El sindicato mayoritario de la Ertzaintza celebra sus 40 años de historia

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No se puede entender la evolución histórica de la Ertzaintza y su paulatino despliegue en el territorio de la comunidad autónoma sin citar al sindicato mayoritario de la Policía vasca, ErNE. Desde aquella Junta Rectora de Ertzainen Nazional Elkartasuna (ErNE) creada en 1984, la andadura de la central policial nunca fue fácil. Ni siquiera en los primeros compases. De hecho, todos sus miembros fueron expulsados del cuerpo tras asegurar que los ertzainas que lograban entrar en la academia de Arkaute eran filtrados por el PNV de la época. La historia les dio la razón: los tribunales obligaron, casi un año después, a la entonces consejería de Interior dirigida por Luis María Retolaza a readmitir a todos los dirigentes sindicales expulsados.

La Ertzaintza, uno de los iconos del autogobierno vasco junto con Osakidetza, había nacido solo dos años, el 8 de febrero de 1982, con 603 integrantes de la primera promoción que pasaba por la Academia policial. Era la heredera de la Ertzaina (cuidador del pueblo, un término creado por el poeta Lauxeta) creada durante la Guerra Civil por el lehendakari José Antonio de Aguirre.

Las diferentes Juntas Rectoras de ErNE y los sucesivos líderes -desde Iñaki Castro hasta Roberto Seijo, pasando por Joseba Bilbao, hasta llegar al actual secretario general, Sergio Gómez de Segura, entre otros- han jalonado toda su historia con un modelo de sindicalismo basado en compaginar la lucha sin cuartel contra los sucesivos ‘sailburus’ de Interior (ahora de Seguridad), con una equilibrada visión pactista para mejorar las condiciones laborales de los agentes. Y, sobre todo, con una vocación de defender un modelo policial sin ataduras políticas y con una constante defensa de una seguridad pública democrática y de claro servicio a la ciudadanía.

Su radical oposición a los totalitarios del mundo de ETA y de la izquierda abertzale que nunca ha condenado el terrorismo situaron a sus dirigentes en el punto de mira de los encapuchados en los años de plomo. Líderes que, o bien estuvieron escoltados, o incluso tuvieron que abandonar temporalmente Euskadi por convertirse en “objetivo prioritario” de ETA.

En el acto de homenaje que se celebra este martes en Bilbao estarán presentes, entre otros, personas que conocen el surgimiento de la central policial desde sus inicios en los años 80 como los entonces magistrados Juan Alberto Belloch y Joaquín Giménez. Ambos recibirán un reconocimiento a lo largo del evento. El que fuera ministro de Justicia e Interior con el Gobierno socialista de Felipe González recuerda con nitidez el primer encuentro con la entonces incipiente dirección del sindicato ErNE.

Escribe Belloch sobre aquella cena informal en su domicilio. “Recuerdo que acudieron cinco o seis policías autónomos, gestores y promotores del futuro sindicato ErNE. El primer plato consistió en unas hermosas tortillas de patatas, debidamente regadas por un sobrio tinto Rioja. El segundo -plato más complejo- consistió en asentar la convicción de que nuestras distintas organizaciones [Erne y Jueces para la Democracia] no podían convertirse en un sindicato o asociación ”de partido“. Tampoco podían perder su autonomía respecto a los sindicatos de clase”, apunta.

“La conclusión no podía ser otra que la de configurar ErNE como un sindicato autónomo, profesional y de perfil político progresista, pero no partidista”. Para Belloch, el “éxito” del ‘modelo ErNE’ se basa precisamente en el “comportamiento de todos y cada uno de los policías vascos que han sabido comprender que la política que les compete es la de guardar y hacer guardar los derechos y las obligaciones previstos en nuestro ordenamiento jurídico” señala el político ya retirado, que publicó sus memorias ‘Una vida a larga distancia (Memorias de un juez y político independiente) en 2023.

Por su parte, el actual magistrado emérito del Tribunal Supremo Joaquín Giménez, que también acudirá al acto de los 40 años de ErNE en la capital vizcaína, recuerda aquel 21 de noviembre de 1984, cuando “gran parte de los ertzainas de la primera y segunda promoción apoyó la fundación de ErNE”. Y rememora la Declaración de Motivos de su Estatuto: “El objetivo principal de ErNE es la consecución de una policía vasca euskaldun, democrática, profesional, eficaz y al servicio de toda la sociedad vasca”. Para Giménez, “esta declaración supuso en aquel tiempo una ruptura total con el modelo policial que existía en España, heredero de la, todavía reciente, dictadura franquista. Hoy, con la perspectiva de los 40 años de vida de ErNE puede decirse que el sindicato ha cumplido con creces las expectativas que despertó su creación. Y ello debe afirmarse no desde una cómoda complacencia, sino desde una permanente exigencia de cumplimiento de aquellos ideales y valores”, concluye Giménez.

En el evento de esta mañana en Bilbao se reproducirán varios vídeos, está previsto que se tributen, además, varios reconocimientos a magistrados, periodistas, a los jubilados de las diferentes Juntas Rectoras y también a los secretarios generales del sindicato. La apertura del acto correrá a cargo del actual líder de la central policial, Sergio Gómez de Segura.