La primera quincena de mayo se ha saldado con el paso de varias borrascas que han dejado muchísima agua, sobre todo en la provincia de Cáceres, y acompañadas de unas temperaturas por debajo de lo habitual, que han venido a perturbar el proceso de nacimiento y desarrollo de la cereza, un cultivo importantísimo en la franja norte de esa provincia.
A falta de una evaluación primera que se hará a mediados de la semana que entra, cuando el tiempo se asiente, deje de llover, y pasemos a período de anticiclón, los daños probablemente no van a ser tan importantes, en parte debido a que la mayor parte del fruto ya había cuajado; si estos temporales hubieran pillado en la fase de transición de la flor a fruto habría sido peor según Ignacio Huertas, secretario regional de UPA-UCE.
Ángel Prieto, cultivador de cereza y ex presidente de la Agrupación de Cooperativas del Valle del Jerte, afirma que las variedades más tempranas ya estaban bien cuajadas en la mayoría de las zonas, no se han visto perjudicadas en el nacimiento del fruto, y por lo contrario otras variedades como california o lapins sí podrían haber resultado más dañadas en su momento inicial con lo cual descendería su producción.
Que no haga calor de golpe
En cualquier caso también es importante que el cambio de tiempo sea gradual, sin excesivas temperaturas con pocos días de transición.
Prieto espera que al final la temporada sea “normal”, sin grandes perjuicios por estas borrascas, y después de otras temporadas anteriores que han sido “buenas”.
Otra cosa será, apuntan desde UPA-UCE, la consecución de peores precios porque Extremadura no haya podido recoger antes sus variedades tempranas, y todas las grandes zonas productores españolas saquen a la vez la cosecha al mercado.
Todo lleva unos 15 días de retraso según Ángel Prieto. Normalmente la recogida tendría que haber empezado a principios de mayo pero finalmente no comenzará hasta esta semana que ahora entra.
La primera quincena de mayo se ha saldado con el paso de varias borrascas que han dejado muchísima agua, sobre todo en la provincia de Cáceres, y acompañadas de unas temperaturas por debajo de lo habitual, que han venido a perturbar el proceso de nacimiento y desarrollo de la cereza, un cultivo importantísimo en la franja norte de esa provincia.
A falta de una evaluación primera que se hará a mediados de la semana que entra, cuando el tiempo se asiente, deje de llover, y pasemos a período de anticiclón, los daños probablemente no van a ser tan importantes, en parte debido a que la mayor parte del fruto ya había cuajado; si estos temporales hubieran pillado en la fase de transición de la flor a fruto habría sido peor según Ignacio Huertas, secretario regional de UPA-UCE.