PNV y PSE-EE acuerdan ya mantener los modelos lingüísticos en la reforma educativa y habrá ley el 21 de diciembre
La ponencia ha resuelto “a toda velocidad” la parte final de la nueva normativa, también lo relativo a los modelos A, B y D, y se confirma que se esfuma el consenso amplio con la oposición
La ley educativa, finalmente, incorporará una enmienda que blindará la continuidad de los modelos A, B y D en Euskadi, es decir, la enseñanza en castellano, mixta y en euskera. Se trata de una controvertida decisión que no formaba parte ni del acuerdo político previo para la reforma de la enseñanza, alcanzado en 2022, ni de la redacción inicial del proyecto del consejero, Jokin Bildarratz, de abril de este año. La ponencia que a puerta cerrada ultima el articulado de la nueva ley, que sustituye a la de 1993, ha acordado ya introducir una enmienda en la exposición de motivos tras un acuerdo 'a posteriori' de PNV y de PSE-EE. Los socialistas, socios en el Gobierno de Iñigo Urkullu, habían exigido esta corrección para dar su apoyo a la norma bajo la premisa de que es imprescindible garantizar el derecho de las familias a elegir el idioma de la enseñanza.
La reunión ha durado menos de una hora. Dos fuentes de la oposición han coincidido en que, como en las anteriores, se ha procedido a aprobar los diferentes artículos y enmiendas “a toda velocidad”. EH Bildu ha vuelto a formular una contrapropuesta para evitar los modelos como tales. Desde fuentes parlamentarias de los partidos del Gobierno indican que se estudiará este planteamiento, aunque desde el PSE-EE recalcan que todo lo que sea volver a eliminar los modelos no sería aceptado en ningún caso.
PNV y PSE-EE disponen de mayoría absoluta y, tras incorporar este martes la enmienda sobre los modelos, darán curso a la ley primero en la propia ponencia (la próxima semana, el 27), después en la comisión de Educación (también la semana que viene, el 29) y finalmente en el propio pleno (21 de diciembre). Previsiblemente, si así lo desean, antes de final de año el Gobierno de Urkullu podrá felicitarse por tener aprobada la ley más relevante de la legislatura y por llegar con los deberes hechos a las elecciones de 2024. Sin embargo, esto no oculta que queda muy lejos el consenso del 90% en la Cámara que se prometió para una reforma estructural. Se quedará en un suficiente pero menos efectista 54%.
Las bases de 2022 fueron pactadas entre el Gobierno, PNV y PSE-EE, y las dos principales fuerzas de la oposición, EH Bildu y Elkarrekin Podemos-IU. La coalición de izquierdas ya se bajó hace meses del consenso al entender que la ley blinda el enorme peso de la enseñanza concertada en Euskadi, la comunidad con más centros de titularidad privada ya que aglutinan a casi el 50% del alumnado entre ikastolas, religiosos y cooperativas. De hecho, el debate de los idiomas ha tapado que la ley creará el denominado “Servicio Vasco de Educación” para agrupar bajo un mismo paraguas a todos los colegios que reciben fondos públicos independientemente de su titularidad.
En cuanto a EH Bildu, que llevaba años de negociaciones con el PNV en materia educativa al haber interpretado que un pacto de país ha de reunir sí o sí a las dos principales fuerzas políticas, ya avisó de que no se sumará a ninguna ley que mantenga los modelos A, B y D. De hecho, ha repetido en numerosas ocasiones que los socialistas imitan la política lingüística de Vox en Baleares.
La propuesta inicial pasaba por transitar hacia un modelo único con el euskera como eje, modulable centro a centro en función de su entorno sociolingüístico y que garantice el nivel B2 en los dos idiomas oficiales (castellano y euskera) y el B1 en la lengua extranjera (generalmente el inglés). Sin embargo, la presión del PSE-EE y la necesidad de Urkullu de no abrir una brecha en la coalición de Gobierno hicieron que 'in extremis' se presentara una enmienda para recoger expresamente la existencia de los modelos A, B y D, aunque el PNV, públicamente, haya insistido en que es una fórmula “superada” principalmente porque las matriculaciones en castellano no llegan al 4%. En realidad, se ha explicado que este sistema viene regulado por otra ley, la de Euskera, que no queda derogada por la actual reforma.
EH Bildu, que ha llegado a sugerir que retocar la ley para dar a entender a la vez que se mantiene el sistema anterior y se transita hacia uno nuevo cuando el A, hasta ahora, no ha euskaldunizado, abre una etapa de “inseguridad jurídica”, ya explicó que con modelos no podría seguir en el pacto educativo. Con todo, ha prometido que la propuesta de la dirección política será sometida a asamblea interna y votada por las bases (presumiblemente el martes 28), como lo fue antes adherirse a las negociaciones. La coalición, en la que alrededor de un 20% exhibió sus discrepancias por el peso de la concertada también, ha cuestionado igualmente que la creación del “Servicio Vasco de Educación” no implique condiciones para la captación de fondos públicos, es decir, que por ejemplo no haya medidas para que la laicidad que demanda la ley sea efectiva en los concertados religiosos.
Ikoitz Arrese, portavoz de la coalición, ha comparecido ante los medios de comunicación al poco de finalizada la ponencia. Ha considerado que se consideran “vehiculares” todas las lenguas, lo que “devalúa” de facto el modelo D en euskera. También ha afirmado que se rompe la “letra y el espíritu” del pacto educativo en lo tocante a la educación concertada, a la que se dan más “derechos” pero no se concretan sus “obligaciones”. “Se renuncia a regular el Servicio Vasco de Educación. No existirán mecanismos jurídicos para vincular los concertados al interés social”, ha indicado. Ha señalado expresamente que el PSE-EE ha comprado blindar a la concertada “sin controles” a cambio de que se le acepte por parte del PNV continuar con los modelos A, B y D. Arrese ha interpretado que se han cruzado las “líneas rojas” del pacto educativo con la redacción final del articulado. “Los unos y los otros, PNV y PSE-EE, suman cero. El PNV acepta las líneas rojas del PSE-EE abriendo la puerta a la degradación del aprendizaje del euskera y a cambio el PSE-EE acepta la que se financie cualquier cosa sin límite”, ha remachado.
EH Bildu ha admitido que PNV y PSE-EE les han admitido un buen número de propuestas en las reuniones de la ponencia en las últimas semanas. Eso sí, Arrese las ha calificado de no “estructurales”. Preguntado si el rechazo a la ley implicará también incluir su derogación en el programa de las próximas elecciones, Arrese ha optado por ser prudente e ir “paso por paso” y terminar antes la legislatura y todos los formalismos de la actual tramitación legislativa.
El consejero-portavoz del Gobierno vasco, Bingen Zupiria, ha destacado el paso adelante que implicará la nueva normativa y ha recalcado que en todo momento desde PNV y PSE-EE se ha buscado el acuerdo más amplio posible. De hecho, ha indicado que quedan algunos días para que EH Bildu no termine de desmarcarse y se alcance un consenso mínimo sobre la reforma educativa.