El Consejo de Gobierno ha aprobado esta semana el decreto por el que se declara el Festival Internacional de Teatro de Clásico de Mérida como Bien de Interés Cultural (BIC), en la categoría patrimonio cultural inmaterial, por ser un “emblema” de la cultura en Extremadura y una de sus manifestaciones escénicas más prestigiosas. “Traspasa fronteras y convierte a Extremadura en un referente internacional”, ha destacado este martes la portavoz de la Junta y consejera de Cultura, Victoria Bazaga, en la rueda de prensa posterior al encuentro.
Se trata de un evento que convierte a Mérida en el epicentro teatral, seña de identidad de toda la región y que, desde hace unos años, traslada el teatro clásico a las antiguas ciudades romanas de Regina, Medellín y Cáparra, así como a otras sedes nacionales e internacionales. Su origen se remonta a 1933 con la puesta en escena de la ‘Medea’ de Séneca, interpretada por Margarita Xirgú, en versión de Miguel de Unamuno, y sufrió un parón de 20 años como consecuencia de la Guerra Civil y la posguerra que paralizaron la actividad cultural en todo el país.
Las representaciones profesionales regresaron al Teatro Romano de Mérida en 1954, cuando José Tamayo dirigió ‘Edipo’, de Sófocles, interpretado por Paco Rabal y desde entonces las representaciones se han ido sucediendo sin pausa hasta la actualidad. El Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida, noventa y un años después de su puesta en escena y con setenta ediciones, ha sabido adaptarse a los tiempos y a la evolución cultural de la sociedad “sin perder su esencia grecolatina”, ha expresado Bazaga, convirtiéndose en uno de los festivales de teatro más importantes de su género.
Además, el Consejo de Gobierno ha aprobado el decreto por el que también se declara BIC el poblado de Zamarrillas -se cree que data de finales del siglo XV o principios del XVI-, en el término municipal de Cáceres, con la categoría de sitio histórico. Constituye una privilegiada muestra de poblado medieval que ha llegado a nuestros días en buen estado de conservación, y resulta esencial para comprender los procesos históricos de repoblación y explotación de la tierra y un ejemplo de heredamiento-poblado medieval y moderno único en su género. Se trata de un caserío de edificaciones robustas, varias de ellas con empaque nobiliario, que están construidas a base de mampostería y piedra granítica en sillarejos.
Asimismo, se ha dado el visto bueno al decreto por el que se declara BIC el yacimiento arqueológico de ‘La Nava’, en el término municipal de Cabeza del Buey, con la categoría de zona arqueológica.
Este yacimiento arqueológico es uno de los ejemplos más sobresalientes de la arquitectura termal romana en la región y está formado por las instalaciones de los baños propiamente dichos, cuyas dimensiones y morfología dan muestra de su antigua monumentalidad, y un gran edificio residencial. Por ello, la conservación de este yacimiento confiere un valor extraordinario para el conocimiento de las grandes “villae” o residencias señoriales de carácter rural en Extremadura.