La línea de alta velocidad Elvas-Évora será la primera de Portugal y permite alcanzar 300 km/h

José L. Aroca

20 de abril de 2021 21:59 h

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El Ministerio de Infraestructuras y Vivienda de Portugal ha presentado en Lisboa el primer Plan Ferroviario Nacional, un proyecto de 10.510 millones de euros a invertir hasta el 2030, y que tras un proceso de discusión será aprobado y convertido en ley a principios del año que viene.

Viene a concretar la apuesta del segundo Gobierno de Antonio Costa por darle la vuelta a una situación de atraso en la red ferroviaria lusa, reconocida por el propio Ejecutivo, que quiere conseguir ahora con el ferrocarril los avances que en décadas anteriores beneficiaron a la carretera.

Con el horizonte de descarbonizar Europa en 2050, se trata de llevar mercancías y viajeros a un ferrocarril electrificado, parcialmente de alta velocidad, y movido por la energía renovable que se produce en el país.

El objetivo general es modernizar la red electrificándola y haciéndola más segura y completa, mejorando los servicios de cercanías y accesos a las grandes ciudades, y comunicar por tren las 18 capitales de distrito (hay ahora tres sin ferrocarril, Viseu, Vila Real y Bragança), así como 14 ciudades no situadas en áreas metropolitanas pero mayores de 20.000 habitantes (por ejemplo Guimaraes, 47.600).

El gran y prioritario proyecto, como ya ha informado elDiarioex, es la nueva línea de alta velocidad (LAV) Lisboa-Oporto, con prolongación secundaria a Braga y la frontera gallega al norte, y al Algarve por el sur.

De esa futura “espina dorsal” como ha sido calificada este lunes por el ministro de Infraestructuras y Vivienda, Pedro Nuno, salen dos corredores internacionales también de alta velocidad, uno en mejora-construcción que es el que afecta a Extremadura, el corredor sur Lisboa/Sines-Évora-Elvas-Badajoz, y el otro el corredor norte Oporto/Coimbra-Guarda-Frontera española de Salamanca, cuya mejora está algo más atrasada, a la espera de la nueva LAV Lisboa-Oporto y de una futura línea también en alta velocidad Aveiro-Viseu (esta ciudad, capital de distrito y con 100.000 habitantes no tiene ferrocarril) con conexión a Guarda y la frontera.

La primera LAV del país

Portugal tiene hoy día los mismos, o menos, kilómetros activos de ferrocarril que a principios del siglo pasado; desde 1930 no se construía una línea nueva e incluso en décadas pasadas se cerraron algunas.

El secretario de Estado de Infraestructuras luso, Jorge Delgado, que también ha participado en el anuncio del Plan Ferroviario Nacional, hizo oficial que para la historia de la “ferrovía” portuguesa quedará el nuevo tramo de 80 kilómetros Évora-Elvas (40 están ya en obras, y todo estará terminado en 2023) como el primero de alta velocidad, así como Madrid-Sevilla lo fue para España.

Su ministro, Pedro Nuno, explicaba en ese acto que la construcción y modernización de la línea Lisboa/Sines hasta Évora, Elvas y Badajoz, debe servir para derribar algunos “tabúes” que hay en Portugal sobre la alta velocidad: “A excepción de diecisiete kilómetros, en el resto del recorrido los trenes podrán alcanzar los trescientos kilómetros por hora”.

El vecino país tenía interés por las mercancías de los puertos de Sines y Setúbal para esa línea, pero conviene también en que servirá asimismo para acercar a los pasajeros las ciudades de Madrid y Lisboa.

En ese sentido “será inevitable” plantear la construcción de un tercer puente sobre el Tajo en Lisboa, que serviría a esa línea (desde la estación de Oriente) “y nos ahorraría media hora de viaje tanto a Madrid como al Algarve”.

La nueva línea Évora-Elvas sirve también para cerrar un anillo de comunicación ferroviario, ya que entre ambas ciudades no había vías, pero desde Elvas sí las hay hacia el norte, Abrantes y Entroncamento.

¿Por Extremadura o por Salamanca?

En su intervención Nuno ha dejado claro que para ellos, con vistas a comunicar con Madrid, tiene como mínimo la misma importancia y prioridad la línea que pasa por Salamanca, que además les conecta con el corredor atlántico y la frontera francesa.

“Madrid está al norte de Lisboa”, ha dicho, “y entonces si para ir de Lisboa a Madrid hay que ir hacia el norte, es mejor ir por Portugal que por España”. Además, añadía, esa línea podrá ser utilizada tanto por los portugueses del área de Oporto como los de Lisboa.

Un trazado, en su día en gran parte alta velocidad, que desde Lisboa va a Leiría, Coimbra, Pampilhosa (enlace hacia Oporto) y Guarda-Salamanca.

Oporto-Vigo y los aviones

El tercer corredor internacional transfronterizo previsto en el Plan Ferroviario Nacional es el Oporto-Braga-Vigo (Galicia), que se hará o modernizará en alta velocidad.

Los portugueses lo consideran esencial para conectar con los puertos atlánticos gallegos, y promover el gran intercambio económico y social entre el norte luso y Galicia, pero también para un objetivo no tan abiertamente declarado: conseguir que el aeropuerto Sá Carneiro de Oporto se convierta en la referencia de todo el noroeste peninsular.

Para el ministro Nuno Santos, ya es el principal, el de mayor tráfico (los gallegos de Santiago, La Coruña y Vigo quedan notablemente por detrás), pero con la construcción de la alta velocidad a Vigo “su situación pasará a ser no ya dominante, sino abrumadora” en términos de competitividad frente a los otros.

Son cosas, admitía el titular de Infraestructuras y Vivienda, “que no debería decir en público”, pero que los españoles “saben” y por eso “no nos facilitan la vida” [España estaría retrasando la prolongación de la alta velocidad desde Vigo hasta la frontera portuguesa].