La doctora e investigadora Elena Aldasoro se dio cuenta de que algo no estaba del todo bien en la Medicina cuando, mientras investigaba el infarto agudo de miocardio se percató de que en los estudios realizados previamente no se contaba con perspectiva de género. Es decir, todo lo que se había investigado hasta la fecha sobre esa enfermedad estaba enfocado únicamente en pacientes hombres. En ese momento fue cuando su celebro hizo 'click' y decidió ser ella la que introdujera la tan necesaria perspectiva de género en sus investigaciones.
Desde entonces, en todas las investigaciones y trabajos realizados, su apuesta personal y profesional ha sido poner el foco en las mujeres. También lo hace desde la Dirección de Salud Pública y Adicciones del Gobierno vasco, donde dentro de poco se presentará el Plan de Adicciones del que ella es titular, diferenciado, como no puede ser de otro modo, en las adicciones que afectan a ellos y a ellas.
Es especialista en Medicina Preventiva, Salud Pública, la Dirección de Salud Pública y Adicciones del Gobierno vasco y cuenta con una larga trayectoria en cuestiones de género dentro de la salud. ¿Cuándo se dio cuenta de que quería dedicarse a ello?
Lo que más he estudiado han sido las desigualdades de género en salud y, mientras trabajaba realizando estudios epidemiológicos me di cuenta de que en las investigaciones sobre el infarto agudo de miocardio había diferencias entre los hombres y las mujeres. A pesar de que el infarto agudo de miocardio es más recuente en hombres, las mujeres morían más. Cuando me di cuenta de esto empecé a hacerme preguntas y a revisar los estudios realizados previamente, pero enfocándome en los aspectos de género que podían estar influyendo, algo que no se había hecho hasta ese momento. Así fue como me hice defensora de esta línea.
¿Por qué considera que es importante que las investigaciones tengan perspectiva de género?
Para mí es un reto personal que la Medicina se aplique con equidad de género y que no haya sesgos de género en la atención médica. La Ciencia tiene una visión androcéntrica en Medicina porque estudia solo los modelos masculinos y sus resultados los extrapola a las mujeres. Por eso algunos medicamentos no funcionan o causan efectos secundarios en mujeres. Por ejemplo, en Estados Unidos entre el 1997 y el 2000 se retiró el 80% de los medicamentos porque tenían efectos adversos en mujeres, ya que en los ensayos clínicos solo utilizaban animales machos con la excusa de que las hembras tienen más cambios hormonales y era más difícil experimentar con ellas. Incluso en investigación básica, las células que se utilizan son masculinas. Tener en cuenta todo eso es fundamental, porque hasta ahora en la mujer se han estudiado los órganos reproductores o la lactancia y se ha asimilado que el resto de órganos son como los de los hombres, pero, por ejemplo, las células hepáticas funcionan de distinta manera o la función renal tampoco es igual. Ahora empiezan a haber bastantes estudios que se preocupan por la perspectiva de género, pero la Medicina es muy obtusa.
En hombres predominan más las adicciones al alcohol o la cocaína, mientras que en mujeres a los psicofármacos
¿Cómo afecta la falta de perspectiva de género en el estudio de las adicciones?
Entre las mujeres y los hombres hay algunas diferencias, como por ejemplo, a la hora de metabolizar el alcohol. También hay test que se hacen para identificar si se es adicto a la nicotina que en mujeres se detecta peor, porque no son tan sensibles a esa prueba. En cuanto a la atención a las adicciones, hay que tener en cuenta que los hombres son más propensos a tener adicciones a las drogas ilegales, en este sentido las mujeres hemos sido más prudentes. Sin embargo, las mujeres tienen más adicción a los psicofármacos que los hombres. Ahora el consumo de psicofármacos está aumentando de manera bastante alarmante porque tratamos problemas cotidianos o malestares del día a día con química, con fármacos, y esto sobre todo ocurre en mujeres.
¿Ese tipo de adicciones a psicofármacos y las adicciones a sustancias en general están muy ligadas a los problemas de salud mental?
Sí, en general sí. En hombres predominan más las adicciones al alcohol o la cocaína, mientras que en mujeres a los psicofármacos. Otro de los factores que los diferencian es el estigma social. Está peor visto que una mujer trasgreda las normas, por lo que es más difícil que acudan a servicios de atención a pedir ayuda y, cuando van, se dan cuenta de que esos servicios no están adaptados a sus necesidades como mujeres, porque son centros muy masculinizados y pensados para atender a hombres.
¿A lo largo de su carrera se ha sentido discriminada en algún momento por ser mujer?
Algunas barreras sí que he notado, como por ejemplo el hecho de que en reuniones de trabajo lo que he llegado a decir ha tenido menos peso que lo que decía algún compañero hombre. Tenemos que demostrar cuatro veces más que ellos lo que valemos para que se nos valore. Cuando trabajaba en los 90 en la unidad había seis jefaturas y solo una era mujer o dentro de las comisiones, por ejemplo, en la comisión de investigación para las ayudas que daba el Departamento, siempre los titulares eran ellos, ellos eran los jefes y las suplentes, nosotras. Afortunadamente todo esto ya está cambiando, aunque hay cuestiones que va a costar más cambiar, como por ejemplo, que nosotras padecemos más el síndrome de la impostora.
¿Qué tipo de adicciones ponen en el foco hoy en día desde el Departamento de Salud del Gobierno vasco?
En estos momentos el foco está en el ámbito de los psicofármacos, porque es una adicción que está aumentando y seguirá siendo frecuente. Es una adicción que padecen las mujeres mayores de edad, pero también se ha visto un aumento en jóvenes, sobre todo en chicas, pero también en chicos. Es algo importante porque estamos hablando de sustancias legales que son recetadas. Desde el Departamento de Salud se han creado algunas recomendaciones para ayudar a que las personas vayan dejando, por ejemplo, las benzodiacepinas, porque no pueden ser tratamientos de por vida. También hay mucho tráfico ilegal de estos medicamentos que son tranquilizantes o somníferos. Otro de los aspectos que nos preocupa es el consumo de alcohol, porque es la sustancia que más se consume con diferencia, algo que tenemos muy normalizado socialmente incluso entre los más jóvenes.
No estamos en alerta por el fentanilo y espero que no lo estemos, pero si hay algún caso hay planes para reaccionar
¿Hasta qué punto es peligroso el fentanilo? ¿Hay peligro de que llegue a Europa o España?
El fentanilo es una sustancia que se receta a personas con un dolor muy concreto y es más fuerte que la morfina o la heroína. En cuanto al fentanilo ilegal cuyo consumo está creando una alarma sobre todo en Estados Unidos, por el momento, nuestros sistemas de alerta no lo han detectado. Parece que lo que se está intentando es introducirlo mezclado con otras drogas. El mercado ilegal comienza en China, luego pasa a México, donde hay laboratorios muy bien dotados y de ahí pasa la frontera con Estados Unidos. Por ahora, ese mercado ilegal que ha inundado Estados Unidos en Europa no se ve. No estamos en alerta por el fentanilo y espero que no lo estemos, pero si hay algún caso hay planes para reaccionar.
¿Cómo afectan las adicciones sin sustancia como a la tecnología o al juego?
En el caso del juego, han aumentado mucho las apuestas deportivas entre los jóvenes. Nos preocupan ahora también los videojuegos, porque aunque en un primer momento parezca que no juegan dinero, son cada vez más comunes los juegos en los que para conseguir algún extra tienes que pagar. Esas dos son adicciones que afectan a los chicos, mientras que a las chicas les afectan más las adicciones a las redes sociales.
¿Qué debe de hacer el entorno de una persona con una adicción para no caer en el estigma y que esa persona no se sienta rechazada?
Lo primero que tenemos que hacer es tratar la adicción como una enfermedad, como un problema social y no culpar a la persona. Que el objetivo sea acompañarle hasta que logre curarse.
Para las personas con adicción es fundamental tener a personas de confianza a las que puedan contar cómo se sienten sin que sean juzgadas
¿Y si la persona adicta no quiere reconocer que tiene un problema?
Para poder ayudarle se necesita que tome conciencia de que tiene un problema y quiera ser ayudado. Una vez que esto ocurre su entorno debe tener paciencia e intentar convencerle de que sea tratado. Hay centros que además de a la persona con adicción, también atienden a sus familiares, algo que es fundamental, porque puede haber personas con adicciones que salgan solas de su problema, pero es bastante difícil sin el apoyo del entorno.
¿Cómo se puede conseguir que una persona supere una adicción y se reinserte en la sociedad?
Es importante que pase el tiempo necesario para que se cure, que sean los años que sean. La parte más importante es la emocional y trabajar en la reintegración social. A veces son personas que tienen muy poco contacto familiar en muchos casos por la propia adicción, yo creo que si tienes un soporte familiar o un entorno que te apoya es más fácil. También es importante encontrar un trabajo. Lo peor es sentirse marginado de la sociedad, aunque su apoyo sea una o dos personas, para las personas con adicción es fundamental tener a personas de confianza, en las que confíen y a las que puedan contar cómo se sienten sin que sean juzgadas.