Apenas el 3% de biomasa de Extremadura se aprovecha como combustible

Se trata de una energía renovable que puede generar empleo. Y lo más interesante, en el mundo rural. Extremadura tiene gran potencial para generar biomasa. Se calcula que la región puede producir hasta cuatro millones de toneladas de materia forestal.

Sin embargo solo se aprovecha el 3% como combustible según las estimaciones de la Agencia Extremeña de la Energía. La biomasa es materia orgánica excedente y procede del aprovechamiento de deshechos de las podas, o incluso de todos los huesos de aceituna que salen de una almazara. Puede usarse en las calderas de viviendas y en negocios, también en la industria.

Su recogida genera una mano de obra añadida muy importante que no tienen otras energías renovables. Se calcula que el sector podría generar en la región entre 2.000 y 2.500 puestos de trabajo en todo el proceso, desde lo que es la recogida, hasta el transporte y la instalación de la caldera. Explica Cosme Segador, responsable de la Agencia Extremeña de la Energía, que solo en lo que es la recogida se pueden generar hasta 2.000 empleos, a los que se unen otros 500 para la instalación.

Dificultades

Uno de sus problemas es que no hay suficientes empresas de logística preparadas para la recogida del material, de modo que tampoco se ponen en marcha más calderas.

De momento pocas industrias han apostado por poner en sus calderas este tipo de energía, que permite al mismo tiempo aprovechar los propios recursos disponibles en el entorno como fuente calorífica y alternativa al petróleo o el gas.

En la actualidad existen dos plantas de tratamiento de astillas, una en Navalmoral de la Mata y otra en Gévora (Badajoz). Son fábricas que pueden generar en torno a 30.000 toneladas de biomasa en combustible.

Están destinadas a grandes calderas, como combustible para el sector agrocindustrial. A pequeña escala en la región sigue sin haber industrias para la transformación del pellet, una de las opciones más común entre los hogares.

Falta de manufactura

A excepción de algunas transformadoras artesanales, no existe una manufactura que genere estas pastillas, con gran poder energético, siendo por tanto un material que se importa desde otras regiones. Comenta en este sentido Cosme Segador el caso de la zona de Valencia de Alcántara, donde existe una fábrica de pellet al otro lado de la raya en Portugal, mientras que no hay en Extremadura.

Resulta paradigmático también que Extremadura sea una región olivarera y vengan fábricas de Zaragoza a llevarse el hueso de la aceituna, para luego devolverlo transformado en biocombustible.

Futuro para el pellet

En cuanto al pellet, las fábricas del pellet se han instalado cercanas a los bosques de pino. En Extremadura ha habido un intento por hacerlas a base de encina, que hasta el momento no ha cuajado según apunta el responsable de la Agencia Extremeña de Energía.

En este sentido avanza que en la feria Expoenergea de la semana pasada el consejero José Luis Navarro apuntó a la próxima puesta en marcha de ayudas para que Extremadura genere pellets desde la Junta de Extremadura.