Esta semana Euskadi ha sido testigo de noticias como que las obras del AVE han secado una treintena de manantiales que suministran a caseríos y ganados en Euskadi, que Osakidetza ha apercibido y no ha renovado a un cirujano con tres denuncias de acoso sexual a una paciente y varias sanitarias o que el Ayuntamiento de Donostia se resiste a suspender las tamborradas infantiles y propone, en cambio, celebrar desfiles “simbólicos” que no superen el aforo permitido por la normativa.
Los hospitales están en máximos de ocupación desde el confinamiento con 943 ingresados por COVID-19, situación que ha hecho que en los últimos días, los sanitarios vascos, cansados por una Atención Primaria “colapsada”, hayan salido a la calle para denunciarlo en concentraciones que han tenido lugar frente a los ambulatorios de las tres capitales vascas.