Extremadura hará un control más exhaustivo de los afectados por silicosis tras la nueva directiva europea sobre la protección de los trabajadores contra los riesgos por exposición a agentes carcinógenos, que ha incluido a los trabajos que supongan exposición al polvo respirable de sílice cristalina.
Así se ha puesto de manifiesto en una jornada técnica dedicada a estudiar la relación entre el polvo de sílice cristalina respirable, presente en el sector extractivo, y el cáncer de pulmón organizada este jueves en Don Benito, en el marco de la Feria Ibérica de la Construcción (FICON), por parte del Instituto Nacional de Silicosis.
En ella ha participado el director general de Industria, Energía y Minas de la Junta de Extremadura, Samuel Ruiz, quien se ha referido a un nuevo catálogo de medidas que va a implantar el Ejecutivo regional para informar a las industrias sobre los posibles riesgos que conlleva la inhalación del polvo silíceo para la salud.
Unas medidas que se concentran especialmente en el trabajo con la población pacense de Quintana de la Serena, pues sufre de manera más acusada esta enfermedad debido a la cercanía de la mina de granito.
Con el fin de prevenir y mitigar esta afección, el director del Instituto Nacional de Silicosis, Luis Díaz, ha adelantado que se conservarán durante un período de 40 años los expedientes médicos de los afectados.
Además, se otorgará mayor protección al colectivo de mineros y se realizarán análisis “más rigurosos” de la exposición al polvo de sílice.