Urkullu no prevé endurecer las restricciones contra la pandemia a pesar del incremento de los contagios en Euskadi
Estima que la subida de la tasa de incidencia ya no puede ser el único factor de referencia por la extensión de la vacuna y la menor presión hospitalaria
El lehendakari, Iñigo Urkullu, preside este miércoles la trigésima reunión de la mesa de crisis de la emergencia sanitaria, un órgano conocido como Labi. Doce de ellas fueron en la primera ola y el resto desde agosto de 2020 hasta ahora. Esta reunión coincide con un incremento claro de la incidencia de la COVID-19 en Euskadi motivada por la aparición de brotes entre jóvenes en fiestas o viajes de estudios y con la potente irrupción de la variante delta del Sars-Cov-2, con 500 casos en Euskadi solamente en la última semana. Navarra, Cantabria, Catalunya y otras comunidades han planteado pasos atrás en la desescalada. Pero, según las fuentes consultadas por este periódico, Euskadi no está en esta clave y no ve motivos para endurecer las restricciones aunque sí considera oportuno redoblar los llamamientos a la prudencia, iniciados este sábado por el propio lehendakari en una tribuna con este periódico.
El portavoz del Gobierno, Bingen Zupiria, ha deslizado este martes que los brotes en Mallorca, Salou, Conil o Hernani no están relacionados precisamente con la existencia de medidas laxas sino con el incumplimiento de todas las restricciones ya en vigor. “El objetivo es que se cumplan las medidas que están en vigor. La prioridad y el llamamiento es el del cumplimiento de las normas en vigor”, ha dicho Zupiria a 24 horas del Labi en una comparecencia en la que estaba acompañado por la consejera de Salud, Gotzone Sagardui. Uno de los puntos que los asesores técnicos del Labi consideran esencial para entender el contexto es el mensaje de relajación que se ha podido extender tras la decisión del Gobierno de España de permitir no utilizar de manera continuada la mascarilla en la vía pública, si bien desde Euskadi no se han puesto objeciones a este cambio.
El Labi de este miércoles es el primero con la nueva ley antipandemia en vigor, aprobada en la Cámara el 24 de junio. De hecho, este nuevo marco ha supuesto la actualización del plan de referencia para la gestión de la pandemia, que se llama 'Bizi Berri' ('nueva vida', en euskera) y que ya llega a su cuarta edición, con vigencia hasta octubre. En el contexto actual de la pandemia, la ley y 'Bizi Berri IV' fijan tres niveles de transmisión, baja, moderada y tensionada. Si se mira exclusivamente a la tasa de incidencia acumulada por cada 100.000 habitantes en 14 días, que supera con holgura los 150 y lleva días en tendencia ascendente, el escenario aplicable sería el peor, el tercero. Pero incluso en ese supuesto las medidas contempladas no diferirían en exceso de las vigentes. La hostelería, por ejemplo, tendría que cerrar como muy tarde a la una de la madrugada y ahora tiene permitido hacerlo hasta las dos. Las mesas serían de cuatro a seis personas, cuando ahora se permiten hasta seis. Podría haber público en eventos deportivos, como ahora, pero sí se habla del “cierre de actividades con intensa y continuada interacción social”.
Pero varias voces consultadas remarcan que no basta con analizar exclusivamente la tasa de incidencia en este momento de la pandemia, sino considerar que está disparada entre los más jóvenes y que no hay apenas casos entre los más mayores -Sagardui ha destacado que no ha habido positivos entre los mayores de 80 años en el último fin de semana por vez primera en un año-, con lo que ello supone en menor afección hospitalaria. Se le da mucha importancia a la vacunación y ahora mismo se está ofreciendo ya la primera dosis al grupo de edad que dará en unas semanas la inmunidad del 70%. De hecho, si se optara por ubicar a Euskadi en escenario dos o de transmisión moderada, no habría necesidad de tocar prácticamente ninguna de las medidas en vigor desde finales de junio. 'Bizi Berri IV' contempla incluso más flexibilidad que la actual, como que los grupos de personas en hostelería sean de hasta diez personas. Euskadi no se plantea endurecer las medidas en vigor pero tampoco suavizarlas.
En cuanto al ocio nocturno, formalmente los locales de las categorías 3 y 4 en sus licencias (discotecas o pubs) no pueden abrir, por lo que no habría posibilidad de cerrarlos. El matiz es que sí pueden operar como bares y locales ordinarios de restauración (grupos 1 y 2) siempre y cuando no abran las pistas de baile y se preserve el consumo en mesas y no en barra. En este sentido, cunde la convicción de que reducir el horario del ocio reglado sin toque de queda no eliminaría las aglomeraciones. “Cuando no se puede en un bar se hace en otro sitio y habrá que confesar que estamos teniendo un problema con esto todos los municipios”, ha señalado el alcalde de Donostia y miembro del Labi, Eneko Goia, sobre esta cuestión.
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