La defensa de la escuela pública y el compromiso contra la segregación son los dos elementos que agentes del sector educativo han puesto encima de la mesa en la primera jornada de la ponencia que ha comenzado este martes en el Parlamento Vasco para sentar las bases de la reforma educativa. Euskadi es la comunidad autónoma con mayor número de personas en la enseñanza privada, con el 46,8% del alumnado durante el curso escolar 2021-2022, según los datos de matriculación del Gobierno vasco.
Los grupos parlamentarios han tenido la oportunidad de escuchar y preguntar sobre las ponencias que varios agentes del sector educativo han hecho en torno a las bases sobre las que debería asentarse en el futuro el sistema educativo vasco. En ellas han participado expertos como Eduardo Ubieta, director del Instituto Vasco de Evaluación e Investigación Educativa (ISEI-IVE); Juan Ignacio Pérez, catedrático y exrector de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU); Iñigo Salaberria, presidente de Herri Ikastetxe Zuzendarien Elkartea (Heize); Mari Tere Ojanguren, vicepresidenta del Consejo Escolar; Álvaro Ferrer y Lucas Gortazar, de Save the Children y Esade; Enrique Javier Díez, profesor titular de la Universidad de León, y la Asociación LagunduNEE Enkarterri.
La jornada ha dado comienzo con la defensa del compromiso por la igualdad de oportunidades por parte de Ubieta. Esa idea la ha compartido también Pérez, si bien ha recalcado que “es un mito”. “No hay manera de que todos tengan las mismas oportunidades, pero si nos queremos acercar es necesario que a todos se les ofrezca una educación de calidad”, ha mencionado. Para ello, Díez ha sido claro y ha basado sus propuestas en la “necesidad” de apostar por la escuela pública: “Hay que dejar de financiar centros privados, quien quiera que se la pague. La primera propuesta que hago para el futuro sistema educativo vasco es una red pública, única e inclusiva, dado que es la única que asegura la eficacia y la cohesión social y garantiza el derecho a la educación”. Es decir, el profesor ha apuntado que la existencia de una red de centros privados financiados públicamente es igual a “garantizar la segregación”, porque la libertad de elección “sirve a la clase media y alta para alejarse del alumno extranjero y de clase baja”.
Si no hay políticas de oferta, si no se planifica, se tiende a un mundo en el que un centro es un gueto y el otro, un búnker. Si hay sobreoferta hay segregación
Sin embargo, Ferrer y Gortazar, autores del informe “Diversidad y libertad. Reducir la segregación escolar respetando la capacidad de elección de centro”, han matizado que no siempre el colegio concertado es la causa de la segregación escolar. A su modo de ver, el problema no es su existencia, sino su regulación. Por ello, creen que el sistema educativo debería garantizar “proyectos educativos equivalentes en calidad” para que la libertad de elección de las familias sobre el centro escolar al que acuden sus hijos no contribuya a esa segregación. Por ejemplo, han recordado que el alumnado está cambiando, pues se están incrementando los nacimientos de inmigrantes de segunda generación y la natalidad de Euskadi está bajando. De esa manera, “si la administración no actúa, se van a producir dos fenómenos: al haber más demanda de alumno de origen inmigrante, normalmente concentrado en un determinado tipo de centro, esa demanda se va a aglutinar de una manera y a la vez, la clase media y alta van a tender a centrarse en otro centro. Si no hay políticas de oferta, si no se planifica, se tiende a un mundo en el que un centro es un gueto y el otro, un búnker. Si hay sobreoferta hay segregación”, han insistido.
Herramienta para construir una sociedad cohesionada
Para Salaberria, la segregación también es un problema contra el que luchar en el acuerdo sobre el futuro del sistema educativo, basándose en la profundización de la equidad y la igualdad de derechos. Asimismo, Heize busca ampliar el “empoderamiento” de la escuela pública en Euskadi que se está dando en los últimos años y exige un plan estratégico que aborde diversos puntos, como las relaciones dentro y fuera del centro, los recursos de los que se beneficia. “La escuela pública fuerte es un elemento estructural que nos acerca a los estándares de Europa, que basada en los valores universales vascos y reflejándolos en los colegios nos proyecta a Europa y convierte los centros en una herramienta para construir una sociedad vasca saludable y cohesionada”, ha señalado. Por eso, también ha hecho hincapié en la escuela pública como seña de la “supervivencia” del euskera.
Los modelos lingüísticos del sistema educativo vasco han dado que hablar durante la jornada de este martes. De hecho, ha sido uno de los temas por los que más han preguntado los grupos parlamentarios PP+Cs y Vox. Ubieta ha situado el dominio del euskera y la defensa de la cultura vasca como elementos en los que el sistema educativo debería educar a los alumnos, pues “cuando un chaval está escolarizado en modelo D, además de las competencias habituales saca una competencia lingüística incrementada; es decir, manejar dos lenguas habitualmente produce una competencia mayor a la hora de enfrentarse a la vida”. Asimismo, Pérez ha subrayado la importancia de la “adquisición de competencias básicas” que deberían tener prioridad en la educación. En concreto, ha calificado de imprescindibles tres idiomas: el euskera, el castellano y “las matemáticas, el idioma universal”, antes que el inglés. El parlamentario 'popular' José Manuel Gil, no obstante, ha incidido en la posibilidad de que aprender en un idioma “impuesto y no materno” penalice el desarrollo del alumnado.