Rosario Cordero es desde hace un par de semanas nueva presidente de la institución provincial cacereña, el ‘ayuntamiento de los ayuntamientos’ en una provincia donde escasean las grandes localidades, y el peso político, y presupuestario, de la Diputación, es muy grande.
Atiende a eldiarioex en su despacho, con vistas a la Montaña, esta mujer de 48 años, licenciada en Derecho, nacida circunstancialmente en Cáceres capital pero que es de Romangordo, donde ejerce de alcaldesa desde hace 12 años.
Publicamos hoy la primera parte de la conversación, y mañana la segunda.
El estado en que se encuentra la ‘Dipu’, que conoce muy bien por haber sido diputada durante ocho años, “en el gobierno, y en la oposición”, como subraya; la responsabilidad de la misma en la situación socioeconómica de la provincia; el papel de asistencia a las decenas de pequeños municipios que serían la razón de ser de esta Corporación, o las posibilidades de desarrollo vía turismo, son algunos temas de esta entrevista que se completa mañana.
-Estas instituciones han estado en cuestión, ¿sobran las diputaciones?
-Esta es la administración que parece que siempre tiene que desaparecer porque la gente no la ve útil; pero en una provincia con 224 municipios, un gran número de ellos menores de 1.000 habitantes, y de 5.000 la mayoría, y en la que solo tenemos dos mayores de 20.000, Cáceres y Plasencia, que es donde no debe estar la Diputación, somos absolutamente necesarios, porque a quien primero recurre cualquier alcalde o alcaldesa es a la presidenta o a los diputados cuanto tienen problemas.
Yo la defiendo como alcaldesa de un pueblo de 263 habitantes, y por eso digo que en estos cuatro años la Diputación ha estado a espaldas de los municipios cuando más necesidad hemos tenido en el plano legal y normativo.
-¿Por qué lo dice?
-Secretarios y alcaldes las han pasado canutas en tema de estabilidad presupuestaria, y ley de techo de gasto, una normativa nueva que tiene que ver con el asesoramiento, con la economía, que los secretarios no son capaces, y habría hecho falta un apoyo técnico y jurídico. Desde el área de Economía y Hacienda vamos a apoyarles para que no se sientan solos, en pocos meses hay que presentar estudios de costes de los servicios, antes del 1 de noviembre, y si no les ayudamos habrá verdaderos problemas.
La Diputación debe existir, pero para eso debe prestar unos servicios que colmen las necesidades municipales, sino yo sería la primera en pedir su cierre.
-¿Se ha encontrado sorpresas?
-No voy a buscar nada de la gestión anterior en los cajones, tengo mucho por delante y voy a gobernar desde el primer segundo. De momento todo el tiempo es para organizar nuestro gobierno, hemos cambiado por ejemplo las áreas para adaptarlas a las necesidades de la provincia, y ahora estamos en la organización del personal. En esta nueva etapa debemos evitar hacer algunas cosas como mantener el trabajo tan estanco de los departamentos, sin coordinación alguna con el que está al lado, y eso quita eficacia.
No vengo a buscar, no voy a perder el tiempo, ni el mío ni el de los compañeros, en eso. Sí es verdad que me he encontrado con algún acuerdo de mayo que no voy a decir que no se tendrían que haber tomado, pero ahora los tengo que ejecutar yo.
Hay que estar muy cerca de los ayuntamientos, salir de estas cuatro paredes y de los despachos, la política provincial hay que diseñarla con los municipios, y en algunos aspectos no se ha hecho.