Subida de costes en suministros por la aparición de la guerra de Ucrania, sequía extrema, y luego un verano abrasador. Ha sido un año terrible para el campo extremeño según el balance que acaba de hacer la organización agraria UPA-UCE
Un ejercicio 2022, que ha definido como “climatológicamente nefasto” para la agricultura y ganadería de la región.
En nota de prensa la organización destaca que el clima ha mermado fuertemente las cosechas de olivar, cereal, maíz y tomate y también ha reducido de manera importante la siembra de cultivos tradicionales en el regadío como el tomate, maíz o arroz, mientras que en la ganadería la sequía y el excesivo calor han provocado un aumento desproporcionado de los costes de producción por la falta de pastos.
Además hay sectores que lo están pasando mal y que no han recibido ningún apoyo como el apícola, el olivar o el porcino ibérico, entre otros.
“Ahora nos hemos encontrado con lluvias torrenciales que han dañado muchas explotaciones, por eso pedimos a las administraciones presupuesto y agilidad en las ayudas para apoyar a todos los afectados”, según el secretario general de UPA-UCE, Ignacio Huertas.
El dirigente agrario recuerda que, tras el estallido de la guerra de Ucrania y Rusia en febrero, los costes de producción se dispararon un 30% y se han mantenido así durante todo el año y señala el fuerte incremento de los principales costes de producción como la electricidad, que ha subido un 150%; los fertilizantes, un 145%; o los piensos, un 34,6%.
Mientras tanto, lamenta que los “los precios de nuestras producciones, aunque en algunos casos han subido algo, en la mayoría de los sectores no se llega a cubrir los costes de producción”.
Con estos problemas y con los climáticos, que han reducido las cosechas de forma importante, desde UPA-UCE confirman que este 2022 ha sido un año en el que los agricultores y ganaderos extremeños han sufrido una pérdida muy importante en sus rentas.
Cumplir ley de cadena alimentaria
Por ello la organización agraria insiste en la necesidad de que la Ley de la Cadena se cumpla, para terminar con lo ocurrido este año en sectores como la aceituna de mesa, en el que a pesar de sufrir una caída del 80% de la producción, los precios han sido “absolutamente ruinosos”.
Se trata de una ley, aseguran, que tampoco se está cumpliendo en el sector de la fruta de hueso, donde las centrales hortofrutícolas están descontando un porcentaje muy importante de la fruta que entregaron en junio o julio y cuyos pagos están realizando en diciembre.
Además, desde UPA-UCE reivindican el mantenimiento de algunas medidas por la subida de costes, como la devolución de los 20 céntimos por litro para el gasóleo agrícola en el año 2023.
La organización pone en valor el trabajo realizado en defensa de algunas medidas extraordinarias que ha puesto en marcha las administraciones, como las ayudas de la Guerra de Ucrania, la devolución de los 20 céntimos por litro de gasóleo agrícola, medidas fiscales o conseguir un presupuesto de 21 millones de euros para los regantes del canal de Orellana que no han podido sembrar en esta campaña.
Solo resistir
“Todo ello nos lleva a despedir un año de resistencia para los agricultores y ganaderos en el que lo más importante ha sido poder continuar con su actividad”, afirma Huertas.
Con respecto a los retos para 2023, UPA-UCE Extremadura continuará reclamando una simplificación y flexibilización de las medidas a la hora de poner en marcha la PAC, que se presenta con demasiadas complicaciones para los productores.
Además, reivindicará a la Junta de Extremadura la modificación de la orden regional de residuos y suelos contaminados para que esta práctica vuelva a la normalidad porque, lo contrario, supone dejar a los agricultores con una situación imposible de cumplir y que generará muchos más problemas que soluciones.
Por último, UPA-UCE redoblará esfuerzos para que los precios de las producciones se adapten a la necesidad de costes de producción y evitar con ello poner en grave riesgo la continuidad de producciones extremeñas tan importantes como el tomate, la fruta, la miel, la aceituna de mesa o los sectores ganaderos, que no podrán permitirse otro año de pérdidas.