Cuando el primer hombre que dio la vuelta al mundo negociaba con Portugal en Badajoz

José Luis Real / Efe

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Se cumple este año el V centenario de la primera vuelta al mundo, completada por el vasco Juan Sebastián Elcano, quien dos años después de la gesta visitaría Badajoz en el contexto histórico de las negociaciones entre España y Portugal para el reparto del nuevo mundo descubierto, visita en la que se dieron cita lo más granado de los navegantes de la época.

Como explica la gerente del museo de la Catedral de Badajoz, la historiadora Rocío Rollano, el navegante asistió a la junta de gobierno Badajoz-Elvas (Portugal) que debía dilucidar qué país sería el responsable de las Molucas, territorio muy importante debido a sus especias, especialmente el clavo, producto fundamental en la época.

El tratado de Tordesillas no había dejado claro este aspecto, de ahí que se decidiese una reunión “en un espacio intermedio” entre Castilla y Portugal, decantándose por este territorio rayano.

Elcano participó en estos encuentros, celebrados en el entorno de la primavera de 1524 y que tuvieron lugar en el río Caia, en las Casas Consistoriales de Badajoz y “muy probablemente” en la catedral pacense, en este último caso en la sala capitular o en la sacristía como posibles escenarios, salas a las que acuden habitualmente historiadores para la investigación de estos hechos.

En las reuniones realizadas “tenía que haber entre otros tres grandes abogados, tres grandes escribanos, tres grandes cartógrafos, o tres grandes navegantes, y en este último caso quien mejor que la persona que había dado la vuelta al mundo”, junto a otras figuras destacadas como por ejemplo Hernando Colón (hijo de Cristóbal Colón).

“Es como si ahora se reunieran técnicos de la NASA y una de las ciudades elegida fuese Badajoz”, manifiesta.

Las reuniones acabaron sin acuerdo tras arduas negociaciones, las cuales dejaron además anécdotas como las vividas por dos representantes portugueses que, cansados, decidieron dar un paseo, encontrándose a una madre y a su hijo.

Este les dijo que el reparto de los territorios era fácil, bajándose los pantalones y señalando sus nalgas: “aquí es donde debe ponerse la raya”, según el relato que recoge el propio Archivo de Indias.

Todas estas historias se incluyen en las visitas que se llevan a cabo en el Museo de la Catedral de Badajoz, edificio que guarda más relaciones con los descubrimientos, por ejemplo al poseer un libro coral de 1499, con el escudo de los Reyes Católicos, regalado por un obispo confesor de la reina Isabel.