El patio de cristal del Ayuntamiento de Coria, Cáceres, acoge hasta final de diciembre la exposición “El viaje a la Especiería de Magallanes y Elcano”, organizada por el Ministerio de Defensa a través de su Delegación en Cáceres.
La muestra ofrece un conjunto de paneles y una reproducción audiovisual, y en ella se ha querido mostrar las principales etapas de esa epopeya, utilizando imágenes representativas, muchas de ellas reproducción de fondos del Museo Naval Nacional.
En el año 2019 se cumplió el quinto centenario del inicio de la expedición naval promovida por la Corona de España y capitaneada inicialmente por el navegante portugués al servicio de la Corona española, Fernando de Magallanes, con el propósito de abrir una nueva ruta a las islas de las Especias.
Nombrado por el rey Carlos I de España “gobernador, adelantado, capitán general de la Armada para el descubrimiento de la Especería”, en las Capitulaciones de Valladolid, en 1518, Magallanes partió de Sevilla el 10 de agosto de 1519.
La expedición de Magallanes y Elcano fue la primera en «recorrer y descubrir toda la redondez del mundo» según palabras del propio Juan Sebastián Elcano. Esto ocurrió entre 1519 y 1522, cuando los medios de navegación eran todavía increíblemente rudimentarios, y la vida a bordo de aquellas primitivas naves carecía de cualquier comodidad o seguridad. Además, se trataba de un viaje a lo desconocido, que no iba a contar con posibilidad de recibir auxilio, y repleto de posibles peligros.
Los 245 marinos que iniciaron el trayecto una mañana del 20 de septiembre de 1519 se dejaron la vida en busca de un objetivo por entonces incierto: dar la vuelta al mundo. Solo volvieron a Sanlúcar de Barrameda y Sevilla 18.
Esta empresa naval, que requirió de enorme tenacidad y esfuerzo para superar múltiples penalidades, condujo tres años más tarde a completar la hazaña de la primera vuelta al mundo, finalmente culminada gracias al “arrojo, valor, destreza marinera y visión” del marino vasco Juan Sebastián Elcano, que regresó a Sevilla el 6 de septiembre de 1522.
Esta gesta supuso un decisivo avance científico al confirmar la redondez de la Tierra, y un paso de gigante en la apertura a escala mundial de los conocimientos, las comunicaciones y los intercambios de todo orden.
La expedición tenía como finalidad, tal y como se especifica en las Capitulaciones firmadas en Valladolid, buscar un estrecho en la costa sur del continente americano para llegar a las islas de la Especiería, que es la denominación que se daba a las actuales islas Molucas.