El ordenamiento jurídico español establece, a día de hoy, una clara discriminación entre la ciudadanía de este país mayor de edad a la hora de ejercer el voto en unas elecciones como las próximas del 26J. Son más de 80.000 las personas con discapacidad que no pueden ejercer libremente ese derecho…, a no ser que inicien un complejo proceso judicial de revisión de la sentencia donde se determina su incapacitación, un proceso de revisión que exige la presencia de abogado y procurador y que, salvo que se tenga derecho a la vía de justicia gratuita, supone un desembolso económico que tales personas difícilmente pueden afrontar.
Esto parece no importar más que a las personas que sufren tal discapacidad y a sus familiares más cercanos. Tanto es así que existe una reconvención de Naciones Unidas hecha desde el año 2011 al Estado Español para que modifique la LOREG (Ley Orgánica de Régimen Electoral General) sin que este se haya dado por aludido. Por lo general, si una persona con discapacidad –que ha sido previamente incapacitada por sus familiares más cercanos como medida de seguridad ante posibles abusos o estafas económicas- quiere ejercer el derecho al voto, ha de demostrar ante el juez o jueza que comprende el programa de los diversos partidos políticos, conoce el nombre de los candidatos que van en las listas y es capaz de explicar razonadamente su elección de voto. Habría que preguntarse si, en virtud de semejante prueba, los votantes en general serían capaces de superarla… sin contar con una sentencia de incapacitación previa.
El Cermi, Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad, ha iniciado una campaña para que se termine, de una vez por todas, con esta flagrante discriminación y violación de los más elementales derechos humanos. Este viernes 17 celebraba una manifestación en Madrid para reivindicar tales derechos. Es vergonzoso que, a día de hoy y basándose en juicios sobre la diversidad funcional de las personas, todavía exista tan grave discriminación a la hora de acceder al sufragio universal.