Vitoria reconocerá con placas el “compromiso y entrega por los valores democráticos” de ocho republicanos
Una moción impulsada por una veintena de asociaciones que destaca que fueron “víctimas denigradas durante los cuarenta años de dictadura” ha contado con el respaldo de todos los grupos municipales salvo del PP, que se ha abstenido por la “falta de rigor histórico”
El Ayuntamiento de Vitoria ha aprobado este viernes una moción para instalar en diversos puntos de la ciudad una serie de placas que honrarán la memoria de ocho personas que defendieron los valores republicanos y sufrieron represalias por ello. “Reivindicamos el justo reconocimiento para unas personalidades que, a causa de su labor en pos de una sociedad más justa y democrática, fueron víctimas denigradas durante los cuarenta años de dictadura y llevan esperando cuarenta años más a que la democracia las rescate del olvido y les devuelva la dignidad”, han subrayado desde la veintena de asociaciones que impulsan la iniciativa, que ha salido adelante con los votos a favor de EH Bildu, PSE-EE, PNV y Elkarrekin y con la única abstención del PP, que ha argüido una “falta de rigor histórico”.
Las placas, referidas por el nombre en euskera de 'Memoriaguneak', se colocarán, tal y como se pedía en la moción, o bien en la fachada de la vivienda de referencia o bien en la acera aledaña, de forma que sean de lectura sencilla para los transeúntes. ¿Quiénes son las personas cuyos “compromiso y entrega por los valores democráticos” se van a reconocer? Son los siguientes:
Gabriel Martínez de Aragón Urristondo, que llegó a ser fiscal general de la República y presidente del Consejo de Estado.
Teodoro Olarte Aizpuru, político, integrante del Partido Republicano Autónomo, que llegó a desempeñar diversas responsabilidades. Víctima en septiembre de 1936 de una saca de presos, fue fusilado como parte de la represión franquista.
María de Maeztu y Whitney, pedagoga e impulsora de instituciones como la Residencia de Señoritas, el Instituto-Escuela y el Lyceum Club Femenino. Se exilió al comienzo de la Guerra Civil a raíz del asesinato de su hermano, el ensayista y novelista Ramiro.
Teodoro González de Zárate, político que estuvo adscrito a varias siglas, incluidas las del Partido Republicano Autónomo Alavés, Acción Republicana e Izquierda Republicana. Alcalde de la ciudad durante la Segunda República, entre los años 1931 y 1934 y también de febrero a julio de 1936, fue ejecutado en 1937 por las tropas del bando sublevado.
Ignacio Hidalgo de Cisneros López de Montenegro, militar y aviador que llegó a dirigir las Fuerzas Aéreas de la República Española.
Ángel García Hernández, militar que encabezó codo con codo con otros capitanes la sublevación republicana de Jaca en 1930. Lo fusilaron en diciembre de ese mismo año junto con el también sublevado Fermín Galán. Entre 1931 y 1936, la actual calle de Rioja se llamó de García Hernández en su honor.
Columba Fernández Doyague, anarquista llegada a Vitoria desde La Rioja. Fue detenida en varias ocasiones y, apresada en julio de 1936, fue asesinada después de una saca.
Valentín García Presa, anarquista natural de la localidad alavesa de Laguardia. Afiliado a la CNT, fue fusilado en Bilbao en agosto de 1938.
Las “mujeres sabias y valientes de la posguerra”.
El colegio Samaniego.
Las asociaciones que impulsan la iniciativa —respaldada por varios celedones de oro e asociaciones como el Ateneo Republicano de Vitoria— han hablado de un “proceso permanente” y han instado a la Administración pública a desempeñar un “rol activo y decidido”. “Es una obligación democrática que no puede ser eludida por las instituciones por razones políticas o presupuestarias. Su visibilización y reconocimiento viene triplemente avalada por su firme entrega a la democratización de la sociedad alavesa, por el alto coste vital que sufrieron por ello y por su posterior conversión en víctimas reconocidas del montón”, han subrayado.
Han recalcado, asimismo, algunos de los principios de la Constitución de la República Española, de 9 de diciembre de 1931, como la renuncia a la guerra, el acatamiento del derecho internacional y el sufragio femenino. “Algunas de estas personas tienen una calle dedicada, pero la amplia mayoría de los vitorianos ignoran quiénes eran y qué labores desarrollaron. Necesitamos un marco en el que las graves y sistemáticas violaciones de derechos humanos del pasado sean conocidas y reparadas en sus causas y efectos, pero que puedan servir como antídoto para una sociedad civil que encuentra en el estado de derecho y los derechos humanos un punto de partida nuclear e indispensable”, han apuntado.
“Falta de rigor histórico”
EH Bildu, PSE-EE, PNV y Elkarrekin (Podemos, IU y Berdeak Equo) han votado a favor de la moción, mientras que el PP se ha abstenido. Alberto Porras, de EH Bildu, ha agradecido la labor de las asociaciones por “defender la democracia” y hacer hincapié en la “necesidad de transmitir conocimiento de forma pedagógica”. “¿Por qué tenemos en Vitoria calles con el nombre de personas que defendieron el fascismo?”, se ha preguntado. Todavía no se ha decidido qué se va a hacer con la calle dedicada a José Lejarreta, alcalde de Vitoria durante el franquismo. “Las derechas no tienen reparos en anular y ocultar las realidades que no les gustan, y por ellos es necesario implementar políticas desde la izquierda para restaurar la memoria de muchas personas”, ha apostillado Porras.
Juan Ignacio Armentia, del PSE-EE, ha apoyado la moción y ha recordado “el momento terrible de la sublevación fascista” que condujo a la guerra. Ha destacado, asimismo, la “amplitud ideológica” que existe entre las personas a las que se propone reconocer con las placas: “El republicanismo es una forma de enfrentarse a la realidad, no solo una bandera querida. Todas estas personalidades, aun a veces sin ser representantes de esa corriente, defendieron el estado de derecho, la democracia y la forma de gobierno cuando más difícil era hacerlo”.
Iñaki García Calvo, del PP, ha relatado la historia de su abuelo, “un republicano convencido”. “En 1936, con 20 años, tuvo que ir al frente, obligado a luchar en la guerra en el bando contrario. Con 20 años, vio cómo su vida y su juventud se veían truncadas por completo. La Guerra Civil le marcó durante toda su vida, hasta su muerte”, ha contado. Se ha apoyado en la “falta de rigor histórico” para luego justificar su abstención: “Estamos a favor de que se siga recuperando la memoria en nuestra ciudad, pero es necesario que participen en este proceso profesionales de la historia”.
El PNV ha destacado la importancia de “construir una sociedad de futuro que imposibilite cometer errores pasados” y, en ese sentido, ha visto con buenos ojos la iniciativa. “La memoria histórica es de todos y de todas”, ha subrayado Miren Fernández de Landa, que ha aprovechado para leer algunos extractos de la ley de Memoria Histórica y Democrática de Euskadi, que se aprobó en 2023 con el apoyo de PNV, PSE-EE, EH Bildu y Elkarrekin Podemos-IU y el rechazo de PP, de Ciudadanos y Vox. “Las memorias se construyen cada día y hay que trabajarlas de continuo, porque de lo contrario se olvidan con facilidad”, ha alabado Oskar Fernández, de Elkarrekin, que ha hecho hincapié en la necesidad de dotar a Vitoria de “una memoria social” y de difundir “un relato consensuado y compartido”.
Restauración del monumento a la batalla de Vitoria
En el pleno de este mismo viernes, se ha debatido también una moción impulsada por el PP para, por una parte, restaurar de forma integral el monumento a la batalla de Vitoria de 1813, sito en la plaza de la Virgen Blanca, y, por otra, iniciar los trámites para que se reconozca como bien de interés cultural. “Este monumento se ha convertido en un símbolo de la ciudad y es parte de la postal vitoriana”, ha señalado Ainhoa Domaica, que ha apuntado que se ha ido deteriorando “de forma inexorable” y que urge actuar. “[La ciudadanía y algunas asociaciones] nos están pidiendo que pongamos medidas encima de la mesa, que la restauración de este monumento entre en la agenda del Ayuntamiento”, ha subrayado.
El monumento, inaugurado el 4 de agosto de 1917, ha entrado recientemente en la 'Lista roja' de la asociación Hispania Nostra, en la que también figuran otros lugares reconocibles de la ciudad, como la Casa Alfaro, la gasolinera Goya y el palacio de los Álava-Esquível. A raíz de esas circunstancias, Domaica ha solicitado que se declare bien de interés cultural: “La declaración de un monumento hace que tengamos más mimo y prestemos más atención a la hora de su rehabilitación y mantenimiento en el tiempo”.
Lo que se ha aprobado al fin con los votos del resto de los grupos municipales ha sido una enmienda transaccional que aboga por restaurar el monumento cuando así lo justifiquen criterios técnicos. Sonia Díaz de Corcuera, del PNV, ha pedido que se someta a una valoración científica antes de acometer su restauración. “Debemos tener menos ligereza cuando pedimos que se declare bien de interés cultural, porque pudiera ser que no pudiéramos utilizar el entorno”, ha matizado, de cara, por ejemplo, a las fiestas en honor a la Virgen Blanca, cuando miles de personas se congregan en la plaza tanto para la bajada como para la subida de Celedón. Ha citado, asimismo, intervenciones “puntuales pero no integrales” del monumento en años como 1963, 1985, 2013 y 2014. A lo largo de los años, se han hecho diferentes propuestas que incumbían al monumento. Durante el franquismo, y en puertas del 150.º aniversario de la victoria ante Napoleón, se llegó a debatir un plan para trasladar el monumento a Júndiz para que pudiese “construirse una fuente de reducidas dimensiones y estilo apropiado a tan típico lugar” en la Virgen Blanca. No salió adelante.
Ana Rosa López de Uralde, del PSE-EE ha criticado al PP por proponer ahora estas actuaciones y no cuando el partido gobernó la ciudad entre 2011 y 2015. “Pudieron hacerlo con motivo del bicentenario de la batalla, en 2013, pero se limitaron a hacerle un lavado de cara”, le ha espetado. En ese mismo sentido, Unai Fernández de Betoño, de EH Bildu, también ha criticado al PP su “interés selectivo” por el patrimonio y ha pedido, por el contrario, una revisión a fondo del catálogo artístico de la ciudad.