La Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG) realizará una nueva prueba en los próximos días dentro de la búsqueda de las fórmulas más idóneas para reducir la presencia del nenúfar mexicano en el tramo urbano del Guadiana en Badajoz.
A las pruebas de dragado de lodo con rizomas de nenúfar realizadas durante el pasado invierno, se sumará ahora la utilización de ínfimas dosis de herbicida en determinadas hojas para ver su efectividad, como ha explicado el jefe del Servicio Forestal de la CHG, Nicolás Cifuentes.
Autorizado ya por Medio Ambiente y con un amplio dispositivo de control, se realizará un tratamiento superficial de glifosato sobre hojas de nenúfar ya brotado a pequeña escala. A través de unas barcas se accederá a la planta y se mojarán “un poco” determinadas hojas para hacer un seguimiento, y por tanto no tendrá ninguna incidencia en el río.
Glifosato
Después de realizar un estudio sobre todos los herbicidas existentes, y aunque hay otros más efectivos, la CHG argumenta que se ha decidido usar el 'menos dañino', el glifosato, que será utilizado en dosis “ridículas”, “y con un estricto protocolo de investigación y control de su aplicación, tareas en las que estarán técnicos y biólogos”.
Con esta prueba y con las realizadas en anterioridad de cortes y siegas con maquinaria o de dragado de lodo con rizomas, junto a las efectuadas por su parte por la Junta de Extremadura, se podrá determinar cuál es el método idóneo y menos dañino para reducir la incidencia de esta especie invasora.
En este sentido, la CHG tendrá también en las próximas semanas los resultados de las pruebas efectuadas en invierno en relación a todas aquellas parcelas donde se sacó lodo con rizomas del nenúfar mexicano. En esas parcelas se comprobará también si vuelve a salir el nenúfar, y en ese caso cuanto ha tardado en irrumpir en relación a años anteriores.
A día de hoy, y a diferencia de otras parcelas donde no se trabajó, en aquellas donde se sacó lodo con rizomas de la planta ésta aún no ha aparecido, aunque eso no quiere decir aún que no pueda irrumpir dentro de varios meses.
En este sentido, Nicolás Cifuentes ha indicado que se hubiera deseado analizar más superficie, pero diversas lluvias, que hicieron subir el nivel del agua del río, así como temas ambientales -por ejemplo se tenía que rescatar del lodo un mejillón autóctono de la zona- dificultaron las tareas.