La Universidad vasca cerrará sus campus dos semanas en verano por el “incremento del precio de la energía”
La rectora de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU), Eva Ferreira, ha firmado este viernes una resolución que prevé el cierre de los tres campus en agosto durante un periodo de dos semanas —si bien no se solaparán los tres cierres— en el marco de su plan de ahorro económico ante el incremento del coste de la energía. “El cierre comprenderá la totalidad de las instalaciones y edificios, así como los servicios que allí se prestan. Todas las dependencias de los edificios permanecerán inaccesibles e inactivas hasta la fecha de reapertura”, prevé la resolución, con la única salvedad de los servicios esenciales, entre los que se incluyen la atención a las solicitudes de registro, los laboratorios y servicios generales de investigación, el colegio mayor Miguel de Unamuno de Bilbao y otros servicios que se consideran de “carácter estructural”, como, entre otros, la Oficina de Relaciones Internacionales.
La gerencia de la Universidad achaca el cierre al “incremento de los precios del suministro de energía, agudizado de modo extremo en los primeros meses de este año”, aunque también se arguye como motivo el compromiso de la UPV/EHU con “el desarrollo sostenible, la inclusión y el compromiso social”. “Todas estas razones nos llevan, como ya lo están haciendo la gran mayoría de las universidades públicas estatales, a tomar medidas de ahorro de consumo de energía, así como a realizar una política coherente de cierres en periodos vacacionales”, justifica la Universidad en la resolución. El cierre no será solapado y afectará al campus de Álava del 1 al 15 de agosto; al de Gipuzkoa, del 8 al 21, y al de Bizkaia, del 15 al 28.
La Universidad, como adelantó elDiario.es/Euskadi, comenzó a elaborar el plan de ahorro energético a principios de abril, y ya desde ese primer momento no se descartaba el cierre durante los periodos vacacionales. La gerencia estudió también prohibir el uso de cafeteras, microondas y radiadores eléctricos a su personal docente y administrativo con el objetivo de ahorrar en la factura energética. Con todas estas medidas, que suscitaron las protestas de los sindicatos, la gerencia preveía ahorrar dos millones y medio de euros. Justo antes de la aprobación de este plan de ahorro, el sindicato UGT había denunciado ya un “agujero” de 12 millones de euros que se había ocultado, según protestaba, con “artificios contables”. De acuerdo con el sindicato, el desfase en las cuentas se arrastra de ejercicios anteriores y se ha compensado mediante una aportación extraordinaria hecha desde el Gobierno vasco.
16 grados en algunas estancias
Apenas dos semanas después, la Universidad se vio obligada a dar marcha atrás en algunos de los elementos de este plan y decidió volver a encender la calefacción. Se habían empezado a aplicar ya algunas de las medidas de contención, pero las bajas temperaturas, que llegaron a alcanzar los 16 grados centígrados en algunas estancias, motivaron quejas y finalmente terminaron por forzar al equipo de la rectora Eva Ferreira a rectificar. “Como único remedio viable contra el frío en los locales de la universidad, os aconsejamos llevar un pequeño calefactor de aire desde casa para caldear el ambiente en el trabajo y al acabar la jornada volver a llevároslo a casa para que la señora rectora no os lo confisque. Nosotros, por nuestra parte, de persistir esta situación tercermundista, nos veremos obligados a presentar la correspondiente denuncia ante inspección de trabajo”, ironizaba entonces UGT.
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