Menos viñedo, más almendro en los campos extremeños, y el cereal cambia a otros cultivos

La transformación de fincas de cereal a viñedo, olivar y almendro, un retroceso en el viñedo y un incremento en el cultivo de almendros en la modalidad de regadío intensivo han marcado las características del suelo agrario de Extremadura en 2023. 

Son algunas de las conclusiones del informe 'Suelo Agrario en España 2023' que recoge un análisis de las tendencias de mercado y de la evolución de los principales indicadores de la producción agropecuaria del país. 

En el caso de Extremadura, y en lo referido a los herbáceos, el estudio vislumbra una transformación de fincas de cereal a viñedo, olivar y almendro en sus modalidades intensivas y superintensivas, en ocasiones impulsadas por fondos, lo que incrementa el precio de la tierra. 

Menciona también el caso del arroz, que según la empresa de valoración Tinsa está mermando su producción en los últimos años pero presenta dificultades para la transformación de la finca a otro tipo de cultivo. 

El olivar, por su parte, se mantiene estable a pesar de un leve retroceso en la producción en 2023 mientras que el viñedo, a pesar de ser un cultivo muy consolidado, muestra “signos de retroceso”. 

Sobre los frutales de hueso y pepita, el informe apunta que los riesgos asociados a este tipo de cultivo -cambios en las preferencias de los consumidores hacia otras variedades de fruta y encarecimiento del coste de mano de obra, entre otros- han conllevado casos de transformación de fincas de frutales a olivares superintensivos, siempre en regadío. 

Se detecta también un incremento sostenido durante varios años en el cultivo de almendros en modalidad de intensivo regadío. 

Y sobre los pastizales, se aprecia una reducción del número de fincas, que se concentran en menos de mayor tamaño tras su venta a inversores.