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La transformación de las ciudades (III)

Un sex shop, un casino y hoteles: lo que queda de los cines y teatros históricos de Bilbao

Las estanterías llenas de libros del Archivo Municipal de Bilbao esconden gran cantidad de fotografías y documentos sobre los cines y teatros de Bilbao, esperando a ser desempolvados. Cines y teatros que durante años fueron visitados por miles de vecinos y turistas, deseosos de ver el último estreno en lo que, para la época, era la última tecnología cinematográfica, pero que un buen día desaparecieron sin dejar mayor rastro que, en el mejor de los casos, la fachada del edificio que los albergaba.

Hoy en día, salvo en casos como el Teatro Arriaga, el Teatro Campos Elíseos o el Multicines Bilbao, las históricas salas son supermercados, hoteles de lujo, tiendas de ropa y hasta un sex shop, casualmente en el caso de la única sala especializada en películas para adultos. Según analiza el escritor e investigador Txomin Ansola en su artículo 'La regresión espacial del espectáculo cinematográfico en Bilbao (1989-2009)' publicado en la 'Revista de humanidades y ciencias sociales de Bilbao', el decaimiento de los históricos cines de la ciudad fue impulsado por otras formas de ocio que fueron surgiendo con la llegada del automóvil, la televisión o el ocio nocturno de bares y discotecas.

“El crecimiento de la exhibición cinematográfica se quebró a partir de la segunda mitad de los años sesenta. Este cambio de registro fue fruto de los cambios sociales y económicos que empezaron a producirse en la sociedad española, tras la implementación del Plan de Estabilización Económica de 1959. Se ponía fin, de esta manera, a la autarquía, el modelo económico adoptado por la dictadura franquista tras el final de la Guerra civil, a la vez que se promovía la liberalización de la economía. Surgiendo al calor de ésta una incipiente sociedad de consumo, cuyos paradigmas más representativos fueron el automóvil y el televisor. Ambos medios de comunicación contribuyeron de manera decisiva a ampliar las posibilidades de ocio de la gente e incidieron notablemente en el retroceso que registró la asistencia a los cinematógrafos. La música pop y las discotecas, también colaboraron a restarle público al espectáculo cinematográfico entre los jóvenes. Esta diversificación de las formas de entretenimiento, centradas hasta entonces, fundamentalmente en el cine, el fútbol y los toros, incidió de forma clara en el retroceso del espectáculo cinematográfico. Se iniciaba una lenta pero constante perdida de espectadores, que trajo asociada el cierre paulatino de los primeros cinematógrafos, tras comenzar éstos a dejar de ser el negocio floreciente que hasta ese momento habían representado”, asegura.

Aquí una lista de los cines y teatros más emblemáticos que ya han desaparecido del paisaje de la capital vizcaína:

Salón Olimpia (1909-1947)

Al pasear por la Gran Vía bilbaína es común detenerse frente a las letras gigantes de la Sala BBK y ver los anuncios de las actuaciones que tendrán lugar en ella en los próximos meses. Lo que la mayoría de viandantes desconoce, es que en ese mismo lugar, en 1931, fue proyectada la primera película sonora que se vio en Bilbao, cuando la sala era conocida como Salón Olimpia, el primer cine estable en la ciudad. Su inauguración tuvo lugar el 14 de septiembre de 1905 y su cierre en 1947. En ese mismo lugar, se abrió unos años después, en 1951, el llamado Cine Gran Vía, que cerró sus puertas para siempre en 1996.

“El espectáculo cinematográfico se mostró especialmente activo en Bilbao durante los años cincuenta. El incremento de la oferta cinematográfica comenzó a materializarse, de manera importante, con el inicio de la década, ya que en apenas diez meses, entre diciembre de 1950 y octubre de 1951, se inauguraron cuatro cines: uno en 1950 (Consulado) y tres en 1951 (Gran Vía, Olimpia y Abando)”, analiza el escritor Txomin Ansola en su artículo 'La regresión espacial del espectáculo cinematográfico en Bilbao (1989-2009)', en el que estudia las causas y los factores que promovieron el desplazamiento del espectáculo cinematográfico del centro de la ciudad hacia su área metropolitana.

Salón Vizcaya (1910-1981)

El Salón Vizcaya estuvo más de 60 años en activo. Era conocido por contar, a diferencia de otras salas de la época, con una avanzada instalación eléctrica que permitía compatibilizar teatro con proyecciones cinematográficas y otros espectáculos como veladas de boxeo, acrobacia y musicales. A día de hoy, desde el número 38 hasta el 40 de la transitada calle San Francisco, hay una cristalera que separa de la calle -pero permitiendo ver con claridad- a los trabajadores de una recién inaugurada agencia de modelos. 

Cine Trueba (1913-1986)

El teatro Trueba, al igual que el Salón Vizcaya, era otra de las salas que compaginó, desde sus inicios, los espectáculos teatrales que ofrecía con las proyecciones cinematográficas. El Trueba con un aforo de 900 localidades, un espacioso hall y un moderno equipo de iluminación. Por su escenario pasaron los Ballets Rusos y, tras la llegada del cine sonoro, los principales estrenos internacionales, poniéndolo a la cabeza de la programación cinematográfica de la ciudad. A pesar de que se trata de algo oculto para la mayoría de bilbaínos, en 1937, el Trueba fue escenario de actos nazis. Más allá de ello, fue de los primeros cines en incluir tecnologías novedosas como las proyecciones en 3D, al final de su existencia, que terminó definitivamente en 1986. Actualmente alberga uno de los hoteles más lujosos de Bilbao, el céntrico Hotel Abando, ubicado en la calle Colón de Larreategui 9.

Coliseo Albia (1916-2001)

El Teatro Coliseo Albia fue inaugurado en diciembre de 1916. Se trató de un edificio teatral y de espectáculos ubicado entre las calles de Alameda Urquijo y Lutxana, donde actualmente se encuentra un hotel y casino, cuyos propietarios han mantenido la fachada de lo que un día fue el teatro. El edificio contaba con una superficie de 9.000 metros cuadrados y el mayor aforo de la ciudad, con capacidad para 2.000 espectadores distribuidos entre patio de butacas, plateas, palcos y anfiteatro. 

A raíz de los incendios en grandes edificios como este, como el que ocurrió en 1912 en el Teatro del Ensanche o el que tuvo lugar un año antes en el Teatro Arriaga, los bilbaínos temían acudir a cines y teatros de tal envergadura. Por ello, el Coliseo Albia contaba con modernas medidas de seguridad para paliar el temor de los espectadores. 

En la programación del Teatro Coliseo Albia no podía faltar obras de teatro, ópera ni zarzuela. De hecho, fue escenario de las óperas promovidas por la Asociación Bilbaína de Amigos de la Ópera (ABAO) hasta que en 1999 se creo el Palacio Euskalduna. También por sus tablas pasaron actuaciones musicales y hasta de circo. Más allá de los espectáculos que ofrecía, el Coliseo Albia creó una revista semanal con una tirada de 10.000 ejemplares en la que reflejaba la información sobre el mundo del espectáculo. Fue de los primeros teatros en llevar esta iniciativa a cabo, que después copiaron multitud de empresas del sector. Finalmente, tras llegar a ser un referente de la oferta cultural y escénica de Bilbao, el Coliseo Albia cerró sus puertas en 2001.

Ideal Cinema (1926-2005)

El Ideal Cinema, abierto en 1926, es de los cines antiguos que más tardó en desaparecer en Bilbao. Durante seis décadas estuvo abierto como una única sala. Sin embargo, en 1983, lo renovaron y crearon otras ocho pantallas más, haciendo que el proyecto consistiera en un complejo de doce cines, restaurantes, cafeterías y aparcamientos. Actualmente, en su lugar, se encuentra el hotel Ibis.

Cine Actualidades (1935-1976)

Se inauguró un 7 de marzo de 1935 para especializarse, principalmente, en películas documentales. 30 años después, en los 60, comenzó a exhibir películas infantiles y, desde el 1973, se dedicó al cine de arte y ensayo. Finalmente, cerró sus puertas un 14 de abril de 1976. 46 años después poco queda de las películas en la calle Buenos Aires 9. En su lugar reside un restaurante de comida china estilo wok de una conocida marca, de esos cuya cocina está a la vista del consumidor y hay más personas pidiendo comida para llevar que las que se quedan a comer en él. 

Cine Consulado (1950-1999)

La Revista Nacional de Arquitectura, en su número 117 de 1951 dedica un capítulo al Cine Consulado de Bilbao en el que lo describe de la siguiente manera: “Dedicamos este número a las últimas realizaciones que se han hecho de cinematógrafos en distintas ciudades españolas. Encabeza esta serie un cine recientemente inaugurado en Bilbao, obra del arquitecto Secundino Zuazo, que hace años edificó en Madrid la mejor sala de cine española: el Palacio de la Música. El cine Consulado, en línea semejante a aquél, es un magnífico local, de agradables dimensiones y entonación, que quedará asimismo como una bella muestra de la arquitectura española contemporánea”. 

En 1999 cerró sus puertas y la “bella muestra de la arquitectura española contemporánea” es ahora un supermercado Mercadona. Años antes, también fue una tienda de ropa Bershka. 

Cine Carlton (1953-1985)

 El Cine Carlton se inauguró en el número 8 de la calle Licenciado Poza el 2 de mayo de 1953 con “Lo que el viento se llevó” de Víctor Fleming. Programaba también teatro antes de la Semana Grande de Bilbao y Pedro Osinaga y José Rubio, o Pavlovsky pasaron por su escenario. Entre 1952 y 1958 se crearon diez cines en la ciudad, entre ellos el Carlton. Según detalla Ansola, “esta diseminación por su trama urbana permitió al cinematógrafo integrarse de manera armónica en el paisaje de la ciudad y de paso convertirse en un icono referencial en el quehacer diario de la gente. La proximidad física de los cines, a la vez que facilitaba su concurrencia, convirtió al cinematógrafo en un espectáculo cotidiano y popular, que congregaba al conjunto de la población”. 

Cine Santuchu (1957-1983)

También convertido en un supermercado, pero esta vez de la empresa BM, se encuentra a día de hoy el Cine Santuchu, que abrió sus puertas en 1957 y cerró en 1985. El cine Santuchu fue un ejemplo de que tal era el éxito de las salas cinematográficas de la ciudad, que tuvieron que crearse pequeños cines en los barrios para el público que vivía allí. Txomin Ansola lo explica de esta manera: “El notable aumento experimentado por la exhibición cinematográfica, a diferencia de lo que había ocurrido anteriormente, no se concentró únicamente en el centro de la ciudad sino que también llegó a los barrios más periféricos. Un testimonio elocuente de esta nueva fase del espectáculo cinematográfico bilbaíno fueron, entre otros, los cines Banderas (1955), en San Ignacio, Recalde (1956) y Santuchu (1957). Estos dos últimos se abrieron en los barrios de los que tomaron el nombre. La expansión de la exhibición cinematográfica se prolongó durante la primera mitad de la década de los sesenta. En estos años se construyeron once cines más, como el Arraiz (1961), Bolueta (1962), Canciller (1963) y Ocharcoaga (1964). Las nuevas salas contribuyeron a extender el espectáculo cinematográfico por toda la ciudad”.

Cine Astoria (1969-1999)

A un lado de la plaza Campuzano, donde actualmente se encuentra una tienda de ropa y material deportivo, se estrenó un 29 de agosto de 1969 la sala de cine más lujosa de Bilbao y cuyo nombre ha sido el protagonista de famosas salas de cine ubicadas en distintas ciudades de toda España: el Astoria. Por sus pantallas pasaron grandes clásicos como 'Tiburón', 'Superman', 'E.T' e incluso la trilogía de 'Star Wars'. Se llegaron a abrir hasta tres salas distintas bajo el mismo nombre en los alrededores, pero el de la plaza Campuzano fue el más reconocido y el que más tiempo estuvo en activo. Concretamente, hasta el domingo 19 de septiembre de 1999, cuando cerró sus puertas definitivamente.

Cines Abra-Sala X (1977-1995)

En lo que era antiguamente el Centro Comercial Zabalburu concretamente en la calle Nicolás Alcorta 5, se abrió en 1977 el Cine Abra, que más tarde, a mediados de los 80, se especializó en películas para adultos por lo que pasó a llamarse Sala X. Una vez pasados los 90 volvió a ofrecer películas comerciales para todo el público hasta 1995, cuando definitivamente cerró sus puertas. Actualmente, es una tienda de juguetes eróticos llamada 'La Pera'. 

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