Las obras de rehabilitación de la puerta del Calvario y de su entorno defensivo, en Olivenza (Badajoz), iniciadas a principios de verano con el objetivo de recuperar y poner en valor el histórico entorno, han permitido ya el descubrimiento de importantes hallazgos sobre su historia y se espera encontrar más elementos.
El arquitecto y director de la obra, Alberto Méndez, ha explicado a la agencia Efe que dado el potencial del entorno y del monumento se han previsto 11 catas arqueológicas, tanto para documentar la historia de la puerta como para definir actuaciones que aporten aún más valor al conjunto.
En este sentido aún no han entrado en acción los arqueólogos pero ya se han descubierto y se esperan más importantes hallazgos en torno a este espacio que data del siglo XVII.
“Al retirarse el revestimiento de mortero de las paredes se ha descubierto la mampostería de piedra de los muros, que permite ver cómo fueron construidos, así como una sorprendente mampostería careada de muy buena factura en la fachada intramuros que no se esperaba hallar en tan buenas condiciones”, explica Méndez.
Además se prevén encontrar restos de la calzada original de piedra bajo el asfalto, y todo apunta a que la cota actual del foso “está ocultando parte del puente del Calvario, y la existencia de un túnel subterráneo por debajo de la puerta y paralelo al puente cuya función no está clara y que será estudiado y documentado por los arqueólogos”.
Buscando las losas
A este respecto, el alcalde de Olivenza, Manuel J. González Andrade, ha destacado por su parte la importancia de este proyecto con cargo al “1,5% Cultural” del Gobierno central, y mostrado la ilusión que supone “descubrir, a un paso de que el trabajo arqueológico lo ratifique, lo que podría ser la antigua calzada dentro de la galería de la puerta del Calvario, lo cual sería un descubrimiento excepcional desde el punto de vista patrimonial”.
La puerta funcionaba inicialmente como un sistema de defensa, donde todos los elementos tenían una finalidad específica.
A través de un revellín se accedía al puente del Calvario, con sus más de 50 metros de largo, con la particularidad de que se trata de un “puente seco”, el único de la localidad, que con sus ocho arcos salva el foso, en lugar de un río.
A su llegada a las murallas se encuentra la fachada exterior de la puerta propiamente dicha, a modo de arco del triunfo, construida en mármol abujardado con sillares almohadillados.
En la parte superior, la corona real sobre el escudo de Portugal y debajo la cruz del Calvario de Cristo, donde se puede leer en latín “Del mantenimiento de la fe y la religión surge el aumento del Imperio”.
En este sentido, el conjunto de defensas lanzaba además un mensaje de poder e intimidación al enemigo.