Y Urkullu se quitó la mascarilla en un acto público por primera vez desde 2020
El lehendakari se ha dejado fotografiar sin ella en los saludos de la conferencia de presidentes de La Palma tras meses en los que ha hecho de estas protecciones su tótem
Por vez primera en más de un año, al menos desde Nochevieja de 2020, el lehendakari, Iñigo Urkullu, ha participado en un acto público sin mascarilla. Ha ocurrido este fin de semana en La Palma, en los saludos de la conferencia de presidentes. Fuentes de su entorno explican que el protocolo planteó que para las fotografías y las salutaciones era conveniente hacerlo sin tapabocas, al ser también en exteriores, y así se hizo. En el resto de reuniones en interior e incluso en un homenaje a la isla por los efectos de la erupción volcánica celebrado en la calle -recalcan en su equipo- Urkullu ha seguido llevando protección contra la COVID-19.
La mascarilla se ha convertido en un tótem para Urkullu. Aunque en el inicio de la pandemia su entonces consejera de Salud, Nekane Murga, afeó a Pedro Sánchez que la empezara a portar en sus actos públicos, luego el lehendakari se ha convertido en su máximo defensor. De hecho, las últimas fotografías del presidente vasco sin mascarilla son de la celebración de la victoria electoral, en julio de 2020, en algunos momentos de la jura para su tercer mandato, en septiembre de ese año, y en el mensaje de Nochevieja, grabado en interiores. Significativamente, un año después lo realizó en el jardín exterior del palacio de Ajuria Enea y con una FFP2 en todo momento.
Urkullu ha querido ser ejemplar y ejemplarizante en el cumplimiento del uso de las mascarillas y ha concedido entrevistas en televisión con ella. No solamente no ha tenido la tentación de retirársela para ofrecer discursos o ruedas de prensa, como ocurre con muchos cargos públicos, sino que ha dado instrucciones más o menos expresas a sus colaboradores para que así lo hagan también. En actos con cargos del Gobierno central, los representantes del Ejecutivo vasco mantenían en todo momento la mascarilla, por ejemplo. A modo de anécdota, en una cumbre celebrada en diciembre de 2021 con la presidenta de Navarra, María Chivite, ella se quitó la protección para su intervención pero, en vista de que su compañero aquel día no lo hacía, optó por recolocársela.
Euskadi aprobó la obligatoriedad del uso continuado de las mascarillas, en la calle también, pocos días después de las autonómicas de 2020. La necesidad de llevarla en todo momento en la vía pública se retiró en junio de 2021 para toda España con la oposición vasca y, de hecho, se insistió en la oportunidad de volver atrás en cada ocasión que la pandemia repuntaba. De hecho, Urkullu apoyó a Sánchez cuando antes de Navidad y ya con la variante ómicron disparada decretó el regreso a la obligatoriedad. Era algo “urgente” y, con excepción del pasaporte COVID, fue la única medida que cambió en vísperas de Nochebuena. Cuando ya en febrero se derogó esa previsión, Urkullu alegó que era competencia del Gobierno central y que no iba a valorarla, aunque destacó que las mascarillas tienen “doble efectividad”, también “contra la gripe”. “Algunos expertos también nos dicen que ha habido en esta época menos cáncer infantil. Quizá eso también ha sido por haber usado mascarillas”, llegó a destacar en Euskadi Irratia el 16 de febrero.
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