El cierre de los dos reactores que alberga la central nuclear de Almaraz está previsto para los años 2027 y 2028. Tras este periodo comienza un proceso que se prolongará más de una década, y que pasará por diferentes etapas hasta su desmantelamiento final.
Extremadura está preparada para ejecutar el desmantelamiento de las dos unidades en un proceso que incluye la retirada del combustible gastado y la descontaminación de todos los circuitos.
Los trabajos se prolongarán al menos 13 años tras el cierre, de modo que el proceso final está previsto para los años 2040 y 2041. Así lo ha adelantado el director del desmantelamiento de la central nuclear de Zorita, Manuel Ondaro del Pino, quien ha participado en Mérida en una mesa redonda junto a físicos e ingeniero de reconocido prestigio.
Han intervenido en un acto organizado por el denominado ‘Punto de Encuentro de la Sociedad Civil de Extremadura’ para analizar el proceso de parada y desmantelamiento de Almaraz.
Los expertos señalan que el proceso de desmantelamiento tendrá un impacto socioeconómico relevante para toda el área de influencia. Abogan por la puesta en marcha de un tejido empresarial extremeño capaz de acometer los trabajos en Almaraz y en el resto de centrales europeas que se irán cerrando en los próximos años.
Dos reactores atómicos juntos
El desarme de la planta cacereña supondrá un reto para la tecnología y la ciencia en España, por tratarse de la primera de las centrales del país en la que se desmantelarán dos reactores. Se trata además de plantas 'muy potentes', con más de 2.000 megavatios.
Hasta el momento la experiencia atesorada en este procedimiento ha sido con un reactor, tanto en el caso de Vandellós I como en Zorita. No obstante el experto se ha mostrado convencido de que se podrá hacer de manera “segura y exitosa”.
El proceso
Se divide en una serie de fases, la primera de ellas un periodo previo de tres años. En este paso la empresa pública Enresa realizará el estudio básico, tal como determina el borrador del séptimo plan de gestión de residuos radiactivos.
Posteriormente hay otros tres años en los que se ejecutan los trabajos de gestión del combustible gastado, la descontaminación del circuito primario y de grandes componentes, entre otros.
Una vez hecho todo esto comienza el desmantelamiento en sí. Incluye varias etapas que pasan desde el desmontaje radiológico, y la verificación final del emplazamiento, hasta por la devolución al final al propietario.
¿Cuánto empleo generará el desmantelamiento?
Es una pregunta compleja de responder. Antes son necesarios concretar los trabajos y las etapas que se necesitan para el cierre de los dos reactores.
Marcelo Muriel, vicepresidente del Club Sénior de Extremadura y otro de los ponentes de la mesa redonda, apunta que se abre una oportunidad de negocio para la región. En el proceso de construcción no fue posible porque no existía el tejido humano preparado para asumir roles importantes, algo que ha cambiado.
A su juicio el reto reside en que se coordinen los esfuerzos de la universidad y el proceso de investigación. Todos de la mano del cluster de la energía y metalmecánico como organizaciones empresariales.
Aboga por acometer ya un plan de trabajo y de preparación para que haya empresas homologables, no sólo para el desmantelamiento de Almaraz, sino para otras muchos procesos. Señala en este sentido que en los próximos 80 años va a haber trabajo en toda Europa de desmantelar centrales.