Pradales se reunirá con la familia del consejero fusilado en la Guerra Civil para mejorar su reconocimiento
El lehendakari, Imanol Pradales, actualmente de viaje oficial en Bruselas, tiene en sus planes contactar con los descendientes de Alfredo Espinosa, consejero de Sanidad por Unión Republicana en el primer Gobierno autonómico de Euzkadi y principal cargo institucional vasco fusilado en la Guerra Civil. Desea atender sus inquietudes y contribuir a un mejor reconocimiento de su figura, casi olvidada por la historia. La consejera-portavoz, María Ubarretxena, ha indicado a los medios de comunicación que Pradales desea conocer “de primera mano” cuál es “el deseo de la familia” y poder así “concretar exactamente qué pasos pueden darse en este sentido”.
Como recogió este periódico en un reportaje publicado este verano, Espinosa nació en Bilbao en 1903. Su padre era un abogado de izquierdas; su abuelo materno inventó el dentífrico Licor del Polo. Estudió Medicina en Valladolid y Madrid. Era conocido como “el médico de los pobres” por su sensibilidad social. En 1929 ya se había afiliado al Partido Republicano Radical Socialista. Fue edil en Bilbao tras las decisivas elecciones que desembocaron en el 14 de abril de 1931. En 1933 fue elegido gobernador civil de Burgos y pocos meses después ocupó el mismo cargo en La Rioja, donde tuvo que declarar el estado de alarma por una revuelta anarquista. En 1934 regresó a Bilbao, aunque tras los sucesivos cambios internos, ahora su partido era Unión Republicana, conocido por sus siglas UR.
Espinosa fue de los primeros en Bilbao en ponerse del lado de la legalidad constitucional tras el golpe de Estado. En octubre de 1936, tras la aprobación del Estatuto, se constituyó el primer Gobierno de Euzkadi. El lehendakari era José Antonio de Aguirre, del PNV, pero había consejeros de ANV, del PSOE, del PCE, de Izquierda Republicana y de Unión Republicana. Espinosa asumió la cartera de Sanidad, muy centrada en la atención de heridos del frente. De aquella época es Osakintza. Intermedió, según el historiador Carmelo Landa, para evitar abusos con presos del bando contrario.
Ante el imparable avance franquista sobre Bilbao, con gran apoyo militar de la Alemania nazi y de la Italia fascista, el 11 de junio de 1937 Espinosa, su secretario y niños de Gorliz fueron evacuados a Francia a bordo de un barco de la familia De la Sota llamado Warrior, ya que había sido adquirido por británicos. La caída de Bilbao fue el 19 de junio. El resto del gabinete autonómico había partido ya hacia Santander. “Quería urgentemente volver a su puesto de lucha” y contactó con un piloto asturiano llamado José María Yanguas. Despegaron de Toulousse el 21 de junio. Pero era una trampa. El piloto simuló una avería y aterrizó en la playa de Zarautz, en la Gipuzkoa ya controlada por franquistas, nazis y fascistas. Nada más tomar tierra, lo arrestó el comandante sublevado Julián Troncoso. El consejero y todos sus acompañantes fueron procesados, salvo el piloto traidor.
Espinosa fue trasladado a Vitoria, capital de referencia para el bando franquista en la época, que llegó a instalar dos relevantes ministerios del primer Gobierno de Francisco Franco, los de Justicia y Educación. El convento de El Carmen era utilizado como centro de detención. Allí fue interrogado y sometido a un proceso sumarísimo. La condena: pena de muerte. El consejero dedicó a escribir sus últimas horas. Envió cuatro cartas. Una a su mujer, otra a su madre, otra a un compañero de partido y la última al propio Aguirre. Apeló en ellas a la legalidad democrática y republicana. Fue ejecutado en el cementerio de Santa Isabel de Vitoria el 26 de junio de 1937 al alba.
En Vitoria no hay una calle dedicada al consejero fusilado. En el convento de El Carmen ni se le menciona en la placa memorialística, en la que sí figuran el poeta Lauaxeta o un cargo de ANV. En el cementerio aparece su nombre en un listado, pero no se explica la historia. El hospital de Urduliz lleva su nombre, pero es una denominación que Osakidetza emplea en muy escasas ocasiones. De hecho, hay algunos documentos oficiales en los que incluso lo llaman erróneamente “Alberto” Espinosa.
Ahora ha trascendido una petición del Observatorio de Derechos Humanos de Euskal Herria, secundada por la familia, para que el Estado decrete la nulidad del proceso sumarísimo. Recalcan que el juicio fue “ilegal” e “ilegítimo”, según ha recogido EiTB. Piden para Espinosa un tratamiento similar al que tiene Lluís Companys, presidente catalán igualmente fusilado.
Según ha explicado la portavoz Ubarretxena, Pradales contactará con la familia. El Ejecutivo “hace suyo el dolor y el sufrimiento” de los descendientes de Espinosa, así como “de todas las víctimas del franquismo”. “El Instituto del Memoria (Gogora) tiene el mandato legal por medio de la ley de memoria histórica y democrática de reparar y de recuperar la memoria de las víctimas del franquismo”, ha agregado Ubarretxena. No obstante, ha recalcado que en el pasado ya se han hecho homenajes al republicano fusilado. Ha citado el caso del hospital de Urduliz, por ejemplo, y también actos de los lehendakaris Juan José Ibarretxe e Iñigo Urkullu en los que se mencionó esta historia.
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