Entrevista Rectora de la Universidad del País Vasco

Eva Ferreira: “Cuanto mayores son las expectativas de éxito laboral, más masculinizada está una profesión”

Maialen Ferreira

7 de octubre de 2021 21:38 h

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Eva Ferreira (Barakaldo, 1963) es licenciada en Matemáticas por la Universidad del País Vasco (UPV/EHU), con un Máster en Probabilidad y Estadística por la Universidad de Nueva York (NYU) y doctora en Economía. Desde 2005 es catedrática en Economía Aplicada y en enero de este año se ha convertido en la segunda rectora en la historia de la UPV/EHU. Para Ferreira, este hecho es aún más significativo si cabe porque su predecesora fue su compañera Nekane Balluerka y no es habitual que una mujer recoja de otra mujer el testigo como rectora.

Desde la tercera planta del paraninfo de la Universidad del País Vasco, también conocido en euskera como Bizkaia Aretoa, cuenta a elDiario.es/Euskadi cómo fueron sus inicios estudiando Matemáticas, su paso hasta convertirse en catedrática de la UPV/EHU cuando tan solo el 10% de los que ocupaban ese puesto eran mujeres y qué se siente al liderar una de las 400 mejores universidades del mundo, según el ranking de Shanghái.

“Socialmente hoy todavía un hombre tiene más puntos para ser líder que una mujer. Aunque cada vez tratemos de que esas diferencias se acorten, lo que es cierto es que siguen existiendo. Cuanto más grande es el escalón, más difícil es que una mujer lo pueda superar por los sesgos sociales actuales”, lamenta Ferreira.

Se licenció en Matemáticas en la Universidad del País Vasco (UPV/EHU). ¿En qué momento supo que quería realizar esa carrera y ser matemática?

Que quería estudiar Matemáticas lo dije en casa estando en primero de BUP. Me gustaban mucho y casi no tuve dudas, es cierto. Había una regla no escrita en mi familia por la que ninguno de los cinco hermanos debíamos repetir carrera, así que me adelanté y dije que iba a hacer Matemáticas antes de que se posicionaran los mayores.

¿Existen suficientes referentes de mujeres en Ciencias para que las niñas se fijen en ellas y escojan este tipo de estudios?

Cada vez más, pero es cierto que a lo largo de la historia ha habido menos mujeres en disciplinas relacionadas con las Ciencias por motivos obvios, como que no tenían acceso a la universidad, pero, además, las pocas que había han quedado como figuras ocultas. Parte de la labor de divulgación científica es comunicar quiénes han hecho la ciencia y quiénes de ellas son o eran mujeres. Cada vez hay más referentes, pero sigue habiendo un estereotipo masculinizado sobre las personas que están detrás de la ciencia.

Entre 1901 y 2020 los Premios Nobel en Ciencias (es decir, en las categorías de Medicina, Física, Química y Economía) han premiado a un total de 710 personas, de las cuales solo 25 son mujeres. Eso equivale al 3,5%. Como doctora en Economía, ¿qué siente cuando escucha este tipo de estadísticas? ¿Estos premios son el espejo de la realidad?

Son un reflejo claro. En el caso de la ciencia es más difícil que se rompa ese techo de cristal porque los factores son múltiples. Uno es la tardanza en poder llegar a esas disciplinas en la historia, pero luego también están los estereotipos de qué es lo que se entiende por ambición o que se entiende por una persona líder. Socialmente hoy todavía un hombre tiene más puntos para ser líder que una mujer. Aunque cada vez tratemos de que esas diferencias se acorten, lo que es cierto es que siguen existiendo. Cuanto más grande es el escalón, más difícil es que una mujer lo pueda superar por los actuales sesgos sociales.

En la Universidad del País Vasco estamos ya cerca del 30% de mujeres catedráticas; recuerdo que hace 20 años no llegábamos ni al 10% y esto es un gran avance, pero tenemos margen de mejora todavía

Ese techo de cristal también se ve en el hecho de que el número de mujeres que se matriculan en las universidades es mayor que el de hombres y, sin embargo, ellos ocupan más puestos de dirección y cargos más relevantes en empresas e instituciones. ¿Qué opina de esta situación?

Esto tiene que ver con lo que se entiende como 'dirección'. Cuanto mayores sean la expectativas de éxito laboral, más masculinizada está una profesión o un puesto de trabajo. Si miramos puestos directivos de empresas con ánimo de lucro, están normalmente dominados por hombres. En puestos directivos de las ONG, ocurre lo contrario. Las capacidades son similares, pero a la hora de los estereotipos en los hombres tener ambición no es algo negativo, mientras que en una mujer está peor visto. Son cosas que tendrán que ir evolucionando.

A ese respecto, usted también es catedrática en Economía Aplicada. ¿Cuántas catedráticas hay en la UPV/EHU? ¿Y cuántos catedráticos?

Estamos ya cerca del 30% de mujeres catedráticas. Recuerdo que hace 20 años no llegábamos ni al 10% y esto es un gran avance, pero tenemos margen de mejora todavía.

En enero de este año fue nombrada rectora. ¿Se imaginó en algún momento que llegaría a ocupar ese puesto? ¿Qué supone para usted?

No. Genuinamente digo que no. Tengo que decir que hace dos años no estaba para nada en mi imaginario. Tampoco puedo decir que cuando empecé a manejar la posibilidad para mí fuera algo extraño, porque he sido vicerrectora, secretaria general y he estado al frente de la la Agencia de Calidad del Sistema Universitario Vasco. Al final decidí presentarme y bien.

Después de su antecesora en el cargo, Nekane Balluerka, usted es la segunda rectora en la historia de la Universidad del País Vasco. Circunstancias como éstas no deberían ser excepcionales…

Es curioso que en una Universidad como la nuestra, que ya tiene 40 años, todos los rectores hayan sido hombres hasta que hemos llegado Nekane Balluerka, mi antecesora en el cargo, y yo. Ella y yo solemos bromear con el hecho de que ella pasará a la historia como la primera mujer rectora de la Universidad del País Vasco y yo como la primera mujer que recoge el testigo como rectora de otra mujer. Me atrevo a asegurar que entre las mejores universidades del mundo es la primera vez que pasa. Y es curioso porque antes de decidir presentarme oía comentarios del tipo ‘ya ha habido una mujer, ahora toca chico’. Es curioso como enseguida nos parece que ya está, has tenido 20 hombres y una mujer y ya está, ahora ya otro hombre. Es como si el tema de tener una mujer rectora fuera algo que hay que tener de vez en cuando, pero sin pasarse.

¿Cuenta la  UPV/EHU con algún protocolo contra la violencia de género en sus aulas?

Sí, tenemos un protocolo aprobado y yo creo que es una referencia en temas de igualdad. Nuestra Universidad va por el tercer Plan de Igualdad y estos han tenido siempre muchas concreciones y una de ellas es ese protocolo.

¿En qué se basa?

Sobre todo es un protocolo de actuación y de a quién te puedes dirigir. Al final, muchas de las cosas que creo que hay que hacer en la universidad y en la sociedad en general es que la gente sepa a dónde se tiene que dirigir y saber que no está sola. En el caso del tema de violencia de género, sobre todo es entender que efectivamente es algo que hay que denunciar, que no es normal y que en la universidad si está pasando algo de este tipo, tienes dónde acudir de una forma discreta, se te va a arropar, y se van a adoptar medidas.

Investigaciones han revelado que universidades como la Rey Juan Carlos en Madrid han tenido casos de acoso sexual en sus aulas. ¿Ha tenido constancia de algún caso similar en la UPV/EHU?

Los datos de los últimos años es mejor no revelarlos. Son temas que hay que llevar con absoluta discreción, pero lo que sí que podemos decir es que hemos actuado. Siempre que se ha conocido algo, se ha actuado. Por desgracia no es el conjunto vacío a lo largo de los años.

En la UPV/EHU tenemos un protocolo contra la violencia de género en las aulas que es una referencia en temas de igualdad

¿En estos casos qué procedimiento ha seguido la UPV/EHU?

Tenemos un protocolo, se pone en marcha una actuación para ver qué características hay, si es un suceso entre iguales, si es alumno con alumna, si es un profesor y dependiendo de quién lo genera se actúa de una manera o de otra.

¿Cómo ha funcionado y cómo está funcionando la Universidad del País Vasco durante la pandemia? ¿Cuál ha sido la afección del virus en las aulas?

De forma brillante. No ha habido focos en las aulas. Esto creo que es para congratularnos y para felicitar al profesorado, al personal de administración y servicios, pero sobre todo a los y las estudiantes por su comportamiento ejemplar en las aulas. Pasan cosas, vemos botellones, pero habrá que decir lo que sea malo cuando sea malo. Lo que yo veo en este momento es que el comportamiento de nuestras y nuestros estudiantes en las aulas ha sido ejemplar. La Universidad como tal no es una isla, ha habido casos positivos, pero los focos de contagio no han estado en las aulas. Se han tomado las medidas y, por esa parte, estoy muy contenta. Como rectora me llena de orgullo.

Las universidades del País Vasco recuperan este curso la presencialidad en sus aulas. ¿Cree que se podrá mantener esta normalidad?

La bola de cristal no la tiene nadie, pero si no aparecen variantes más extrañas y todo evoluciona como dicen los datos y las personas expertas, espero que sí. Confío en que esto signifique que, mascarilla mediante, estemos en una situación lo más normal posible.

¿Cuál es el papel de la universidad en cuanto a transmitir valores frente a lo que se ha denominado como ‘la juventud del botellón’? ¿Se está criminalizando a los jóvenes durante la pandemia?

Los jóvenes, jóvenes son. Evidentemente, no justifico absolutamente nada, pero sí que creo que tenemos que tener una sensibilidad sobre cómo están pasando esta situación y que creo que les pasa una factura, me atrevo a decir, psicológicamente mayor. Yo no voy a justificar nunca jamás que se hagan cierto tipo de concentraciones y además, de forma violenta, pero sí que creo que como sociedad no hemos acertado en ver cómo podíamos transmitir que nuestros estudiantes puedan estar en espacios públicos y disfrutar en ellos una vez se pudo salir del confinamiento.

¿Cuándo espera que comiencen las obras de la nueva Facultad de Medicina y Enfermería en Bilbao?

Esperemos que cuanto antes. Tiene que estar la licitación terminada, estamos con ello. Es una cuestión de meses porque la administración pública tiene un recorrido: hay que publicitar, tienen que presentarse empresas y designar la adjudicataria, y esto tiene unos plazos medidos. Pero ya está todo el proceso en marcha, o sea que ya es cuestión de meses.

Además de este proyecto, ¿cuáles son las principales inversiones que tiene pendientes la Universidad del País Vasco?

Muchas inversiones tienen que ver con el propio mantenimiento de los edificios. En el área de Salud, aparte de la Facultad de Medicina y Enfermería, que estará al lado del Hospital de Basurto, también tenemos otros proyectos y esto lo tenemos que hablar con el Gobierno vasco y con el Departamento de Educación porque hay una parte que la financiamos con lo que llamamos el Plan Plurianual de Inversiones. El que tenemos ahora en marcha acabará en el año 2022 y ahora estamos ya preparando proyectos para presentarlos y ver cómo los articulamos para los próximos años.

En Donostia queremos acometer lo que sería la Unidad Docente de Medicina y Enfermería porque necesitamos una mejor unidad y estamos trabajando en ello. También se está haciendo un edificio de investigación. En Gasteiz también queremos remodelar la Unidad Docente del Hospital de Txagorritxu. Estamos preparando proyectos también vinculados a crecer en Bilbao, queremos tener presencia en Zorrotzaurre y también nos gustaría tener un centro cultural asociado al mar.

El ranking de Shanghái nos está diciendo es que el 75% de los estudiantes universitarios del País Vasco estudia en una universidad, la UPV/EHU, que está entre el 2% mejor del mundo

La Universidad del País Vasco se mantiene entre las 400 mejores universidades del mundo, según el ranking de Shanghái de 2021. Sólo 12 universidades en España se mantienen entre las 500 primeras. ¿Qué supone esto para la UPV/EHU?

El ranking de Shanghái es el más prestigioso y además el más objetivo porque no depende de la información que aporten las universidades, con lo cual estar ahí te da un faro que no te da ningún otro tipo de indicadores. La proyección internacional que nos da estar en el ranking de Shanghái es enorme. Lo que está diciendo es que el 75% de los estudiantes universitarios del País Vasco estudian en una universidad que está entre el 2% mejor del mundo. Para una universidad pública como la nuestra, generalista, con tres campus, con una idiosincrasia muy complicada, que vive de la financiación pública, que no es elitista y que tiene investigación en todas las ramas y trata de abarcar la formación en todas las ramas del conocimiento, creo que el mérito es altísimo.

Como directora de la Agencia de Calidad del Sistema Universitario Vasco ya mostró su opinión “desfavorable” sobre el nuevo proyecto de universidad privada que impulsa en Vitoria-Gasteiz el Grupo Baskonia-Alavés de Josean Querejeta. Sin embargo, el proyecto sigue adelante con el apoyo de instituciones y representantes políticos. En caso de prosperar, ¿cómo va a afectar al actual ecosistema universitario del País Vasco?

Yo era directora cuando se hizo el informe, pero el informe no lo hice yo. El informe lo hizo una comisión de expertas y expertos, entre las que había gente del mundo de la universidad, pero también gente de empresa y gente internacional. A lo que se atuvo esa comisión era a lo que dice el Real Decreto 420/2015, que es el que decide qué requisitos tiene que cumplir una nueva universidad. El informe de la agencia era preceptivo. Este comité, insisto, un comité totalmente externo a la Agencia y a las universidades del sistema universitario vasco, hizo su valoración y efectivamente este informe fue negativo. Y así se envió a los órganos que tienen que tomar sus sus decisiones.

¿Cómo puede afectar? Yo aquí digo siempre lo mismo. La Universidad del País Vasco, visto ese informe, ya en su momento hizo clara su posición, que es su preocupación como universidad pública. Aquí hay un asunto que no es tanto qué opina el resto de las universidades, sino qué opina el país. No es una lucha entre universidades, sino como país qué modelo de sistema universitario se quiere.

Se presentaron como universidad dos prevenciones: por un lado, la parte del proyecto académico basada en el informe que había realizado el comité de expertos y, por otro, saber qué significa que entre en el sistema universitario una universidad privada con ánimo de lucro en un país donde hay financiación condicionada para todas las universidades del sistema. Hasta ahí llega nuestra opinión. Ahora la opinión cualificada y la que realmente tiene poder de decisión ya ha decidido y veremos en qué se traduce todo esto.

elDiario.es/Euskadi

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