La aprobación del Real Decreto de la “prescripción enfermera”, que prohíbe a estos profesionales administrar fármaco alguno a los pacientes sin pasar antes por un médico, ha puesto en alerta a estas trabajadoras. Aseguran sentirse atadas de pies y manos para realizar su trabajo de la forma que lo venían haciendo, “muy resolutiva, por cierto”, apuntillan.
Aunque el decreto aún no se ha publicado en el BOE, con lo cual no es todavía de obligado cumplimiento, temen que si el Gobierno no rectifica y entra en vigor la normativa, la atención sanitaria se ralentizará mucho. Relatan que con su aplicación quedarán anuladas las facultades de indicar, usar y autorizar fármacos y se generan así una cadena de retrasos continúa, perjudicial para ellas, pero sobre todo para los pacientes. Que se olviden, por ejemplo, de que cuando sufran una quemadura y acudan a la consulta de Enfermería, nosotras les vamos a aplicar una pomada para calmar la quemazón, porque no podemos sin que ese paciente pase antes por el médico y él nos dé su autorización. Se alargan los procesos y el malestar en los usuarios“, describen.
Ante esta situación se han declarado en huelga competencial, es decir, no ejecutarán nada más allá de sus funciones porque no se siente amparadas por Ley. “No vamos a poder hacer lo que estábamos haciendo hasta ahora, porque no estamos cubiertas por el seguro de responsabilidad civil y estaríamos cayendo en el intrusismo profesional y saliendo de nuestro código deontológico”.
Su única esperanza es que el Gobierno se replantee lo aprobado y ya que aún no se ha publicado el boletín oficial la nueva normativa, la modifique antes de hacerlo. También han solicitado la implicación del consejero de Salud, Jon Darpón, que, por su parte, ya ha anunciado que recurrirá el decreto.