“Yo ordené liberar a Segundo Marey”

 

“Yo ordené liberar a Segundo Marey”. De esta manera tan elegida titulaba 'El País' este domingo 6 de noviembre una buena entrevista de Miguel González con José Barrionuevo. La directora podía haber elegido otro texto, como por ejemplo, “Era una guerra sucia y nosotros actuábamos de la misma manera” o “Como Larretxea no cabía en el maletero, fuimos a por otro”, “Combatimos a ETA sin los criterios del estado de derecho”, “Ojo por Ojo, diente por diente”. Pues no. 'El País' eligió el titular más benevolente y comprensivo para decirnos que, encima, Barrionuevo salvó la vida a Segundo Marey.

Lógicamente esto ocasionó una viva polémica en Euskadi, donde todos los partidos tomaron postura haciendo de ariete responsables políticos tan significados como Eneko Andueza, secretario general del PSE, el delegado del Gobierno Denis Itxaso, la vicelehendakari Idoia Mendia, el parlamentario Ekain Rico, la juntera Rafaela Romero y todo aquel que tenía una significación socialista, algo que lógicamente no habrá gustado nada al llamado 'guerrismo', ni a Felipe González ni mucho menos a los responsables de todo tipo de aquel drama sin olvidar a los diputados que en pasillos del Congreso llevaban una chapa roja que decía “Yo también soy Pepe Barrionuevo”.

Otros tiempos pero, por si acaso, en el Madrid político y en el Madrid mediático esto no ha sido noticia. Ni ha originado debate alguno. Es un caso amortizado y, a pesar de que Aznar en su día intentó usarlo contra Felipe González fue él, el responsable del cierre de una Comisión de Investigación que logramos abrir en el Senado. En la puerta de la Comisión, presidida por el senador canario Victoriano Ríos, un acuerdo de Martin Villa con el general Sáenz de Santamaría, con la bendición de autollamados partidos vertebradores de España, la cerró. “No podíamos abrir en canal una transición donde hubo abusos de todo tipo de unos y otros y donde salía perdiendo quien teniendo el monopolio de la fuerza la usó para conculcar todo lo conculcable matando 28 personas”. Aquello fue un estado de desecho, no de derecho.

La entrevista nos presentaba a un Barrionuevo risueño, como quien sabe que diga lo que diga ahora es impune e inmune. Hay que recordar que solo estuvo dos meses en la cárcel y además nos da el dato que Mariano Rajoy le dijo que no iba a estar ni un día más. Mucha indignación con el 'procés', rey incluido, pero aquí todo valía. Se trata de la unidad de la Patria y ante eso, no hay argumentos que se opongan a su defensa. Así Juan Luis Cebrián se jactaba de que Juan Carlos no hubiera aguantado ni un mes si 'El País' lo hubiera denunciado. Y el GAL no habría matado a 28 personas con un periodismo democrático moral, activo, sensible a todos los derechos humanos y que no se hubiera casado con nadie.

Aquello dio alas a ETA y a su “guerra” ratificada por Barrionuevo. Aquello no fue terrorismo, fue una guerra y en la guerra vale todo, nos dijo Barrionuevo. El fin justifica los medios, señores y no se me pongan exquisitos.