Alta velocidad ferroviaria, un cuento al que “le falta voluntad política” para hacerse realidad

La nueva línea ferroviaria de alta velocidad que comunicaría con Madrid por un lado, y por Lisboa por otro, no estará terminada en unos años si no se le pone voluntad política y presupuesto suficiente. Aunque ya se llevan 1.000 millones de euros gastados en ella, falta mucho por hacer.

Un panorama negro el que ha descrito este lunes el presidente de la asociación extremeña de amigos del ferrocarril, Ángel Caballero, ex director general de Transportes, en una entrevista realizada en Canal Extremadura y en declaraciones a eldiarioex, y en las que ha desgranado el estado de las obras por tramos.

Apenas hay cinco de cierta entidad con la plataforma terminada, pero ninguno con las traviesas o los raíles puestos, o en los que se hayan instalado los elementos de seguridad y comunicaciones, ni tampoco asomo de electrificación.

Tras 1.000 millones de euros gastados, buena parte de ellos en consultorías y gabinetes técnicos, solo está hecha la plataforma, iniciando el recorrido en Badajoz, entre Gévora y Presa de Montijo, El Carrascalejo-proximidades de Cáceres (curva de la Herradura), Cáceres (Capellanías/estadio Príncipe Felipe)-río Almonte, río Tajo-Cañaveral y Casatejada-Navalmoral.

“Pero no hay nada hecho a partir de ahí en Castilla-La Mancha”, añade Caballero, “salvo los 40 kilómetros iniciales entre Madrid y La Sagra (provincia de Toledo) de la línea Madrid-Sevilla”.

“Fue un paripé”

En su opinión el prometido ‘tren rápido’ sucedáneo del futuro AVE, que iba a funcionar a finales de 2015, y ahora de 2016 según el PP nacional y de Extremadura, es “imposible” que esté a finales de año, y además, en referencia a ese tren diésel “yo no quiero un pollito con humo, sino un tren electrificado que pueda conseguir los 160 o 180 km/h de media, lo que exige que en algunos tramos alcance los 220. Y que no nos engañen, un diésel no supera los 180, y las mercancías transportadas en él cuestan el triple que las que van en un tren electrificado, por lo tanto no es competitivo y las empresas seguirán prefiriendo la carretera”.

Caballero pone como ejemplo de la inactividad de obras en la línea, el tramo de 18 kilómetros entre la presa de Montijo y El Carrascalejo, que fue adjudicado antes de las elecciones autonómicas a dos empresas con una bajada del 50% sobre el presupuesto que salía a licitación; una de ellas ni empezó los trabajos, la otra “al menos tuvo la decencia de hacer el replanteo y desbrozar y allanar el camino, pero nada más”.

En su opinión “fue un paripé preelectoral, para decir que se habían adjudicado, y nada más”, una muestra de la “falta de voluntad política” para con la línea Madrid-Extremadura que ha hecho que la Comunidad y Cantabria sean las únicas sin “ferrocarril del siglo XXI”, y que “mientras aquí en Extremadura nos peleamos, porque al parecer ni Podemos ni IU quieren el AVE, en Galicia llevan ocho años llevándose el dinero; la ministra Pastor, en funciones, sigue firmando adjudicaciones en Galicia”.

Así pues, frente a los cinco tramos con al menos la plataforma hecha, están el presa de Montijo-El Carrascalejo paralizado; sin resolver los accesos a Mérida, ni a Cáceres con la supresión de la curva de la Herradura, y sin tablero aún en los dos grandes puentes, el del Almonte –“para este parece que no hay dinero”- y el del Tajo, para el que “sí parece haber fondos para el tablero”, un puente este último cuyo arco se cerró en noviembre pasado

Caballero es partidario de exigir la alta velocidad electrificada para Extremadura “y no resignarnos, no podemos renunciar a tener una infraestructura del siglo XXI que los demás sí tienen”.

Modernizar la red convencional no es suficiente, se necesitan mejores trazados y velocidades más altas; para mantener esos trenes convencionales “la Junta está pagándole a Renfe 4,1 millones de euros al año, para llevar trenes vacíos”.

Con Lisboa

Si negro parece el panorama de momento para llegar a Madrid a alta velocidad, peor es el de la conexión con Lisboa porque “es cierto que el único interés de ese país es tender una línea hacia el norte para conectar con la zona de Oporto, y trazarla luego hacia el oeste para entrar en España por Castilla y León”.

A esa estrategia responde el cierre, incluso están levantando las vías, de líneas portuguesas que comunicaban con Badajoz y Valencia de Alcántara, lo que ha llevado a desviar el tren hotel Lusitania Madrid-Lisboa por Salamanca.

“Lo único que podemos hacer es nuestra alta velocidad Madrid-Badajoz y que luego ellos conecten, como pasó con la autovía”.