del caballo del capitalismo exacerbado y apostar por un modelo más sostenible y una economía con “rostro humano”. La responsabilidad que detentó en su momento en las bolsas de París y de Valencia le han hecho ver las injusticias de un modelo ante el cual pide a los ciudadanos que se rebelen en la medida de sus posibilidades. La sociedad busca nuevas formas de participación política y económica ante un sistema que le margina y Paco Álvarez Molina se ha convertido en uno de los gurús de ese movimiento tanto a través de sus charlas como en su blog.

Pregunta: ¿Usted ha diagnosticado los males del actual modelo económico en el afán por el crecimiento desmedido y la búsqueda del dinero por el dinero?

Respuesta: Si una empresa no crece sin límites es un fracaso. Si año tras año no da más y más beneficios es un fracaso. Lo mismo que un país. Es lo que nos han enseñado.

P. Pero crecer de una manera infinita es imposible y conduce a la frustración.

R. Es una aberración. Todo es finito y, por lo tanto, no hay más remedio que tener recortes y momentos de decrecimiento para volver a subir.

P. ¿Son los ciudadanos los que, de alguna manera, están permitiendo las injusticias generadas por el modelo económico actual?

R. Sí, en la medida en que nos han educado en unos parámetros básicos del modelo que nos impide darnos cuenta del poder que tenemos. ¿Es que sólo tenemos las elecciones para demostrar nuestro poder y cambiar políticos? Tenemos un poder que va más allá. El poder de propio de un ser humano que vive todos los días. Si tenemos unos convencimientos hay que aplicarlos y después intentar ver si nuestro comportamiento es lógico o no. Por ejemplo, hay empresas españolas que trasladan su producción a China y seguimos comprando sus productos a pesar del paro que han provocado en el país. ¿Eso es lógico? Mientras el sistema mantiene a las personas en la ignorancia conserva el poder.

P. ¿Resulta una utopía intentar dar la vuelta al modelo económico actual y hacerlo más justo y equilibrado?

R. Es una utopía, pero sabiendo que ese intento de cambiar nos hace avanzar. Esa utopía tiene su lógica. Lo que no tenemos que hacer es vender humo diciendo que esto va a cambiar enseguida. No. Va a llevar su tiempo, pero se podrá alcanzar. No se pueden resolver los problemas con la misma forma de pensar que los provocó.

P. ¿Uno de los ejes de ese cambio empieza por rebajar la competitividad en favor de la cooperación?

R. El concepto de competitividad tal y como se inculca hoy en día es totalmente destructor. Para que el cambio se consolide lo que hay que lograr es que las generaciones que vienen detrás empiecen a mentalizarse. La cooperación no es nada nuevo. Lo que ocurre es que los medios de comunicación a menudo hablan del fracaso de las cooperativas porque es algo que no les interesa. Pero en el País Vasco hay muchos ejemplos de que eso no es así. Un modelo cooperativo permite que cuando las empresas alcancen un tamaño monstruoso no se derrumben, sino que creen otras a su alrededor para cooperar conjuntamente. Gente pequeña en lugares pequeños haciendo cosas pequeñas, pero de forma regular, pueden cambiar la historia y provocar los cambios. ¿Qué pasaría si un millón de españoles se dieran de baja de Telefónica? Todos podemos hacer algo para que las grandes empresas recapaciten.

P. La clase política se empeña en vender que la austeridad puede generar empleo y confianza en la economía, pero el único fruto visible de esa política es la pobreza, el abaratamiento del despido y la devaluación de los derechos de los trabajadores. ¿Cómo va a terminar esta espiral?

R. Todos los cambios requieren de tiempo. La plataforma antidesahucios es consecuencia del movimiento 15M. La plataforma ha logrado más de un millón de firmas y ha hecho avanzar la cuestión. A veces parece que no hay cambios, que nada avanza, pero todo sirve. Es probable que no todo lo que hizo el 15M, pero sí muchas cosas de las que ahora empiezan a verse los frutos. ¿Alguien cree que Mayo del 68 explotó porque algunos estudiantes se manifestaron, la policía cargó y la ciudadanía se levantó? Hay que ver lo que ocurrió en los años anteriores. En 1965 se decía que no había servido de nada el malestar de los años anteriores, pero al final fue una suma de todo que reventó en 1968.

P. ¿Debemos ponernos a salvo cuanto antes y sacar el dinero e los bancos?

R. Ni siquiera confiamos en nuestros vecinos y después resulta que dejamos nuestro dinero casi en cualquier lado. Hoy en día habría que hacer algo muy simple y concreto: Bankia, se diga lo que se diga, es un banco público. En una empresa quien manda es el consejo de administración formado por los accionistas mayoritarios. En Bankia el accionista mayoritario es el Estado. Si lo dijeran así, que es un banco público, mucha gente llevaría el dinero allí con confianza.

P. Los partidos no asumen ninguna responsabilidad, ni en lo ocurrido en las cajas de ahorro en las que mandan.

R. Hay consejeros que ahora están delante del juez diciendo que no sabían nada de lo que pasaba. Pues si es así, al menos que devuelvan el dinero que ganaron.

P. ¿La alarma creada hace que se retraiga una parte de la sociedad y prefiera el no pienso, luego existo?

R. Los mensajes de los grandes medios de comunicación son alarmistas precisamente para conseguir que la gente piense que tiene poco, pero al menos tiene algo, y que por eso es mejor no moverse. El sistema político y económico está diseñado para moldear con facilidad a la sociedad y acepte los recortes de derechos como un mal menor. Pero el cerrojo que ha impuesto va a saltar porque un 26% de paro es inaguantable.