El Parlamento Vasco afronta un nuevo verano con casi tres meses sin plenos y sin fecha para el regreso en septiembre

El Parlamento Vasco celebró el pasado 24 de junio el último pleno ordinario y, al día siguiente, el viernes 25 de junio la última sesión de control del Gobierno antes de las vacaciones de verano. La próxima reunión plenaria no está aún en la agenda pero la tradición sitúa en el entorno de la tercera semana de septiembre el arranque del nuevo período de sesiones, con un debate de política general. Casi será octubre cuando vuelvan los plenos ordinarios y de control. Julio y agosto -y en la práctica la primera parte de septiembre- son meses considerados inhábiles, y a ello se le suma también el parón de todo enero después de Navidad. Y, casi como cada año, ello reabre el debate sobre la actividad institucional en período estival, ya que, por ejemplo, transcurrirán prácticamente tres meses sin que el lehendakari, Iñigo Urkullu, y los consejeros se sometan a las preguntas e interpelaciones de la oposición.

Estos parones se ciñen a la letra del reglamento de la Cámara, que tiene rango de ley, y se justifican por un parlamentarismo tradicional por el cual los electos necesitaban tiempo al margen de los períodos de sesiones para realizar trabajo en sus circunscripciones en contacto más directo con sus votantes. Es más, la propia Constitución de 1978, en el artículo 73, alude a que “las Cámaras se reunirán anualmente en dos períodos ordinarios de sesiones: el primero, de septiembre a diciembre, y el segundo, de febrero a junio”. Así las cosas, la actividad de Congreso y Senado en las próximas fechas también cae a mínimos. Por el contrario, el Parlament catalán sí tiene programado un pleno para este 7 de julio, la Asamblea madrileña se reunirá el 8 de julio y, en el ámbito vasco, las Juntas Generales alavesas, el Parlamento foral, tienen una cita también esta semana.

“No hay parón en el mes de julio”, enfatizan desde el grupo parlamentario del PNV, el de más peso en el Parlamento Vasco. Lo explican: “Se trata de un período inhábil a efectos de plazos y celebración de plenos y comisiones, pero en ningún caso es un período de vacaciones. Durante estas semanas, los diferentes grupos aprovechamos para trabajar asuntos pendientes y preparar el nuevo curso político. Que no se celebren sesiones no quiere decir que no haya actividad política ni parlamentaria”. Aseguran en el PNV que es un momento de actividad legislativa “intensa” –“tenemos en tramitación 17 proyectos y proposiciones de ley”- y con todas las derivadas de la pandemia, que obligará a que se celebren dos comparecencias extraordinarias de la consejera de Salud, Gotzone Sagardui, a lo largo del mes de julio para que dé cuenta de la evolución epidemiológica.

“Con el planteamiento que se nos traslada pudiera dar la sensación de que los parlamentarios sólo trabajan cuando hay plenos y comisiones. Y nos preocupa esa percepción equivocada, porque nuestras responsabilidades y obligaciones van mucho más allá. El Parlamento no está paralizado y los parlamentarios tampoco”, insisten desde el PNV. En puridad, el curso político que ahora se cierre ha sido muy singular porque la celebración de elecciones autonómicas el 12 de julio de 2020 hizo que la constitución de la Cámara y los primeros pasos de la legislatura actual se dieran en agosto, algo excepcional en los 41 años de historia del legislativo vasco. Y la investidura de Iñigo Urkullu para un tercer mandato tuvo lugar a principios de septiembre.

Sus socios en el Gobierno, los socialistas vascos, propusieron en el pasado reformas en el reglamento de la Cámara para reducir estos períodos inhábiles. En pleno agosto de 2014, el todavía parlamentario José Antonio Pastor pidió “agilizar” la actividad parlamentaria retrasando al 15 de julio el final del período de sesiones en verano y adelantando al 15 de enero el regreso tras la Navidad. Ahora el PSE-EE opina que “la ampliación de los períodos hábiles es algo que habrá que analizarse entre todos los grupos”. “En todo caso, los socialistas siempre a favor de utilizar todos los tiempos”, remarcan. Subrayan que en 2021 se han pedido habilitaciones específicas para las comparecencias de Sagardui y que habrá también reuniones de ponencias legislativas, principalmente la que reformará la normativa regulativa del Tribunal de Cuentas.

En la oposición, en cambio, hay exigencia de más dinamismo. EH Bildu, por ejemplo, denuncia que la ley antipandemia recién aprobada fije una comparecencia semanal mientras perdure la emergencia sanitaria por la COVID-19 y que no se vaya a cumplir en verano esta cadencia. Ha registrado un escrito ante la Mesa de la Cámara para “recordar el artículo 12 de la ley y pedir que se haga lo necesario para cumplirlo”. Desde Elkarrekin Podemos-IU la respuesta es sí a habilitar julio como tiempo ordinario de trabajo. Entienden que es un tiempo “efectivo” porque “hay mucho trabajo más allá de plenos y comisiones” pero entienden que ello “no sería incompatible” con mantener la agenda ordinaria en este mes. Igualmente, PP+Cs ha planteado en la Junta de Portavoces que no comparte que al menos las comparecencias de la consejera de Salud no se mantengan en el mes de agosto.

elDiario.es/Euskadi

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