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La cohesión territorial es “imprescindible” para el desarrollo de Extremadura según un estudio

El denominado 'Manifiesto de Guadalupe', impulsado por el Club Senior Extremadura, recoge la necesidad de que los distintos agentes de la sociedad extremeña, tanto públicos como privados, ofrezcan “una mayor implicación y responsabilización” en las tareas de solidaridad y cohesión territorial. Estas últimas son “imprescindibles”, según refleja el citado texto, para conseguir “mayores cotas de desarrollo económico y social”.

El 'Manifiesto de Guadalupe', firmado en esta población cacereña durante unas jornadas organizadas por el Club Senior a principios del pasado mes de junio, ha sido editado en formato libro, así como el contenido de las diversas mesas redondas celebradas. Los análisis y aportaciones de los participantes en este estudio hacen referencia al estado de la cohesión regional de Extremadura y el debate sobre los supuestos desequilibrios territoriales entre las dos provincias extremeñas.

Entre las conclusiones destaca la importancia de que los agentes sociales y políticos, la Universidad, los Colegios Profesionales, el movimiento asociativo y la sociedad extremeña en general promuevan instrumentos de cohesión y exijan a los poderes públicos que “los intereses generales de todos los extremeños prevalezcan sobre cualquier otro planteamiento que signifique diferenciación territorial, política o social”.

En uno de los capítulos del volumen se analiza el conjunto de indicadores socioeconómicos de ambas provincias (PIB, renta per cápita, infraestructuras, inversiones públicas, dotaciones sanitarias, etc.) con el fin de determinar las supuestas desigualdades provinciales. El análisis de los mismos permite observar cómo internamente la región presenta diferencias constatadas en las estadísticas oficiales. En ellas Cáceres, tanto en PIB como en renta familiar disponible, tiene niveles superiores. Igualmente la provincia de Cáceres, respecto del índice de productividad, supera a Badajoz y a la media de la región.

Sin embargo, el índice de bienestar social de los municipios de Badajoz es superior a los de Cáceres. “No es una gran diferencia, pero parece que, tomando este indicador, se produce un efecto de amortiguación de las diferencias que hay entre las provincias de Badajoz y Cáceres en cuanto a la renta, que es compensada por un mayor índice de bienestar de la provincia de Badajoz. ”Una hipótesis posible que explique esta situación es que las políticas públicas compensatorias ejercen un efecto de amortiguación de las diferencias provinciales, y por tanto contribuyen eficazmente a la cohesión territorial“, según se señala.

Otro de los asuntos de mayor interés abordados tanto en el libro como en los debates de la Jornada de Guadalupe se refiere a la fortaleza o debilidad de la identidad de Extremadura y su singularidad territorial a lo largo de la historia. A juicio del profesor Juan García Pérez, hasta mediados de los años setenta del pasado siglo, el regionalismo extremeño nunca logró sobrepasar los límites de un movimiento cultural o, a lo sumo, reivindicador de las peculiaridades socioeconómicas del territorio.

Por su parte, el también profesor de la UEX, Marcelo Sánchez-Oro opina que el fenómeno del regionalismo se caracterizó siempre en Extremadura por una extraordinaria debilidad y que la falta de continuidad se debe más a un puro mimetismo respecto a los movimientos surgidos en las llamadas nacionalidades históricas que a los apoyos ofrecidos al mismo por amplios sectores de la población extremeña.

A su juicio, no resulta exagerado afirmar que “en Extremadura la escasez y la fragilidad de las manifestaciones regionalistas han sido una constante histórica”. A la hora de explicar sus causas aparece como razón el supuesto carácter escéptico de los extremeños o las políticas centralistas aplicadas por el gobierno de Madrid. En su opinión, “el problema identitario no es algo que preocupe a los extremeños ni a sus élites en estos momentos”.