La oposición de izquierdas se aleja del Gobierno de Urkullu en vísperas de la negociación presupuestaria
El Gobierno de Iñigo Urkullu arranca este miércoles las conversaciones con la oposición sobre los presupuestos de 2023 con un manifiesto alejamiento de las fuerzas de izquierda, EH Bildu y Elkarrekin Podemos-IU, con las que viene entendiéndose en la legislatura en asuntos como Educación, RGI o medio ambiente. En el flanco derecho, PP+Cs continúa igual de lejos que estos años y Vox está fuera de cualquier escenario. No es esto un problema político para el Ejecutivo, que tiene mayoría absoluta, pero sí un síntoma del clima preelectoral que ya impera en la política vasca.
Como en Madrid y en Pamplona, el pasado año EH Bildu dio el paso de pactar los presupuestos en Vitoria en 2022 por vez primera en su trayectoria. ¿Se repetirá la fotografía? El balance es “agridulce”, en palabras de Maddalen Iriarte, portavoz de la coalición en el Parlamento Vasco. Las medidas económicas acordadas “en general se han cumplido”, entiende EH Bildu, que pone en valor que los escasos refuerzos que ha recibido una “deteriorada” Osakidetza han venido por las partidas incorporadas en aquellas negociaciones. El problema es que “es evidente” que no se ha avanzado nada en los “compromisos políticos” adquiridos hace ahora un año. Cita dos la formación abertzale: explorar una mejora del SMI mediante la negociación colectiva y buscar fórmulas para limitar los precios del alquiler. No se han cumplido y el Gobierno “no ha hecho ningún esfuerzo por cumplirlos”, enfatiza EH Bildu, que ha incorporado medidas similares en Navarra, donde lleva cuatro años consecutivos como socio de la presidenta socialista, María Chivite. Iriarte ha contrapuesto la “verdadera” voluntad pactista de Chivite e incluso de Pedro Sánchez frente a la de Urkullu.
Añade EH Bildu que la negociación empieza viciada porque el consejero de Economía y Hacienda no aceptó una reunión previa a la presentación de la propuesta presupuestaria del Gobierno. En Navarra, Elma Saiz sí incorporó ya medidas acordadas con la oposición en el texto inicial del Ejecutivo. “No se pueden reclamar acuerdos pero luego responder 'no' cuando se pide hablar”, ha reflexionado Iriarte, que comparecido con la 'número dos' del grupo parlamentario, Nerea Kortajarena, que está adquiriendo cada vez mayor protagonismo en un contexto en que el Iriarte dejará la Cámara para ser candidata en Gipuzkoa en las elecciones forales de 2023. “Éstos no son unos presupuestos para un cambio de época”, ha apostillado Iriarte, que ve las cuentas “conservadoras” o “continuistas”. Ha añadido que el escenario económico es muy diferente al de hace doce meses por la crisis energética derivada de la guerra en Ucrania. A problemas “estructurales”, respuestas “estructurales”, razona EH Bildu, que considera que sus enmiendas para “acuerdos de mínimos” son “razonadas y razonables”. Que haya elecciones no condicionará las conversaciones, promete Iriarte. “Por nuestra parte, como el año pasado”, ha zanjado.
En cuanto a Elkarrekin Podemos-IU, la constatación previa es que sigue muy molesto con lo que siente como incumplimientos en el pacto educativo que firmó con el Gobierno de PNV y PSE-EE y también con EH Bildu. La formación insiste en que la enseñanza pública no recibe la atención que merece y que el Ejecutivo no está poniendo en marcha los compromisos acordados. Así las cosas, Miren Gorrotxategi ha dado a entender que afrontan estas negociaciones con distancia. Si no se cumple el acuerdo educativo, será difícil que prospere otro de tipo presupuestario, ha venido a reconocer la portavoz, aunque estas cautelas no se aplicaron para dar luz verde a un pacto con el Ejecutivo para reformar la RGI hace solamente unas semanas. Para negociar los presupuestos, Podemos e IU adelantan ya que pedirán centros públicos en municipios que no los tienen ahora -han citado Loiu, Iruraiz-Gauna o Usurbil- y que el Ejecutivo se atreva a “publificar” colegios privados. “Aumento del perímetro de la escuela pública”, ha sintetizado Gorrotxategi, que ha comparecido acompañada de un representante de cada partido de la coalición, David Soto por Podemos y Jon Hernández por IU.
En todo caso, esta formación parece disconforme también con los números de los presupuestos en sí mismos. Asegura que es “propaganda” que sean las cuentas más altas de la historia. “No es cierto” porque la ejecución de lo que va de 2022 es ya de “14.345 millones”, por encima de la previsión fijada para 2023. Igualmente, si la inflación media que se da por buena es 5,4% denuncian que hay áreas sociales que no crecen a ese mismo nivel. “No hay más dinero que nunca y no sirve para combatir la inflación. Extraña en un contexto en que la recaudación es más alta de lo esperado. No hay aumento del gasto público en cuestiones sociales”, ha recalcado Gorrotxategi. Elkarrekin Podemos-IU ni siquiera se atreve a descartar una enmienda de totalidad.
Desde PP+Cs, Luis Gordillo, ha criticado el “ritual” del Ejecutivo, con reuniones de corta duración para tratar de forjar alianzas, aunque van con la “mejor voluntad”. Sobre los contenidos, ha lamentado gastos “estructurales” que se repiten en el tiempo y que son ineficaces y que hay “mil partidas que no se ejecutan”. Ha ironizado que el pasado año el consejero Azpiazu le dio por muy bueno gastar realmente solamente el 50% de las inversiones programadas. “De nada sirve presupuestar 14.000 millones si 1.000 no se ejecutan”, ha subrayado. “Pedimos un alivio fiscal a familias y empresas”, ha planteado igualmente Gordillo, que aprecia una “obsesión” por “recaudar” en las Administraciones vascas. La última reforma fiscal se cerró precisamente entre PNV, PSE-EE y los 'populares'. Esta formación se ha atribuido el mérito de que se hayan activado tres deflactaciones ya en Euskadi.
En la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno, el consejero-portavoz, Bingen Zupiria, ha recordado que la propuesta tiene “bases sólidas” para buscar acuerdos, ya que la oferta incrementa de modo importante el gasto para afrontar los retos económicos -“de 1.100 millones”-, la inversión -“1.800 millones”- y la innovación -subida “del 12%”-. Es “anticíclico”, ha recalcado el portavoz. El Gobierno se va “empeñar” para lograr el “mayor acuerdo posible”, ha asegurado Zupiria. “Se abre una oportunidad para dialogar, negociar y llegar a acuerdos. Me corresponde subrayar que la actitud del Gobierno es de disposición y de voluntad clara. Veremos el resultado”, ha reseñado Zupiria, que ha hablado de que hay un mes de plazo hasta que se voten las enmiendas de totalidad que se puedan presentar. El Gobierno tiene “experiencia” en pactar con EH Bildu o con Elkarrekin Podemos-IU. Y ha destacado Zupiria que los departamentos se han esforzado para cumplir todos y cada uno de los puntos acordados en 2022 con la coalición.
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