El conflicto en Ucrania podría reducir las previsiones de crecimiento económico de Extremadura en algo más de un punto al pasar del 5,2 % inicialmente previsto al 4 %, según refleja un informe del BBVA Research, en el que se recoge que la inflación en la región se sitúa actualmente en el entorno del 8 %.
El informe, que analiza la economía extremeña y sus perspectivas de evolución para los próximos meses atendiendo tanto a las palancas de impulso como a los riesgos e incertidumbre, ha sido presentado por el economista jefe para España de BBVA Research, Miguel Cardosa, y el director de la Territorial Sur de BBVA, Francisco Javier Pérez.
BBVA Research sitúa el crecimiento económico de Extremadura en el 5,2 % tanto en 2022 como en 2023, pero advierte de que, si se mantiene el conflicto bélico y sus consecuencias, además de la escasez de insumos para la industria, el elevado coste de las materias primas y de la energía y la caída de la confianza empresarial, ese aumento se vería minorado. Por ello, esta entidad entiende que empiezan a tomar importancia los riesgos asociados a una mayor inflación, a la respuesta de los bancos centrales y los geopolíticos. Además, es necesario acelerar la implementación de los fondos Next Generation. “A medio plazo, el sesgo dependerá de las reformas que se adopten en los próximos meses”, se añade en el informe.
De momento, ya se espera que el PIB extremeño desacelere su crecimiento trimestral en el primer trimestre de 2022 hasta el entorno del 0,7% t/t, como consecuencia del deterioro en los indicadores sanitarios, tanto en la región como en España; el encarecimiento de los precios energéticos y de las materias primas, y los cuellos de botella e interrupciones en las cadenas de suministros.
Similar circunstancia se daría en el mercado laboral, pues las previsiones iniciales apuntan a 30.900 nuevos empleos en el conjunto de 2022 y 2023 en la región -aumentos del 3,7 y 3,9 %, respectivamente-, pero dichas tensiones económicas derivadas del conflicto en Ucrania podrían traducirse en un descenso de estas perspectivas para situarlas entre 20.000 y 25.000 puestos de trabajo.
En este sentido, “las dificultades para cubrir los puestos de trabajo que se necesitan y los que se puedan necesitar como consecuencia del impulso fiscal de los fondos Next Generation de la UE (NGEU) pueden llevar a una mayor traslación a costes empresariales de los recientes aumentos de inflación, lo que daría lugar a una pérdida de competitividad adicional”.
“Sería aconsejable -se añade- dirigir una parte de los fondos del NGEU a reducir el 36 % de la población adulta con competencias bajas, y a reforzar las habilidades de software y de resolución de problemas en entornos digitales”. De hecho, en Extremadura la población con competencias digitales avanzadas es menor.
De partida, y atendiendo a los meses anteriores, en los que el PIB extremeño creció un 4,6 % en 2021, según las estimaciones de BBVA Research, la recuperación más débil y con menor impacto del turismo, y un consumo que también se aceleró más tarde, limitaron el avance del empleo, los servicios y la industria local.
En Extremadura el turismo interno se aceleró con rapidez tras el levantamiento de las restricciones a la movilidad, mientras que hubo que esperar a mayo de 2021 para la llegada de turistas desde el resto de España. Con la mejora, se superaron los niveles de gasto de 2019, sobre todo en Cáceres, un avance que se mantiene en el arranque de 2022.
Esto no se vio compensado por un sector exterior que fue algo más dinámico, pero que es menos relevante para la economía regional.
En ausencia de problemas adicionales, la actividad en Extremadura podría retornar al nivel precrisis este semestre. Ello, por la menor caída experimentada en 2020 y una recuperación algo mas dinámica en el inicio de 2021.
En el conjunto de España, no se espera que se alcance el nivel de actividad precrisis hasta el último trimestre de 2022, si no se materializan algunos de los riesgos sobre el escenario.