La vendimia de este año vive una situación que no es habitual. La uva está teniendo una maduración atípica por las condiciones climáticas que se han dado en el invierno y la primavera de 2016, y no existe una previsión clara respecto a la producción por parte de las organizaciones agrarias.
La campaña de la vendimia siempre ha sido una fuente de creación de empleo en la región, aunque la contratación ha bajado debido a la mecanización, el 85% de la producción se sigue recogiendo a mano, todo esto provoca que personas de otras regiones y otros países busquen empleo en la región mientras dura esta campaña, ya que con la mano de obra local no se cubren las vacantes necesarias.
Cada año esta cosecha genera unos jornales que según la organización agraria COAG serían esta vez 230.000 entre propietarios y trabajadores asalariados, lo que supondría unos 10.000 más respecto al ejercicio 2015.
Según Luis Cortés sin embargo, de La Unión, los jornales ascenderían a un millón, de los que 250.000 pertenecen a los agricultores. También se estima que actualmente en la región hay unas 16.000 explotaciones familiares.
Condiciones climáticas
Las temperaturas suaves del invierno, el fuerte calor del verano, y las lluvias del mes de mayo son los principales motivos del retraso del inicio de esta campaña, desde la Unión de pequeños Agricultores y Ganaderos de Extremadura (UPA-UCE), afirman que se está esperando entre 15 días y un mes para observar la maduración de la uva.
La principal consecuencia de esta espera es que aumenten los costes de producción y haya una bajada de la graduación alcohólica, es por eso por lo que se ha establecido el máximo de un mes de espera, “cuanto más se demore el inicio de la campaña, la uva tendrá menos graduación”.
El clima también ha provocado que durante el año se hayan dado algunas enfermedades en los cultivos, como el mosquito verde o la araña roja, aunque las altas temperaturas del verano, y la escasa diferencia de valores entre el día y la noche ha frenado el avance de este tipo de plagas, por lo que se prevé que la calidad del vino se mantenga intacta.
Con todo esto, las previsiones que se manejan indican que la cosecha puede disminuir en un 15%, aunque la producción no se verá afectada, y es probable que este año se obtengan 4 millones de hectolitros de vino.
La vendimia de este año vive una situación que no es habitual. La uva está teniendo una maduración atípica por las condiciones climáticas que se han dado en el invierno y la primavera de 2016, y no existe una previsión clara respecto a la producción por parte de las organizaciones agrarias.
La campaña de la vendimia siempre ha sido una fuente de creación de empleo en la región, aunque la contratación ha bajado debido a la mecanización, el 85% de la producción se sigue recogiendo a mano, todo esto provoca que personas de otras regiones y otros países busquen empleo en la región mientras dura esta campaña, ya que con la mano de obra local no se cubren las vacantes necesarias.