Que fuese profesora, mujer y que no fuese gallega son algunos de los aspectos que la Real Academia Galega (RAG) ha tenido muy en cuenta a la hora de dedicar el Día das Letras Galegas a la extremeña María Victoria Moreno. El presidente de la Academia, Víctor F. Freixanes, destaca otra de las virtudes no académicas pero sí personales de Moreno: “era extremadamente generosa”.
Reconoce que cuando los académicos se reúnen para decidir a quién se le dedica el día de las letras “el debate es muy serio, no es como antes que era sota, caballo y rey porque casi era un problema de escalafón y de antigüedad”. La oportunidad, la significación de la persona, de la obra y el contexto en el que se produce son valores que pondera la Real Academia antes de tomar una decisión.
La Xunta, la Real Academia Gallega y el Consello da Cultura ponen en marcha varias iniciativas culturales para dar a conocer la figura de esta escritora y profesora que destacó por su labor a favor de la lengua y de la literatura gallegas. Entre ellas se encuentra una exposición central itinerante de las Letras, configurada como una galería de retratos de personajes y paisajes de los libros de la autora, que ha comenzado en Santiago y recorrerá otros diez ayuntamientos de las cuatro provincias.
Freixanes no oculta que el hecho de que María Victoria Moreno fuese una profesora tuvo un peso importante en su elección. “Reivindicar el papel de los profesores comprometidos, no solo con la lengua, sino también con un concepto de ciudadanía, de modernidad y de escuela dinámica que ayude a abrir los ojos a la gente, es fundamental”.
Precisamente sobre el concepto que la propia María Victoria tenía de ella misma, el académico recuerda que ella siempre decía que era “fundamentalmente profesora, el resto son adjetivos”. Otro de los aspectos a tener en cuenta es el papel que desempeñó como directora de la Colección Árbore de Galaxia durante mucho tiempo, con Antonio García Teixeiro y David Otero.
Educadora, en el aula y en el ágora
El profesor Xesús Alonso Montero, ex presidente de la Real Academia Galega, considera a María Victoria Moreno como una 'reivindicadora' de la lengua gallega “con todas las consecuencias” de la época en que ejerció como docente y escritora.
Asegura que la literata nacida en Extremadura fue “una educadora en el aula y en el ágora”. “Ella se va a convertir en una reivindicadora del gallego pero con todas las consecuencias, porque hablamos de los últimos años del franquismo, ya que ella daba clases de gallego y de literatura gallega fuera del instituto”, recuerda.
No duda al calificar a la autora “un caso único en la historia de la cultura gallega” y “sin precedentes”. “Llega a Galicia, era mujer, algo que no deja de ser una cosa terrible en aquel momento, porque lo que hizo si fuese hombre hubiera sido menos difícil; pero era una mujer joven y tampoco tenía el arropamiento de la economía”.
Fueron ese arrojo y valentía de la profesora los que, en muchos casos, en palabras de Alonso Montero, tenían que “desconcertar e incluso encolerizar a la policía, a la brigada político social, en este caso de la comisaría de Pontevedra”, que le retiraron el pasaporte por impartir un curso de gallego en el Ateneo de esa ciudad, “con fama en aquella época, yo creo que merecida -dice Alonso Montero-, de ser soterradamente gobernado por militantes del Partido Comunista”.
El papel de las mujeres
El actual presidente de la Academia, Víctor F. Freixanes, apunta que resulta fundamental que hoy la mujer tenga el protagonismo que se merece y confiesa que él es partidario de una política proactiva en este sentido.
“Entre una opción y otra hay que elegir impulsar el tema de la mujer, yo estoy ahí absolutamente convencido, y además es el gran desafío que tiene la sociedad moderna”. Que María Victoria Moreno no fuese gallega de origen fue otro de los factores decisivos en su elección y, llegado a este punto, el presidente medio bromea con esta cuestión: “no sé si es un mérito de ella o un mérito nuestro, porque significa que el país, la lengua todavía tiene capacidad para interesar y para seducir a la gente que viene de fuera”.
El presidente de la Academia tiene claro que casos como el de Moreno son un ejemplo “para tantos gallegos que cuestionan la propia identidad, la significación y el valor de su idioma”. Freixanes, que conoció y trató personalmente a María Victoria , recuerda de ella más cosas que lo estrictamente académico, por ejemplo, que “era una mujer con mucha personalidad, físicamente muy atractiva, muy elegante y sobre todo, generosa”.
A pesar de que con una de sus obras María Victoria quedó finalista en el Café Gijón, a partir de instalarse en Galicia ya solo escribió en gallego “quedó seducida por la lengua y por lo que la lengua significaba, fundamentalmente de la mano de Xesús Alonso Montero, que fue su director de departamento en Lugo”.
De su generosidad como profesora y de su implicación en la enseñanza para ayudar a ver el mundo “con otros ojos” también da cuenta Freixanes. “Invitaba a los alumnos a merendar a casa para hablar de literatura y después; por las noches, cuando todo el mundo se acostaba, en lugar de dormir, escribía. Era un personaje”, concluye.
Antes que una obra de la propia autora, el presidente de la RAG recomendaría a quien todavía no conozca su trabajo que empiece por una biografía “porque sitúa tanto al personaje como la obra literaria”.