La crisis de suministros por la falta de materias primas y su precio cada vez más elevado está tensionando el mercado inmobiliario con alzas en los precios de hasta el 15% en la vivienda nueva en Euskadi. La situación puede agravarse en los próximos meses si persiste la crisis de materiales empeorada ahora por el conflicto de Ucrania, y algunas promociones de obra nueva están valorando incluso parar ante la imposibilidad de trasladar la subida de los precios de las materias a los costes finales, según señala el presidente del Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria de Gipuzkoa, José Luis Polo. Polo recuerda que muchas viviendas están reservadas con precio que se consideraba “aceptable” con los costes de los suministros anteriores, pero que ahora, con los precios disparados han dejado de ser rentables. Esto está produciendo que viviendas que no tenían su precio cerrado con anterioridad sufran un incremento al alza de los precios que desde el Colegio de Agentes de la Promoción Inmobiliaria de Gipuzkoa cifran que se situará en el 15%. “Hay que tener en cuenta que hay materiales de construcción como el cemento que se han llegado a encarecer hasta un 50%, repercutiendo en el conjunto del coste de las obras”, señala Polo. De hecho, en algunas promociones los pisos han llegado a subir hasta 20.000 euros en un solo día, según señalan fuentes del sector.
En el último informe sobre la situación de mercado inmobiliario que elabora el Colegio de Agentes de la Propiedad de Gipuzkoa ya se alertaba de que los costes de construcción de materiales y mano de obra se habían incrementado en el último año un 11,12%, con un aumento del 16,5% en materiales y del 2,26% en mano de obra. Una situación que ha empeorado en el primer trimestre.
Mungia, el municipio donde más ha subido la vivienda usada
La tensión en el sector inmobiliario se está también trasladando a la compraventa de vivienda usada, que, aunque no está afectada de forma directa por el precio de los suministros para la construcción si está sufriendo las consecuencias de forma indirecta. El problema está a la hora de determinar quién se hace cargo de las obras que estén pendientes de reforma en la fachada y de accesibilidad del portal, si el comprador o el vendedor. Los agentes inmobiliarios están detectando cada vez mayores problemas a la hora de cerrar el acuerdo, por el sobrecoste de estas obras sobre el precio final de la compra-venta, ya que son obras, que pese a contar con ayudas de las administraciones, se están encareciendo por la crisis de suministros y, por lo tanto, acabarán afectando al precio final de los pisos de segunda mano. Este tipo de obras puede suponer un coste para las comunidades de hasta 40.000 euros por vivienda. En relación con las viviendas de segunda mano, un informe publicado por el portal Pisos.com señala a la localidad vizcaína de Mungia como el municipio donde más se ha encarecido la vivienda usada en este primer trimestre del año, un 12,01%, mientras que San Sebastián sigue siendo la capital más cara de toda España con 5.532 euros el metro cuadrado. En Bilbao cuesta 3.515 y es la cuarta capital con el precio más elevado.
Calderas comunitarias y precio del gas
Por otra parte, la subida de los precios de la energía, fundamentalmente del gas, ha puesto de manifiesto otros problemas en las comunidades de vecinos que tienen caldera de gas comunitaria y que está suponiendo un alza muy considerable de la factura energética de estas comunidades, muchas de las cuales han decidido adelantar el apagado de las calefacciones para reducir el coste que se ha triplicado, según señalan desde las asociaciones de administradores de fincas. Las calderas comunitarias se están convirtiendo con la crisis en un factor de peso a la hora de vender estas viviendas, que ahora, con el alza del precio del gas, están en clara desventaja con las que tienen calderas individuales. El problema está en que estas comunidades con calderas comunes se les considera consumidores industriales y no pueden acudir a una tarifa regulada, como los particulares, con precios más baratos, a la que se accede en función de unos consumos máximos que las comunidades superan. Esto está suponiendo que un piso que pagara por ejemplo 150 euros de gas, pague ahora 450 euros, agravando las dificultades de muchas familias a la hora de hacer frente a los gastos energéticos.
La crisis económica, y sobre todo el alza del IPC, también se ha dejado notar con fuerza en estos primeros meses del año en el mercado de los pisos de alquiler, ya que hasta ahora se han estado aplicando subidas de hasta un 7,4% en los precios de los contratos de alquileres que se han tenido que revisar, lo que, por ejemplo, para un alquiler de una mensualidad de unos 800 euros supone unos 50 euros más por mes. Esto se ha frenado con el tope para la subida del alquiler en el 2% que ha aprobado el Gobierno de Pedro Sánchez, y que estará vigente hasta el mes de junio.
elDiario.es/Euskadi
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