Ya sea con pancartas y al grito de “Woody Allen fuera, Donostia no se vende” o con cámaras de fotos y con la esperanza de recibir algún que otro autógrafo, la visita de Woody Allen durante su rodaje en la capital guipuzcoana no ha dejado indiferente a nadie. Y es que el director neoyorquino se encuentra rodando su nueva película, en la que se narra la historia de un matrimonio estadounidense que acude al Festival Internacional de Cine de San Sebastián.
Un centenar de vecinos y turistas se han acercado a la playa de La Concha, lugar en el que Allen ha rodado varias escenas, en busca de una foto con el famoso director. No obstante, las razones de protesta en contra del rodaje que comparten diversos colectivos feministas como Groseko Asanblada Feminista o Donostiako Bilgune Feminista, además de organizaciones como Hotel+Ez, Garaipen y Bizilagunekin son, principalmente, dos: que este tipo de acciones genera un crecimiento turístico “nocivo” y el hecho de las acusaciones de abusos sexuales en contra del director.
“Queremos denunciar el recibimiento que se le ha dado a Woody Allen. El Alcalde, Eneko Goia, argumentando la presunción de inocencia del director le ha hecho un gran recibimiento. No podemos aceptar que se reciba así a un agresor acusado de abusos sexuales y que en la misma semana se presente la campaña de verano en contra de las agresiones machistas, eso es un claro ejemplo de lavado morado”, han argumentado en un manifiesto.
De esta manera, alrededor de 60 personas se han manifestado en el Paseo de la Concha con carteles en los que se leían mensajes como “No alfombras rojas a los agresores” o “Tú turismo, mi miseria”. El manifiesto también rechaza “las ayudas y el trato de favor otorgado desde las entidades públicas a Mediapro y Woody Allen para llevar a cabo este proyecto”, al tiempo que reclaman “transparencia” para que los donostiarras “conozcan todos los datos y vicisitudes que rodean a este proyecto”.
Además, exigen “la supresión de toda iniciativa encaminada a incrementar la afluencia turística en la ciudad” y que se “elimine el presupuesto público destinado a la promoción turística”, porque, según aseguran la ciudad “ya ha sobrepasado su capacidad de carga turística sostenible”.
“Merece la pena”, según el alcalde
Por su parte, el alcalde de la ciudad, Eneko Goia, ha afirmado que entiende que el rodaje, que comenzó el pasado 10 de julio y finalizará el 23 de agosto, “genera inconvenientes” pero ha considerado que “merece la pena”. En ese sentido, ha resaltado que otros acontecimientos que alberga la ciudad, como puede ser la Clásica ciclista, también los generan, y es algo que “forma parte de lo que son las actividades que la propia ciudad desarrolla”. Acerca de la concentración de protesta, Goia ha señalado que “no tiene nada que decir” y ha considerado que frente a los “escenarios que tal vez se pintaban al inicio de todo esto”, las afecciones de la filmación “tampoco han sido del calibre que algunos vaticinaban”.