Portugal va en serio y aunque ha comenzado con retraso el tendido ferroviario de alta velocidad, menos costoso que los españoles, todo indica que si el Ministerio de Fomento no pone más presupuesto un trazado moderno llegará desde Lisboa a la frontera de Elvas/Caya en el 2022, un par de años más tarde de lo inicialmente previsto, y sin los deberes hechos al otro lado.
Por eso cobra importancia la reunión que este martes tienen prevista en Madrid a las 11.30 el ministro español de Fomento, Íñigo de la Serna, y su homólogo portugués titular de Planeamiento e Infraestructuras, Pedro Marques.
De la Serna estuvo en Extremadura el pasado día 2 y al ser preguntado por la modernización que exige la región del eje ferroviario Badajoz-Mérida-Puertollano, que daría continuidad al Sines-Badajoz, fue muy prudente y por eso se llevó las críticas, ya que solo habló de pequeños arreglos muy lejos de la reforma y electrificación completa que reclama el Pacto Regional por el Ferrocarril.
De la reunión debería salir un compromiso bilateral, continuidad de las cumbres ibéricas anteriores, que dé sentido a las conexiones Madrid-Lisboa (por Cáceres y Ciudad Real) tanto para mercancías como pasajeros, ya que la planificación, de forma paradójica, parece en estos momentos más firme del lado luso, y los planes a uno y otro lado de la frontera no tienen sentido si no hay un entendimiento estratégico, forzado por otro lado porque se trata de ejes europeos contemplados y financiados por Bruselas.
Adjudicaciones de ingeniería en el país vecino
La empresa pública Infraestructuras de Portugal (IP) ha adjudicado según El Economista los cuatro lotes de ingeniería en que está dividido el proyecto que unirá las localidades de Évora con Elvas y Caia; las españolas Sener, Typsa, Fulcrum e Intecsa-Inocsa han recibido el encargo, en sendos consorcios con firmas portuguesas, para desarrollar estos trabajos .
Un nuevo trazado dentro del Plan Estratégico de Transportes e Infraestructuras 2014-2020 de Portugal, y dentro de él del Ferrovia 2020, que incluye la modernización completa del enlace Sines/Setúbal/Lisboa-Évora-Elvas-Caya, y que luego los españoles tenemos que continuar por Badajoz-Cáceres/Ciudad Real-Madrid.
Los concursos quedaron lanzados todos en el cuarto trimestre de 2015, pero al igual que en el lado español ha habido indecisiones políticas y dudas sobre la financiación. El proyecto Évora norte-Elvas, que contempla un recorrido de 80 kilómetros, requerirá una inversión total de cerca de 700 millones de euros. Los cuatro consorcios ganadores ya están ejecutando los trabajos y el calendario señala que deberían estar finalizados a finales del presente ejercicio.
El gran proyecto de la Línea Sur Internacional, que unirá tanto el área urbana del Gran Lisboa como el puerto transoceánico de Sines con las macroterminales de mercancías de Madrid y Algeciras en última instancia, está dividido en cuatro grandes tramos: Sines-Ermida-Grándola, Évora-Évora Norte, Évora Norte-Elvas (totalmente nuevo) y Elvas-Frontera de Caya.
El más atrasado es el primero y aunque iba a estar terminado en el primer trimestre del 2021 ahora se habla de finales de ese año o principios de 2022.
Los cuatro contratos de ingeniería adjudicados ahora entre Évora y la frontera son de presupuestos limitados (no más de 5 millones de euros), pero suponen el lanzamiento del nuevo ferrocarril. El calendario que manejan en el sector es que a finales de este mismo año se iniciará la licitación de las obras de construcción, para las que también se espera la participación de diversas empresas españolas.
Comunicar con Europa
El proyecto luso en lo que se refiere a esta ‘Linha Internacional do Sul’ pretende crear un corredor ferroviario competitivo para enlazar el gran complejo portuario de Sines-Setúbal-Lisboa con la frontera de Caya-Badajoz, y reforzar la conectividad exterior portuguesa a través de:
Reducción del recorrido en 140 kilómetros; reducción del tiempo de viaje en cerca de tres horas (al final Lisboa y Madrid quedarían a una distancia de cinco horas); pemitir el paso de trenes con tracción eléctrica en todo el recorrido; admisión de trenes de 750 metros de largo; aumento de la capacidad de carga a 1.400 toneladas por convoy con tracción eléctrica; conectar (con eje tanto ibérico como europeo) las redes ferroviarias portuguesas, ibérica y continental, y mejorar la fiabilidad y oferta de la infraestructura por ferrocarril.