La Sanidad vasca formará a todos sus pediatras en cuidados paliativos a partir de octubre y noviembre y elaborará un protocolo unificado de manejo de los pacientes menores de edad que requieran este tipo de atención. Así lo han anunciado este lunes en el Parlamento Vasco la consejera, Gotzone Sagardui, y el viceconsejero de Salud, José Luis Quintas, quien ha adelantado que ya se han asignado pediatras de referencia en el hospital de Basurto, en el hospital universitario de Álava (Santiago y Txagorritxu) y en el de hospital Donostia para que formen un grupo de trabajo con los profesionales del hospital de Cruces de Barakaldo, hasta ahora los únicos que disponían de esta formación.
“Hoy por hoy, con unidad específica y 'full time' dedicada a cuidados paliativos solo se había realizado en Cruces y para pacientes que son atendidos en sus domicilios”, ha explicado Quintas durante la presentación del 'Plan Estratégico de Cuidados Paliativos de Euskadi 2023- 2027', con el que el Departamento de Salud del Gobierno vasco pretende “aunar voluntades” a través de un plan estructurado “que garantiza un modelo asistencial y sociosanitario orientado a acompañar en Euskadi a las personas y a sus familias en el proceso de final de sus vidas”.
“Lo que hemos hecho sirve para establecer un modelo que sea unificado en todos los territorios. Se pretende designar un protocolo específico y ya hay designados pediatras de referencia en Basurto, Donostia y Álava con formación o que están aprendiendo lo necesario sobre cuidados paliativos y formen un grupo de trabajo con el equipo de Cruces. Ellos trabajarán en establecer una ruta formativa en cuidados paliativos para todos los pediatras de Euskadi, algo que estará preparado a partir de octubre o noviembre de este año, y se establecerá un protocolo unificado de manejo de los pacientes menores que tienen singularidades que hay que abordar en diferencia con los adultos. Eso es algo que ya está en marcha”, ha confirmado el viceconsejero.
La consejera de Salud, Sagardui, ha recalcado el compromiso de Osakidetza con la aportación de “la mejor atención paliativa” a los pacientes que la necesiten desde una perspectiva de “equidad, humanidad y respeto a los valores morales y proyectos vitales de cada persona”. Además, ha explicado que el plan instaura “los recursos necesarios” para garantizar el acceso a “la mejor atención paliativa, la que se precise, cuándo se necesite, cómo se necesite y dónde se necesite”.
No obstante, la parlamentaria de EH Bildu, Rebeka Ubera, ha preguntado qué medidas y recursos se van a poner en marcha para lograr las metas fijadas en el documento y cómo se va a desarrollar este plan “estando como está la atención primaria”. A lo que Quintas ha respondido que “el papel de la atención primaria en los cuidados paliativos es fundamental”, pero que “no se ha hecho una especificación concreta de qué recursos hacen o no hacen falta”. “Los recursos son los que cuenta Osakidetza. En este plan no se ha hecho una especificación concreta sobre cuántos recursos hacen falta o no, donde se ha puesto énfasis es en con los recursos que ya existen y que no son pocos. Lo que hay que hacer es sacarle chispas en la coordinación y en la posibilidad de integrar a distintos profesionales al rededor de un mismo paciente para que la atención se haga en domicilio o en cualquier otro sitio”, ha explicado.
Son unas palabras que en su última intervención ha querido aclarar. “Me he expresado un poco mal porque se ha entendido que con tal de explotar a los profesionales que hay por qué vamos a poner más, pero cuando digo que hay que sacar chispas a los recursos que ya tenemos me refiero a que hay que hacer las cosas de una manera más coordinada de manera que el resultado con el mismo esfuerzo sea más eficaz”, ha expresado.
Por su parte, otros parlamentarios de la oposición como el representante de Elkarrekin Podemos-IU, Jon Hernández, y la parlamentaria de PP+Cs, Laura Garrido, han criticado que este plan “llegue tres años tarde”, puesto que el anterior venció en 2020. Sobre estas críticas, Sagardui ha atribuido la demora de la publicación del plan al impacto de la pandemia de la COVID-19 en el conjunto de Osakidetza y en el Departamento de Salud.