Mikel Torres, vicelehendakari del PSE-EE en el Gobierno de Pradales: “Transferir la Seguridad Social será muy complicado”
Ve al lehendakari una persona “de palabra” y al PNV un socio “leal”, avisa de que el derecho a decidir es una “línea roja”, se dice cómodo en la monarquía española y pone en valor la estabilidad política en Euskadi
Mikel Torres (Portugalete, 1970) ya no es el alcalde de Portugalete. Puso fin en junio a 29 años con edil y a 16 como regidor de su ciudad para entrar al Gobierno liderado por su vecino, Imanol Pradales. En la coalición con el PNV, Torres es el referente del ala socialista tras la decisión de Eneko Andueza de no entrar al Ejecutivo. Tiene rango de vicelehendakari segundo y es el consejero de Economía, Trabajo y Empleo, con competencias también sobre los fondos europeos y, si se completa la transferencia, sobre Seguridad Social. Pero Torres avisa de que será una negociación “muy complicada” aunque socialistas y nacionalistas lo hayan comprometido para 2025. Defiende un nuevo Estatuto también y no ve con malos ojos que incluya un “reconocimiento nacional” de Euskadi, pero insiste en que la “línea roja” será la autodeterminación. El vicelehendakari no ve como una preocupación el crear selecciones deportivas vascas diferenciadas y se siente también cómodo con España como monarquía. En sus áreas, prioriza el empleo de calidad a la cantidad de puestos de trabajo, ve un “error” hablar de una jornada de cuatro días aunque sí abogada por reducir tiempos de trabajo, se desmarca de los mensajes del PNV contra las huelgas y el absentismo (es afiliado a UGT) y, a diferencia de otros dirigentes de izquierdas, sostiene que hay veces que hay servicios públicos que están mejor externalizados a empresas privadas. Sobre Pradales, cree que es un lehendakari “de palabra”.
El lehendakari reside en Portugalete, usted evidentemente también, Eneko Andueza vive allí y también el consejero de Salud, Alberto Martínez. ¿Qué ocurre en Portugalete?
Han confluido una serie de circunstancias. Efectivamente, en esta legislatura Portugalete tiene un papel especial. Es verdad que la Margen Izquierda en general es un sitio donde políticamente siempre ha habido una actividad muy intensa. Pero, bueno, esto es una simple coincidencia.
Se lo decía porque cuando dejó de ser alcalde habló, precisamente, de traer al Gobierno el “estilo Portugalete”. ¿Qué es eso?
A lo largo de 16 años siempre he intentado que las cosas de la ciudad en la que he nacido, en la que he vivido y de la que me ha tocado ser alcalde se logren siempre por acuerdo de todos los partidos políticos. Siempre me han reconocido esa capacidad de diálogo y de llegar a acuerdos en beneficio del municipio con todos los partidos políticos. Prueba de ello fue que el último presupuesto, teniendo mayoría absoluta, se hizo con el acuerdo de todos. No tuvimos ningún voto en contra.
¿Es difícil pasar de la política municipal a estas otras responsabilidades?
Es difícil. Sobre todo, el cambiar una política muy cercana, de mucho contacto con los vecinos, con las asociaciones culturales, sociales, deportivas o vecinales. Se pasa de una gestión muy directa en la que prácticamente todo pasa por ti y todo lo decides tú a otra donde está todo mucho más estructurado. La jerarquización de los procedimientos es mucho más complicada y, sobre todo, el contacto no lo tienes tanto con el ciudadano, aunque sí en mi caso con los agentes sociales y económicos. Pero sí es verdad que la concepción política es muy diferente para alguien que ha estado toda su vida política en un ayuntamiento, casi 29 años.
¿Pradales es un buen lehendakari?
Tiene que demostrar que va a ser un buen lehendakari. Todavía no podemos decirlo. Pero lo conozco como persona desde hace muchísimos años, antes incluso de la relación que tuvimos también en la Diputación Foral de Bizkaia, y siempre he tenido sintonía con él. Siempre hemos tenido cordialidad y mano tendida para hablar, para dialogar y para llegar a acuerdos. Me parece una persona de palabra.
Andueza suele decir que el Gobierno vasco es “progresista”. ¿Puede serlo estando encabezado por el PNV?
Lo que nos rige es el acuerdo de Gobierno que hemos firmado entre el PNV y el PSE-EE. Para nosotros, es un acuerdo de progreso. Se establecen muchísimas medidas y el PSE-EE ha visto reflejado casi todo su programa electoral. Mucho de lo acordado tiene que ver con políticas progresistas. Por lo tanto, se puede decir que seguramente es un Gobierno de progreso. No sé si es “progresista”, pero sí es de progreso.
¿Se han conjurado PNV y PSE-EE para evitar las tensiones de la pasada legislatura? Ahí está, por ejemplo, el tema de la ley estatal de Vivienda.
Es difícil que no surjan tensiones a lo largo de cuatro años. Al final, somos dos partidos con líneas políticas diferentes que hemos llegado a un acuerdo de gobernabilidad en beneficio del país. Indudablemente, surgirán diferencias. Nos tocará limar las discrepancias y llegar a acuerdos. Esta legislatura es diferente. Tenemos cambio de lehendakari. Creo que podemos dar pasos adelante y que esos conflictos que surgieron no vuelvan. Muchas veces se dieron porque no hubo un acuerdo previo. Hicieron cosas de forma unilateral. Por ejemplo, la ley de Educación, donde se intentó hacer un acuerdo unilateral entre EH Bildu y el PNV. Eso hizo que hubiera una fricción importante en el Gobierno.
Pradales tiene que demostrar que va a ser un buen lehendakari. Todavía no podemos decirlo. Pero lo conozco como persona desde hace muchísimos años y siempre he tenido sintonía con él. Me parece una persona de palabra.
¿Euskadi es un oasis de estabilidad en vista de la situación en España, en Catalunya o en Francia?.
¡Por supuesto! Diría que Euskadi es el lugar con más estabilidad política en España e incluso en gran parte de Europa. Además, es más meritorio porque gobernamos dos partidos diferentes. En otras regiones autonómicas habrá mayoría absoluta de un partido o de otro, pero su estabilidad política no es la que hay en Euskadi. Hoy es una tierra muy atractiva para poder hacer política y también para poder invertir y desarrollar laboralmente un futuro. Viendo lo que hemos vivido, lo hemos conseguido en pocos años.
¿Un Concierto Económico en Catalunya quita valor a la singularidad fiscal de Álava, Bizkaia, Gipuzkoa y Navarra?
El único Concierto Económico que conozco es el que está en la Constitución. Tenemos que esperar para ver cómo se puede desarrollar. A mí lo que más tranquilidad me da es que Salvador Illa va a ser president y que va a gestionar de una forma solidaria y tranquila.
¿Cree que Pedro Sánchez podrá sacar adelante los presupuestos de 2025?
Confío en que sí. Fue algo inesperado que no saliera adelante la senda del déficit, que es muy importante para todas las comunidades autónomas y también para el Gobierno de España. Me pareció una irresponsabilidad terrible por parte de Junts.
¿Ve al PNV como un socio leal o cree que en algún momento podría volver a pactar con el PP, como ocurrió el pasado?
Por todo lo que estamos trabajando con ellos en los últimos años y por el acuerdo de investidura que ha habido con Pedro Sánchez -con alto grado de cumplimiento-, en principio los veo como un socio leal. El otro día tuvo lugar una reunión del lehendakari con Pedro Sánchez y hay muy buena disposición a seguir trabajando juntos.
¿Cómo se le explica a la ciudadanía que de golpe se hayan creado cuatro nuevos departamentos en el Gobierno, con todo lo que eso supone de gastos y estructura?
Hay que analizar esos nuevos departamentos que se han creado. Lo que vamos a atacar son los problemas más importantes que teníamos en Euskadi. Para eso necesitamos focalizar los esfuerzos, tener departamentos que tengan competencias únicas y exclusivas. Hablamos de los temas de Vivienda, de los temas de Transporte, de los temas de Educación, de Ciencia y de Universidad, … Son retos muy bien definidos. No es incrementar el número de carteras porque sí en función de la representatividad política. Es, sobre todo, afrontar los grandes retos que tenemos y que trabajen en ellos de forma exclusiva.
Vivienda y Transportes se han dividido. Antes, la cartera conjunta la lideraba un socialista, Iñaki Arriola. ¿Está diciendo que no estaba focalizado en esas materias? ¿Lo podían haber hecho mejor con dos carteras separadas?
Realmente, el trabajo que se ha hecho en esas carteras que estaban juntas ha sido muy bueno. Pero hemos visto la posibilidad de hacer un trabajo mucho más incisivo, más inclusivo y, sobre todo, más focalizado en los problemas. Tener Vivienda por un lado y en la otra parte Movilidad Sostenible, o Educación por un lado y Ciencia y Universidad por otro, está muy justificado. Incrementar las Consejerías no quiere decir que el trabajo se vaya a hacer peor. Todo lo contrario. Creemos que se va a hacer mucho mejor.
Dirige la cartera de Economía, Trabajo y Empleo. ¿Su reto es el pleno empleo de aquí a 2028?
El reto principal es que tengamos un empleo de calidad y decente. No nos tenemos que fijar solamente en el número de empleos que conseguimos o en la disminución del número de parados, sino en que el empleo que se cree sea estable, bien remunerado, con una jornada laboral decente y con unas condiciones dignas para desarrollar un proyecto de vida. No me importa tanto tener más personas trabajando sino que las que estén trabajando tengan una calidad en el empleo y sobre todo, que sus contratos sean más indefinidos y más estables. Vamos a llegar a una situación donde el pleno empleo prácticamente lo vamos a alcanzar, pero no me interesa que el empleo que se cree sea precario y de baja calidad. Prefiero que se cree menos empleo de más calidad y más estable que crear mucho empleo de mala calidad.
¿Es partidario de la jornada laboral de cuatro días?
Soy partidario de que las empresas puedan regular su jornada laboral de acuerdo a sus circunstancias. No sé si la jornada tiene que ser de cuatro, de cinco o de seis días. Pero tiene que ser una jornada laboral que permita que los trabajadores puedan conciliar mejor su vida familiar y personal. La jornada laboral se tiene que adaptar también a la cultura empresarial. No hablaría de una jornada laboral de cuatro días. Creo que es un error. De lo que hablaría es de una reducción de la jornada laboral adaptándola a las condiciones de cada empresa. Las culturas de las empresas son totalmente diferentes. Insisto, hablaría más de adaptar la jornada o de la reducción de la jornada, pero no hablaría de cuatro días.
¿Reducirlo a qué, entonces?
Reducir el número de horas efectivas. Es decir, pueden ser 35 ó 34 ó 30. Puedes trabajar cinco días a la semana y menos horas al día. O seis días a la semana y menos horas al día. De lo que hay que hablar es de la reducción de la jornada laboral adaptada a las empresas. Desde el año 1983 tenemos las 40 horas semanales fijadas por ley. La economía y el país han avanzado en esos 40 años lo suficiente para poder hacer una reducción de jornada laboral. A partir de ahí, tocará adaptar al número de días según establezca la cultura empresarial de cada empresa. Además, en Euskadi tenemos una jornada laboral más reducida que la mayoría de los convenios.
Es un error hablar de reducir a cuatro días la jornada laboral. Hay que hablar de reducir el número de horas efectivas. Puedes trabajar cinco días a la semana y menos horas al día. O seis días a la semana y menos horas al día.
¿Lanbide es una herramienta realmente útil cuando toca buscar un empleo?
Es una herramienta útil si sabemos enfocarla bien. A mí me toca poner en marcha toda la transformación de Lanbide que ya Idoia Mendia inició a través de la ley de Empleo. Va a pasar a ser un ente público de derecho privado. Tiene que ser, sobre todo, un instrumento efectivamente útil para insertarse en el mercado laboral. Pero también las empresas lo tienen que ver como un lugar al que pueden acudir para intentar captar personas formadas. Por eso, en esta transformación de Lanbide vamos a hacer un itinerario muy personalizado para todos los trabajadores. Hay un proyecto muy bien definido, con un plan de contingencia con el que antes del verano de 2025 todas las personas apuntadas en Lanbide tendrán que tener un itinerario personal y luego, a partir también de septiembre, un desarrollo para su inserción laboral. Vamos a hacer especial hincapié también, cosa que antes no se hacía tanto, en la intermediación con las empresas. Vamos a volcar gran parte del trabajo de Lanbide en el contacto con las empresas.
En su cartera está incluida también la gestión de los fondos europeos. El PNV ha criticado de manera intensa que el Estado no estaba gestionando de manera adecuada esta cuestión. ¿Comparte el diagnóstico?
No comparto mucho el diagnóstico. Los fondos europeos [Next Generation EU] son algo extraordinario que ha llegado por primera vez a España y, por lo tanto, también a las comunidades autónomas. Lo más importante es que estos fondos están permitiendo poner en marcha proyectos que seguramente no se hubieran podido hacer en Euskadi. Hasta junio, habían llegado ya unos 2.423 millones a Euskadi, de los que 1.233 se han asignado a la gestión autonómica. Casi un 95% ya está desembolsado. Y 1.190 son de gestión estatal. El volumen que está llegando es importante. ¿Que se podría ser más ágil? Seguramente. Pero hay que tener en cuenta que las especificidades y los requisitos que pone la Unión Europea para gestionar estos fondos son muy exigentes. Estamos intentando trabajar para intentar que la gestión sea mejor, que de alguna forma se acorten los plazos y, sobre todo, que los requisitos que se nos ponen se puedan flexibilizar. Pero es complicado porque la Unión Europea es muy estricta en su control.
La anterior consejera, Idoia Mendia, intentó hacer festivo el 8 de marzo. No lo logró. ¿Va a hacer usted otra propuesta de festividad feminista en el calendario laboral?
Es una de las cosas que no hemos hablado en el actual Gobierno. Me parece una muy buena idea la que tuvo Idoia Mendia en su momento. Pero ahora no lo hemos hablado. No está recogido en el acuerdo de Gobierno.
Hay un mandato parlamentario…
Sí, hay un acuerdo parlamentario. Será algo que tendremos que mirar. Tendremos que hablarlo. Ahora no hay ningún tipo de decisión.
¿Cómo valora que la mayoría sindical no participe de modo regular en los foros de diálogo social?
Lo valoro mal. Me parece que es una pérdida de oportunidades para avanzar en las mejoras en el mercado laboral en Euskadi. El diálogo siempre da unos efectos muy positivos sobre las condiciones laborales. Es sobre todo beneficioso para los trabajadores. Esto se va rompiendo poco a poco porque LAB está ya entrando en muchos de los organismos en los que anteriormente no estaba. Por ejemplo, en Lanbide. Espero que ELA recapacite. Nuestra puerta siempre está abierta y nuestra mano siempre está tendida. El diálogo social da mucho mejores beneficios que la confrontación, aunque la confrontación es buena y es también importante. Hay procesos de confrontación y de huelga que sirven para mejorar las condiciones laborales, pero el diálogo tiene que ser tenido en cuenta. Por lo menos, al mismo nivel que la confrontación.
Es raro escuchar a un consejero de Trabajo decir que la confrontación es buena y que la huelga también es buena.
La huelga es un derecho constitucional. Hay procesos en los que no se llega a acuerdos y la huelga también ejerce un nivel de presión importante para poder llegar a ellos. El derecho a la huelga es algo constitucional que yo siempre he defendido. Lo voy a defender siempre. Lo respeto. Pero el diálogo tiene mejores beneficios que las huelgas.
El PNV ha criticado el exceso de huelgas. Y, desde luego, también un supuesto exceso de absentismo en Euskadi.
A la ausencia de trabajadores en su puesto laboral no me gusta llamarlo absentismo. Hay que tener en cuenta que siempre hay un parte de baja médica. Lo que otros llaman absentismo laboral son personas que no acuden a su puesto de trabajo porque tienen un parte de baja médica y que, por lo tanto, tienen algún problema de de salud. Es algo que nos preocupa no solamente en el Gobierno sino también a todas las entidades sociales, a los sindicatos y a la patronal. Dentro de la mesa de diálogo social hay un grupo de trabajo para analizar realmente el fenómeno y qué soluciones se le pueden dar desde la parte social, desde la parte institucional y también desde la parte patronal. Es verdad que puede haber escondida una circunstancia de envejecimiento de la población o de nuevas enfermedades que no estaban contempladas hace años.
El diálogo social da mucho mejores beneficios que la confrontación, aunque la confrontación es buena y es también importante. Hay procesos de confrontación y de huelga que sirven para mejorar las condiciones laborales.
¿Sigue siendo afiliado de UGT?
Sí, soy afiliado de la Unión General de Trabajadores desde hace muchísimos, muchísimos años. Prácticamente desde que me afilié al Partido Socialista. Es una tradición también familiar, de mi padre. El sindicato lo he vivido siempre muy, muy de cerca, al igual que el partido. Ambos van unidos de la mano porque tienen el mismo fundador, Pablo Iglesias. Siempre me he sentido muy cómodo en un sindicato. Soy afiliado a la Unión General de Trabajadores y estoy muy orgulloso de ello.
¿Ve razonable que en estos días la patronal vasca esté pidiendo que se baje el Impuesto de Sociedades y que desaparezca el Impuesto de Patrimonio?
No es una cuestión de bajar o subir, sino de saber cuál es el país que queremos y cuál es la calidad de los servicios públicos que queremos. Soy de los que considera que muchas veces las empresas no establecen su capacidad de invertir o de instalarse en función del tema fiscal. Creo que hay otros factores que para ellos son muy importantes, como puede ser la estabilidad política de un país. Euskadi es muy atractivo para invertir. También es importante tener una mano de obra formada, como la hay en Euskadi, con una formación muy potente en la que invertimos muchos recursos. Las empresas te reclaman tener buenas infraestructuras y otra serie de servicios públicos que tenemos que financiar y pagar. Me resulta un poco paradójico que en una situación de grandes beneficios en las grandes empresas una de las cosas primeras que se pidan sea bajar el Impuesto de Sociedades. Y, en cuanto al tema del Impuesto de Patrimonio, lo mismo. A corto plazo tiene un efecto muy pequeño, pero a medio y largo plazo la acumulación de riqueza se tiene que gravar.
A su cartera le correspondería la gestión de la hipotética Seguridad Social vasca. ¿Se va a producir la transferencia de aquí a 2025?
Va a ser la transferencia más complicada de realizar, desde luego. No sé si le podemos poner plazos. En principio, en el acuerdo de investidura de Pedro Sánchez en 2023 había efectivamente un plazo de dos años para poder culminar el desarrollo del Estatuto. Sabemos que la gestión económica de la Seguridad Social es algo muy complicado. Ambas partes tenemos esa mano tendida para que podamos gestionarlo sin romper la caja única y sin que haya ningún tipo de agravio, pero veremos cómo se sustancia. Pero hay que decir que es complicado, que es difícil.
¿Hay voluntad por parte del Gobierno de España para transferirla?
Sí, por supuesto. Hay voluntad porque así está plasmado el acuerdo de Gobierno con el PNV y en Madrid. Se tiene que crear una comisión bilateral que estará presidida por el presidente del Gobierno y por el lehendakari. Ahí se verá cómo van las negociaciones, pero creo que de las transferencias pendientes es la más complicada, como es obvio y lógico.
¿En qué puede beneficiar a un pensionista que la competencia de la gestión económica la asuma la Administración vasca? ¿Su pensión va a ser más alta si se gestiona desde Euskadi?
Es un poco lo que habrá que definir. En principio no va a cambiar nada en cuanto a su cantidad de pensión. Lo que tenemos que intentar es hacer una gestión mucho más eficiente si la hacemos nosotros desde Euskadi. Pero desconozco realmente al 100% en qué puede consistir esa gestión económica, más allá de que de alguna forma nosotros gestionemos parte de esa caja única.
¿Es partidario de la transferencia de puertos y aeropuertos?
Los aeropuertos son lugares estratégicos y es evidente que hay muchas circunstancias que hacen que la transferencia sea complicada. En principio, no estoy en desacuerdo. Me parece que es una cosa lógica. Pero siempre con acuerdo entre la comunidad autónoma del País Vasco y el Estado.
¿Vitoria o Ezkio/Itsaso para conectar la ‘Y vasca’ con Navarra?
Lo que sea viable, sobre todo medioambientalmente y económicamente. Lo que sea mejor para Euskadi. No soy yo experto en cuál es el mejor proyecto y, por lo tanto, nos tendrán que presentar ambas para poder decidir cuál es la mejor.
¿Veremos en esta legislatura un nuevo Estatuto?
Los partidos políticos estamos de acuerdo en el 85% de las cosas. Estamos en desacuerdo en un 15%. Ésas son las cosas que tendremos que limar. Es difícil. Sobre todo en lo que hace referencia al derecho a decidir. Para nosotros es una línea roja. Como hemos visto en Catalunya, no tiene ningún recorrido. Y ya lo vivimos anteriormente aquí con un lehendakari nacionalista [Juan José Ibarretxe]. Nuestra postura es clara. Si hay voluntad política, podremos avanzar en tener un nuevo Estatuto.
¿Y qué significa el “reconocimiento nacional” que aparece en el acuerdo de Gobierno entre el PNV y el PSE-EE?
No va más allá de lo que aparece ya en otros Estatutos de autonomía como el de Andalucía o el del País Valenciano. No tenemos ningún problema con el término “nación” para Euskadi siempre que sea en un proyecto que es cultural o lingüístico, Es verdad que tenemos una singularidad. El término “nación” a nosotros no nos importa.
Venimos de la Eurocopa y estamos en plenos Juegos Olímpicos. ¿Cómo vería que Euskadi compitiera con una selección propia?
Ya hay una serie de oficialidades que están reconocidas para algunos tipos de deportes. Pero me parece complicado que se pueda avanzar mucho respecto a una representatividad plena de Euskadi a nivel de selecciones oficiales o de competiciones oficiales. Yo estoy muy contento y muy, muy, muy a gusto dentro de las selecciones de diferentes deportes que hay en España. No es un problema que a mí me preocupe y diría que tampoco a la ciudadanía vasca.
Pues está en el programa de Gobierno…
En algunos deportes, es evidente, se ha ido avanzando. Ahí está el tema del surf. Avanzar en esos deportes me parece bien, pero no es una cosa que sea un pilar fundamental del acuerdo de Gobierno. Sabemos las dificultades que conlleva.
Estoy muy contento y muy, muy, muy a gusto dentro de las selecciones de diferentes deportes que hay en España. El de las selecciones vascas no es un problema que a mí me preocupe y diría que tampoco a la ciudadanía vasca. Y me encuentro muy cómodo dentro de la monarquía parlamentaria.
Por cierto, ¿monarquía o república?
Me encuentro muy cómodo dentro de la monarquía parlamentaria. Indudablemente, tengo una ideología que viene de un partido con unas aspiraciones republicanas importantes, sobre todo en el desarrollo de una España más federal. Pero, insisto, me encuentro muy cómodo en la monarquía parlamentaria. Lo importante no es qué tengamos, sino que lo que tengamos sea bueno para Euskadi.
¿Qué le parece que el Departamento de Salud haya vuelto a adjudicar a la empresa La Pau, nuevamente, el contrato de ambulancias?
Es un tema del Departamento de Salud. Nosotros estamos trabajando en los expedientes que tenemos abiertos en la Inspección de Trabajo. Tenemos algunas denuncias de algunos trabajadores sobre temas de relaciones laborales, sobre todo por impago de salarios. Pero no me compete a mí decir si ha sido acertado o no. Me imagino que lo habrán hecho con todos los informes legales y todas las prevenciones.
La Inspección de Trabajo depende de su Departamento. ¿No le preocupa que una empresa que ha sido sancionada 24 veces por su Departamento reciba contratos públicos?
Imagino que cuando se ha adjudicado el contrato habrá sido teniendo en cuenta todo ello y con todos los parabienes legales. Desconozco realmente el contenido del contrato y lo único que conozco son un poco las reclamaciones y las denuncias de los trabajadores sobre impagos en salarios. Es verdad que de alguna forma esto te puede poner un poco en prealerta de las empresas que concursan y que precarizan a los trabajadores. Pero a mí no me corresponde decir si está bien o está mal adjudicado, como usted puede comprender.
¿Sería mejor la publificación del servicio?
Hay que ver si puede ser beneficioso, si realmente se dan las circunstancias y es eficiente para la Administración. Muchos servicios se prestan de una forma más eficiente desde empresas que trabajan para la Administración. No lo sé en este caso. Lo importante es que el servicio, independientemente de quién lo preste, sea público o privado, resulte eficiente. En este caso, lo que tenemos que exigirle a la empresa es lo mismo que a la Administración si lo prestara ella directamente.
El PSE-EE ha asumido la gestión de Memoria Histórica. La consejera, María Jesús San José, ha planteado la necesidad de un cambio de enfoque con relación a lo realizado por el PNV. ¿Qué significa esto?
Creo que lo que la consejera refiere cuando habla de un cambio de enfoque es hacer un trabajo mucho más intenso de la realidad de lo que vivimos en Euskadi. Seguir trabajando mucho en el tema de las víctimas, que son fundamentales para nosotros, pero también hacer un relato respecto de los victimarios y especialmente de la realidad de lo que pasó en este país. Hay que trabajar mucho más la memoria reciente. No se ha hecho un relato sobre los victimarios y queremos hacer ese cambio de rumbo. Hay que seguir con las cosas buenas que se estaban haciendo, que son muchas, pero es un proyecto nuestro y somos muy exigentes. La consejera está haciendo un programa y un proyecto que esperemos que sea atractivo para la sociedad vasca.
Muchos servicios se prestan de una forma más eficiente desde empresas que trabajan para la Administración.
¿Es de los que piensa que hay excesivas exigencias de euskera para acceder a la Administración vasca?
Siempre he dicho que hay que buscar un equilibrio entre los derechos laborales y los derechos lingüísticos. La exclusión de personas que son buenos profesionales de la Administración pública por un tema lingüístico es algo que tenemos que revisar. A nadie nos interesa. Queremos tener a los mejores profesionales para dar los mejores servicios públicos. Tenemos que buscar un equilibrio. En esta legislatura es una de las cosas que nos hemos planteado realizar. Creo que vamos a hacer un trabajo eficiente.
¿Usted cómo lleva el euskera?
Bueno… ahí lo llevamos. La verdad es que intento de alguna forma hablar todo lo que puedo y comunicarme todo lo que puedo. Es complicado para una persona que no tiene un conocimiento del euskera muy exhaustivo. Vengo de una generación en la que en la EGB no se estudiaba en euskera. Sí es verdad que mi desarrollo profesional lo intenté hacer en otros idiomas y, bueno, estamos en ello. Intentaremos mejorar y hacerlo, como decía, en ese equilibrio entre los derechos lingüísticos y el tema de la representación pública que me corresponde.
elDiario.es/Euskadi
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