Varios patronos de la Fundación Lumbini Garden , promotora del macro complejo budista en Cáceres, se han reunido este jueves con el alcalde, Rafael Mateos, y técnicos municipales para disipar las dudas acerca de la marcha del proyecto a otros países como Japón y se ha formulado un compromiso, por ambas partes, de que el proyecto se queda en la capital cacereña.
De esta forma, y pese a las tribulaciones que arroja la ZEPA del monte Arropez (de titularidad municipal, ya sacralizado y donde se construiría el complejo) el Ayuntamiento de Cáceres “luchará” por este proyecto, mientras que la Fundación Lumbini se compromete a quedarse en la ciudad, pese a las ofertas y “presiones” que recibe la fundación de otros países asiáticos, como Japón y también de Portugal.
Tras la reunión en Alcaldía, Mateos ha comparecido en rueda de prensa, en la que ha manifestado que quiere que el complejo se quede en la ciudad e incluso ha rechazado que se baraje otro terreno municipal, al menos hasta que los técnicos de la Junta de Extremadura se pronuncien. “Cáceres quiere un complejo budista y completo en nuestra ciudad, y vamos a pelear para que ese proyecto se quede aquí. Porque es un complejo bueno desde el punto de vista turístico y cultural, que nos puede posicionar en el plano internacional. Y al igual que lo quiere la actual corporación lo quiere la Fundación Lumbini”, ha subrayado el regidor.
Por su parte, una de las patronas de la Fundación, la empresaria cacereña Pilar Acosta, ha sido la encargada de comparecer por parte de los promotores. Las contundentes declaraciones del alcalde, ha reconocido Acosta, “tranquilizan a la fundación” que se ha quejado del retraso administrativo del proyecto y de la ralentización de los plazos para iniciar la construcción de la estatua sedente de Buda, de 47 metros.
El retraso en dar luz verde a la cesión del terreno municipal también “ha puesto nerviosos a los inversores”, ha explicado Acosta, quien ha puntualizado que “el trabajo es conjunto y la apuesta es por Cáceres”, pero que “los donantes están cansados porque no entienden nuestros procesos administrativos”. No obstante, Acosta ha insistido en que “hay otras opciones encima de la mesa, Japón y Portugal, principalmente, porque ven que estamos tardando mucho y, en algún momento, se ha podido pensar que el nuevo Gobierno local ha querido desistir del proyecto”. Al respecto, ha aclarado que “el Ayuntamiento y el actual alcalde han sido uno de los defensores máximos del proyecto”.
Por ello, ambas partes se han puesto de acuerdo en disipar dudas con la marcha del complejo y trabajar para salvar escollos, principalmente urbanísticos, con el terreno elegido por la anterior corporación de Luis Salaya, algo que el actual alcalde ha criticado “por no haber contado con la oposición” a la hora de tomar la decisión de qué terreno ofrecer.
El consistorio cacereño remitirá ahora el documento presentado por la Fundación Lumbini donde se precisa que el complejo es “totalmente compatible con la ZEPA del Arropez” y con “cualquier aspecto medioambiental”. No obstante, el presidente de la Fundación, José Manuel Vilanova, ya ha manifestado que “si durante la redacción de los proyectos de ejecución de cada intervención, y presentado a su aprobación cada uno de los elementos que lo conforman, la autoridad ambiental competente determinase que alguno de ellos no fuera compatible, por alguna razón no contemplada, se buscará una ubicación alternativa a dicho elemento”.